Educación Granada

Cocinas in situ en seis colegios de Granada, el cambio de modelo que se prepara a fuego lento

  • La APAE avanza en la adquisición del mobiliario para dotar a estos centros de cocina en sus instalaciones, patrón defendido por Educación pero que desde algunos colectivos se ve insuficiente

  • En el Gómez Moreno las familias volverán a concurrir a la licitación de la gestión del comedor el próximo mes de junio

Instalaciones donde se preparan los menús en el Virgen de la Cabeza de Motril.

Instalaciones donde se preparan los menús en el Virgen de la Cabeza de Motril. / Alba Feixas

La Agencia Pública para la Educación de Andalucía, la APAE, licita compras de pizarras digitales, mesas, sillas, manuales, mobiliario de bibliotecas... y también hornos, cocinas de seis fuegos, neveras y lavavajillas. Precisamente los pliegos de condiciones de la APAE, publicados en su perfil del contratante, dan pista de por dónde respira el programa anunciado por el consejero Javier Imbroda en relación a la implantación de cocinas in situ en colegios de Granada. El último contrato relacionado con esta cuestión, por valor de 948.361 euros –unos 50.000 por centro–, recoge las especificaciones que deben tener las encimeras, frigoríficos y fogones que próximamente se instalarán en seis colegios de la provincia, entre otros centros de Andalucía.

Uno de esos centros es el CEIP Los Cármenes de Granada. Su directora, Luisa Ramos, explica que en un principio la previsión era la de tener este mismo curso la cocina en el centro. Sin embargo la reforma se ha aplazado. “Tenemos cocina de cátering desde hace años”, explica Ramos, que añade que el centro cuenta con unos 117 usuarios de comedor escolar. Confía en que el próximo curso se pueda ya tener en marcha la cocina. “Las familias están muy contentas, era algo que demandaban”, añade.

El Virgen de la Cabeza de Motril, centro de Primaria, es otro de los seis colegios de Granada en los que se prevé el cambio de modelo. Su director, Miguel Delgado, explica que fue la Junta la que decidió que su centro fuera uno de los seleccionados. Los requisitos eran tener un espacio de 30 metros cuadrados para la preparación de los alimentos y al menos 150 usuarios de comedor, requisitos que este centro –como el resto– cumple. Tienen autorizados 176 comensales y cada año reciben unas 240 solicitudes para hacer uso de este servicio extraescolar.

Sobre cómo se hará el cambio Delgado asegura que no tiene información, pero opina que “puede ser una mejora muy válida”. “Se ha reclamado siempre otro tipo de comida” en los centros educativos, señala. Delgado recuerda que hace unos años, cuando los centros educativos podían realizar contratos, que el colegio contaba con una empresa de cátering de Motril. “Fue bastantes años atrás y nos fue muy bien”. Después se centralizó el proceso de compra, se diseñaron lotes y comenzó un nuevo modelo de gestión del servicio que ha sido criticado en numerosas ocasiones por las asociaciones de familias.

Desde el CEIP Ramón y Cajal de Ogíjares, su director, Jaime Rodríguez, ve como “positivo” el cambio. Están, como el resto de centros, a la espera de que se materialice la reforma que permita contar con cocina en el centro. “No sabemos cuándo comenzaran”. Sobre la apuesta por este modelo expresa que “creemos que es un cambio para bien”, aunque desconoce los detalles de cómo se gestionará el servicio. El centro cuenta con 176 plazas de comedor, aunque atiende a unos 226 usuarios.

Por parte de las familias, la postura es más crítica. Olga Leralta, responsable de comedores escolares de Fampa Alhambra, la federación que agrupa a las Ampas de colegios públicos de Granada, explica que este cambio de modelo propuesto por la Consejería de Imbroda puede “quedarse cojo”.

“Siempre hemos apostado por la recuperación del modelo de cocina in situ, pero nuestro modelo es el de un servicio gestionado por la Junta, con personal estable, con buenas condiciones laborales”, apostilla Leralta, que también reclama que los alimentos sean “sostenibles” en su producción y preparación.

Sobre el cambio de las cocinas, Leralta expresa sus dudas, ya que cambiará el modelo, pero se seguirá –indica– en manos de las empresas concesionarias del servicio, que emplearán los mismos productos que se usan ahora. “Que sean de temporada, de proximidad... es algo que no suelen tener en cuenta, aunque no todas las empresas son así. Lo fundamental es que los alimentos sean sanos y sostenibles”, defiende. En la sostenibilidad incluye las condiciones “laborales”.

“El cambio de modelo para recuperar las cocinas es un avance, pero se queda cojo”. Advierte que centros como el CEIP Abencerrajes cuentan con cocina in situ “desde hace más de 20 años”, pero el pasado curso fue uno de los 53 colegios de Granada afectados por la quiebra de las empresas de catering Perea Rojas y Col Servicol. “Estamos alertando de lo que puede pasar, porque ya ha pasado”.

Leralta añade que si no se controla de dónde proceden los productos que se cocinan y no se insiste en que los trabajadores tengan unas condiciones buenas “nos van a dejar en manos de empresas que ya han dado la espantada”.

Recientemente, la delegada territorial de la Consejería de Educación y Deporte, Ana Berrocal, expuso a preguntas de los periodistas que el instalar cocinas en los centros educativos era un “proceso complejo”. “Era una de las políticas de la Consejería llevar a los centros que lo soliciten”, aunque expuso que es necesario hacer reformas y esperar a que finalicen los contratos con las concesionarias. “Es un proceso progresivo y que esperamos continuar”.

En aquella intervención, en las instalaciones del CEIP San Pascual Bailón de Pinos Puente, destacó que 163 de 201 centros granadinos ofrecían en sus menús diariamente productos ecológicos gracias a un acuerdo entre las consejerías de Agricultura y Educación desde 2011. “La educación es una labor de todos, y no sólo nos centramos en la tarea académica. Este Gobierno predica con el ejemplo”, aseguró en cuanto a la implantación de hábitos de vida saludable. “Nos sentimos muy satisfechos”, aseguró, ya que también redunda en el beneficio a las empresas productoras.

Uno de los comedores escolares más significados y significativos en la apuesta por otro modelo más sostenible es el del Gómez Moreno. Lucía González, una de las madres responsables de la gestión del comedor y perteneciente al AMPA, adelanta que en el mes de junio saldrá la licitación del servicio, en la que concurrirán de nuevo –como asociación de familias– junto con empresas del sector. “No sabemos todavía cómo será el pliego , pero tenemos la esperanza de poder arañar puntos”, indica González. 

En la última licitación, en 2018, el servicio estuvo a punto de darse a una empresa tras años de gestión de las familias, algo que motivó movilizaciones. Finalmente se mantuvo el modelo singularísimo del Gómez Moreno, aunque para poder cumplir con lo establecido por la Junta en los pliegos y mantener tanto los salarios como la compra de productos locales y ecológicos el AMPA ha tenido que recurrir a vías de financiación alternativa, como la organización de ecomercados. Ayer 29 de enero estaba previsto uno más. “Para nosotros es fundamental [conseguir fondos por otras vías] porque no queremos recordar en productos ni en los contratos”, destaca González. El precio de los menús escolares en los centros públicos es de 4,58 euros

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