24 de septiembre. Llegó el día. Las maletas preparadas, el papeleo listo y nervios, muchos nervios. En Granada comienza el curso universitario pero ella abandona a sus compañeros este año. A Marisol Galindo, estudiante de la Facultad de Arquitectura de la UGR, le espera un destino distinto.

Cottbus, Noreste de Alemania. Lugar inexplorado para esta granadina, natural de Huéscar, cuya Erasmus le ha sido concedida en el país germano. Marisol dispone de una beca de unos 530 euros mensuales para disfrutar de su estancia en el extranjero. Y es que Alemania está incluida dentro del Grupo B, según el Estándar de Poder Adquisitivo de la Unión Europea. Por tanto, la Junta ha dispuesto que este año la ayuda autonómica para los alumnos que escojan este estado sea de 283 euros, además de lo que recibirá del MEC (que en su caso serán unos 150 euros al no ser becaria) y los 110 procedentes de la Comisión Europea.

"Me parece lógico que la Junta distinga ahora el pago de la ayuda según el destino de la Erasmus ya que es un reparto más equitativo, aunque algunas lagunas porque no es lo mismo el nivel de vida en las ciudades más grandes que en otras más pequeñas". La estudiante de arquitectura manifiesta que su previsión de gastos en principio es la misma que en Granada (donde reside en un piso de estudiantes) unos 600 euros mensuales, a lo que habrá que añadir el coste de vuelos y otros pagos accesorios. Para empezar, el alquiler le saldrá más barato allí: 185 euros por habitación en una residencia universitaria y sin comida.

El dinero llega demasiado tarde. Marisol subraya que es contradictorio que el "el primer pago de la ayuda se haga sobre diciembre o enero, cuando la resolución de las becas ve la luz muchos meses antes". El problema es que pese a la gran experiencia académica y personal que supone el programa de intercambio europeo, "hay muchos compañeros que dependen del dinero de la beca para irse y tienen que quedarse en España porque no pueden mantenerse durante los primeros meses en el extranjero", apostilla la oscense.

Efectivamente el primer ingreso no llega hasta dos o tres meses después de que el estudiante Erasmus se instale en su destino. Pero además, no hay que olvidar que desde la Administración autonómica se advierte que " la ayuda de la Junta tiene carácter de anticipo y estaría finalmente supeditada a la superación de los criterios de aprovechamiento académico definidos por la propia Junta de Andalucía, y que se reflejan en el compromiso que los estudiantes suscriben como parte de la formalización de los trámites requeridos en su condición de beneficiarios del programa Erasmus".

De hecho, aún hoy hay alumnos a los que se les debe parte de la dotación económica, incluso meses después de volver de su destino y con el curso empezado. Este es el caso de la estudiante de la Facultad de Psicología de Granada, A.C., que tiene pendientes de pago unos 2.500 euros .

Como se observa, el principal quebradero de cabeza para aquellos que quieren acogerse al programa de intercambio europeo es cuánto se van a gastar durante su estancia. Y más en los días que corren que no están los bolsillos para despilfarrar el dinero.

Sin embargo, los números granadinos no confirman estrictamente la tendencia a escoger aquellos destinos donde sale más barato vivir. Italia, en la tercera posición respecto al nivel adquisitivo según la EPA, aglutina el mayor número de estudiantes Erasmus procedentes de la UGR. Un total de 468 alumnos partieron durante el curso 2011-2012 a la cuna de la pasta, muy por encima de los 284 que se decantaron por Francia, en la segunda posición de la lista.

M.L., alumna de la Facultad de Derecho de Granada, explica que ella solicitó Italia porque "es un país con costumbres parecidas a España y sus ciudadanos son muy agradables". Esta malagueña explica que la elevada cifra obedece igualmente al mayor número de plazas ofertadas para este destino.