La clase del Defensor, el cura y los 200 alumnos
Ciudadanía
El encierro contra los cortes de luz de la zona Norte congrega a estudiantes de la UGR, vecinos y asociaciones
La clase se titula Pobreza energética, una palabra que el uso casi la ha despojado de significado, ha anestesiado su alcance y lo ha inhibido de su presencia en la realidad para quien no la sufre. A esta clase, donde se ha intentado meter el concepto social dentro de su propio cuerpo, asistieron unos 200 alumnos de la facultad de Trabajo Social, el Defensor de la Ciudadanía, un cura y decenas de vecinos de la zona Norte. Y subiendo.
Una cohorte que se ha hinchado en el segundo día de encierro del Defensor, Manuel Martín y el sacerdote del barrio de La Paz, Mario Picazo, hasta alcanzar las 600 personas, asegura Martín. Todos ellos alrededor de una parroquia que sirve en este caso para acogerse a sagrado e intentar luchar contra una realidad que resuena en Granada desde hace cuatro años y que no tiene solución a la vista: los habitantes de la zona Norte siguen sufriendo varios cortes de luz diarios. Son familias normales: matrimonios con hijos, personas solas, ancianos y dependientes y muchos de ellos pagan su factura de luz.
“Es un problema complejo que necesita voluntad”, sentencia el Defensor de la Ciudadanía que afea a Endesa que hoy mismo hablara para la prensa, pero no para la ciudadanía ni con los mismos vecinos. La eléctrica, sin nadie que aportara un nombre propio, dice entender la protesta de la parroquia aunque matiza que la situación es “un problema social”.
Ante la respuesta de Endesa, que alega que el problema tiene su origen en los enganches ilegales a la red que se registran en la zona, en su mayoría destinados al cultivo ilegal de marihuana, Manuel Martín responde que la empresa debería dar “respuesta a los vecinos que sí pagan sus facturas y que son los cientos que se manifiestan”.
Con una problemática tan genérica que llega a abarcar a varios ejecutivos –desde el Ayuntamiento de Granada pasando por la Junta de Andalucía y el Gobierno de España– el Defensor alega que debería ser la empresa quien debería “decir algo a las autoridades” y así “no evadir el problema”.
Por otro lado, la iniciativa de llevar un aula de la UGR hasta esta parroquia franciscana ha logrado cristalizar en varios proyectos que se apoyan en las redes sociales. Desde comenzar una campaña en Change.org de recogida de firmas que presionen a las autoridades para que comience un cambio para los vecinos hasta lograr llegar a los 1.000 tweets que exijan el cese de los cortes de luz.
Los cerca de 200 alumnos de la asignatura Psicología del Desarrollo de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Granada, bajo la batuta del profesor José Luis Cabezas Casado, se mostraron “muy solidarios” tanto con Martín y Picazo como con los vecinos, que han transmitido a los jóvenes la realidad en la que viven. Lo han hecho en un aula improvisada dentro de la misma iglesia del barrio de la Paz, donde a priori hasta el próximo domingo seguirán encerrados el Defensor y el párroco granadino.
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