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Cierra la boca del Metro de Méndez Núñez al romperse el cristal por el intenso calor en Granada

Cristal roto en la bocana del Metro de Méndez Núñez

Cristal roto en la bocana del Metro de Méndez Núñez / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Otra de las consecuencias de la crisis climática global y del aumento de las temperaturas es la resistencia y resiliencia, ya no solo de los humanos, sino de los materiales. Si en Reino Unido se está derritiendo los asfaltos de las carreteras por el fuerte calor, en Granada los técnicos del Metro apuntan a las altas temperaturas como el origen de la rotura de un cristal de la bocana de la estación subterránea de Méndez Núñez, y que ha obligado a cerrarla por seguridad. Acceder a los andenes se podrá hacer por las otras tres de las que se compone la parada.

Así lo han confirmado fuentes de la Consejería de Fomento a esta redacción, que advirtieron de la rotura del cristal después de "uno de los días más calurosos" de lo que va de verano, por lo que aseguran que la causa del incidente son son las "elevadas temperaturas". Pero este no es el único motivo, sino una combinación de factores propios del diseño y la construcción de las bocanas del Metropolitano, de "gran tamaño" y una "singularidad" particular por su forma y el material, explican desde la infraestructura.

Desde ese momento la bocana, que es la situada en la esquina de la calle Sol en confluencia con Camino de Ronda, permanece con la persiana bajada y con un cartel en papel que indica que esa entrada está "fuera de servicio". De todas formas, a la estación, una de las tres que el Metro de Granada tiene bajo tierra, se puede acceder por las dos bocanas pequeñas y solo de escaleras mecánicas situadas a ambos lados de Camino de Ronda, como por la grande del lado izquierdo en sentido Chana, que tiene escaleras a pie. También siguen operativos los ascensores de la misma.

En concreto la luna rota por el calor es la del lado izquierdo, que está contigua a la calzada de Camino de Ronda. De momento no se ha colocado ninguna medida de seguridad más allá de cerrar el acceso a la misma. Fomento trabaja en la solución del problema y además está revisando estructura para su subsanación, aunque desde la consejería avisan que "el diseño ciertamente es complejo y muy exigente".

Aun así, y para evitar que el arreglo se prolongue mucho en el tiempo, la Consejería de Fomento ya ha encargado la elaboración del nuevo vidrio, pero recuerda que "hay que fabricarlo y cortarlo a medida" para posteriormente colocarlo.

No es la primera vez que los cristales, en términos técnicos llamados edículos, de las bocanas del Metro de Granada sufren una rotura. La más importante se produjo en febrero de 2019 tras un acto vandálico que no se llegó a resolver y que destrozó el frontal de la estación del Metro de Recogidas en la calle Alhamar. Entonces la Consejería de Fomento cerró el acceso varios meses y protegió el lugar con una valla y una lona. El acceso se reabrió una vez que los técnicos colocaron una cimbra metálica provisional hasta que el cristal estuviera fabricado. No fue hasta mayo de 2020, es decir, un año y tres meses después, cuando se procedió a instalar el nuevo edículo.

La Junta pretende acortar ese plazo esta vez utilizando la experiencia anterior, aunque la solución provisional por la que se opte será más complicada ya que el cristal es lateral y vertical, lo que obliga a asegurarlo por los dos flancos (el interior y el exterior), mientras que la solución que se dio a la bocana de Alhamar colocaba el edículo de forma oblicua con sujeciones más sencillas.

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