Más de 1.200 comerciantes en Ronda echan el cierre por las obras del Metro
Ocho de ellos emprenden medidas legales por daños y vulneración al trabajo · Vecinos y empresarios piden una reunión que agilice el proyecto · Se plantea, incluso, volver al trazado inicial en superficie por el Zaidín
Tres años de obras sin fecha de finalización, 1.262 negocios cerrados, 8 recursos judiciales para exigir daños a la Junta y una impotencia importante son algunos de los efectos que las obras del Metro están teniendo en los vecinos y comerciantes del Camino de Ronda y el Zaidín que ayer, de manera contundente, lanzaron un SOS a las administraciones para que se reúnan y agilicen el panorama "tan negro" que tienen encima.
Los representantes de ambos colectivos denunciaron que las consecuencias de la crisis sumadas a las obras están haciendo que se encuentren al borde del precipicio, por lo que si no hay una reacción de la administración y se toman medidas inmediatas, no descartan movilizarse o concentrarse además de tomar otras decisiones como elevar un recurso de amparo al Defensor del Pueblo o tomar medidas legales, algo que ya han hecho ocho comercios de Ronda.
El portavoz de los comerciantes de Zaidín-Vergeles, José Jaldo, aseguró que viven en una incertidumbre diaria "ya que la actividad de la obra es mínima en el barrio y no queremos ver cómo los comercios tienen que bajar las persianas como ha sido el caso de los 1.263 negocios de Ronda y adyacentes, según datos de la Agencia Española Tributaria y la Consejería de Hacienda". Aún así, comentó, más de 200 comercios ya han sucumbido ante las obras y el resto, alrededor de 300, penden de un hilo.
Para ellos la situación es tal que ayer, incluso, plantearon la posibilidad de que se pudiera modificar de nuevo el trazado del Metropolitano por el barrio. "Si dejando el Metro en superficie se gana tiempo y se ahorra dinero, nosotros estaríamos de acuerdo con la modificación".
Un cambio que la Junta no descarta "si hay un acuerdo a tres bandas -Ayuntamiento, Junta y vecinos-", como afirmó ayer la delegada de Obras Públicas, Nieves Masegosa. En principio, Masegosa dijo respetar el convenio existente y firmado por la Junta y el Ayuntamiento (que fue el que pidió el soterramiento) de mantener el trazado tal cual se firmó en 2008 pero "dejamos la puerta abierta a nuevas negociaciones".
La delegada afirmó que es consciente de la situación que están pasado los residentes y trabajadores de las zonas afectadas, "por eso estamos acelerando todos los trámites para que los 260 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI) lleguen cuanto antes y se dé el impulso a la obra que ahora no tiene".
Los responsables de la Junta son los primeros que son conscientes de la ralentización de los trabajos, algo que ya dijo la consejera de Obras Públicas en su última visita. Fuentes de la Administración autonómica confirman que "aunque no hay paralización total el número de efectivos está entre los 185 a 200 obreros", cifras más que insuficientes para que la obra marcha a buen ritmo "pero la cuestión es que hasta que no tengamos liquidez, no podremos recuperar el tiempo y avanzar", añade la delegada de Obras Públicas.
Por su parte, el alcalde criticó la paralización de la infraestructura y se preguntó si no hay otra forma de hacer este trabajo. "¿Es necesario que la Junta tenga la ciudad abierta y esté ejecutando el proyecto de esta manera?". Respecto a la posible modificación del trazado, Torres Hurtado comentó que el Consistorio no renuncia al acuerdo firmado en 2009, es decir, el soterramiento del tráfico por Andrés Segovia, principalmente, "porque es beneficioso para la ciudadanía". Algo que ahora los propios vecinos ponen en duda.
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