Los ciudadanos gastaron 11 millones en votar la Alhambra como maravilla
Un estudio de la Universidad analiza el impacto que tuvo el concurso · La valoración de la iniciativa empeoró tras conocerse los resultados · Muchos encuestados pensaban que era de carácter público
Los ciudadanos gastaron más de once millones de euros en votar a la Alhambra para que se convirtiera en una de las Nuevas Siete Maravillas, en el concurso promovido por el suizo Bernard Weber. Y precisamente a los bolsillos del multimillonario fueron a parar gran parte de estos ingresos.
Este dato se desprende de los cálculos del grupo de investigación Ademar, de la Universidad de Granada, que ha elaborado un estudio para valorar el impacto de la iniciativa y principalmente cómo se ha vivido desde el punto de vista de los ciudadanos. ¿Sabían realmente en qué consistía y quién estaba detrás? ¿Qué opinaban del método de elección? Y después de todo, ¿cómo se vivieron los resultados y el fracaso de la Alhambra?
El análisis, dirigido por el catedrático Teodoro Luque León y realizado a través de encuestas telefónicas, pone de manifiesto que dos de cada tres ciudadanos no sabían (o no contestaron) si la iniciativa era pública o privada y, de los que contestaron, un 70 por ciento estaba convencido de que era de carácter público. Quizás no es de extrañar la confusión si se tienen en cuenta las grandes inversiones que se hicieron por parte de las instituciones públicas para apoyar la candidatura.
Los datos de la encuesta concluyen que votó un 27 por ciento de los ciudadanos y de ellos, aunque siete de cada diez utilizó internet -que era gratuito-, un 11,5 por ciento votó telefónicamente y un 20,4 lo hizo por mensaje de móvil. Estas cifras, multiplicadas por el coste de cada llamada y mensaje, respectivamente, supondrían en toda España, un volumen de negocio de 4,7 millones de euros en el caso del teléfono y de 6,6 millones gracias a los mensajes SMS. La investigación calcula, por tanto, una recaudación total de unos 11,3 millones de euros en el voto a la Alhambra desde España (sólo un 3,5 por ciento votó a otros monumentos).
¿Dónde ha ido a parar todo ese dinero, sumado al recaudado en otros países -que dados los resultados ha debido de ser incluso superior-? Ése es uno de los grandes interrogantes que se plantean desde que se dio por concluido el concurso. Pese a la promesa inicial de Weber de que el 50 por ciento de los ingresos iría a parar a preservar y recuperar el patrimonio artístico, aún no se sabe de ningún proyecto concreto, a excepción de la restauración de la estatua de Buda Bamiyan en Afganistán, que, de todos modos, no podrá iniciarse hasta que se resuelva el conflicto en la zona.
El estudio, que compara las respuestas que se dieron antes y después de la proclamación, revela "cierta sensación de frustración una vez conocidos los resultados", señaló Luque. Así, la valoración de la iniciativa cayó algunos puntos tras la votación. Del 6,67 de nota que le daban en importancia pasó a un 5,27 (en una escala del 1 al 10) y en utilidad, del 5,9 al 4,8. También se mostraron más escépticos con respecto al proceso de elección y manifestaron peores valoraciones sobre si se trataba de una elección justa y rigurosa y sobre lo apropiado de los medios de voto y de la posibilidad de participar varias veces. Tras la votación, además, los encuestados se mostraban bastante más partidarios de que la elección estuviera en manos de expertos.
"El resultado del concurso devaluó el propio proceso de elección, porque no fue el esperado", argumentó en este sentido, la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, que presentó ayer el estudio junto a sus autores en el Palacio de Carlos V.
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