Granada

Unos cien pacientes se benefician cada año de un trasplante de hueso

  • Los traumatólogos viven día a día con una realidad poco conocida por la población, la donación de hueso y tejidos osteotendinosos, que se utilizan en prótesis, cirugía tumoral y reconstrucciones

En la práctica de la donación, la más conocida es la de órganos o sangre, pero hay otros tejidos que se pueden donar muy útiles para los profesionales y sobre todo, para los pacientes que por una determinada patología necesitan el injerto de huesos, tejidos osteotendinosos, válvulas sanguíneas o córneas, por ejemplo.

Los traumatólogos trabajan de forma asidua con huesos y tejidos que los pacientes necesitan para mejorar su calidad de vida. En Traumatología, unos cien pacientes son operados al año para un injerto o trasplante de hueso y tejido osteotendinoso.

El primer paso es la extracción del material, en este caso de donantes cadáver, que pueden ser multiorgánicos o sólo de tejidos porque los órganos no hayan servido. "Se suelen sacar unas 18 piezas por paciente entre hueso esponjoso (las partes distales de los huesos largos), hueso cortical (la parte media del hueso), hueso largo entero y tejido osteotendinoso (tendones, tendón de aquiles y tendón rotuliano). Casi siempre los huesos que se extraen son de las piernas porque hay un mejor acceso. Esta labor la realizan traumatólogos una vez que se han extraído los órganos. Después, se mandan al Banco de Tejidos de Granada tras realizarle pruebas en Bacteriología y Anatomía Patológica por si existe alguna contaminación por germen. Una vez extraídas las piezas, se realiza una reconstrucción del cadáver por ley y por respeto a la familia del donante.

"La mayoría de los casos en los que se utiliza hueso de donante es en cirugía de revisión protésica. Cuando se pone una prótesis de cadera o de rodilla tienen un desgaste y con los años hay que cambiarlas. Las caderas cada 15 y las rodillas en menos tiempo. Por el uso, hay veces que la prótesis nueva no encaja bien, por lo que hay que aportar hueso en el 80% de los casos", explica el traumatólogo del Virgen de las Nieves Alejandro Cardona.

En estos casos casi siempre se utiliza hueso esponjoso ya que hay que fortalecer los extremos del hueso para enganchar la prótesis y que se enganche al hueso. "Lo que se realiza es un injerto de triturado óseo, una especie de papilla con la que se rellenan los huecos para que después solidifique". Si, además, hay fractura de hueso, se utiliza cortical. En el centro, se realizan unas 50 intervenciones de este tipo al año.

Para estos trasplantes, la compatibilidad no es tan importante como en el caso de los órganos. "Al no tener células de sangre no hay riesgo de rechazo", matizó Blas Baquedano, coordinador intrahospitalario de trasplantes. Aunque después de la operación el paciente está unos días con antibiótico.

En el caso de trasplantes de huesos largos (completos) sí hay que buscar el perfil del receptor teniendo en cuenta aspectos como la talla.

Los huesos de donante también se utilizan en cirugía tumoral, que se realiza en mayor medida en gente joven. El cáncer de hueso hace necesario el trasplante de piezas enteras porque va destruyendo el hueso del paciente. Estos casos son más raros y sólo se realiza una intervención o pocas más al año. En pacientes mayores que necesitan estos trasplantes, suele ser por metástasis.

Por último, está la utilización de tejido osteotendinoso en reconstrucciones, por ejemplo de ligamentos cruzados o trasplantes de tendones. Se suelen realizar unos 40 o 50 al año y tampoco crea problemas de rechazo.

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