La medida que ha entrado hoy en vigor en Granada de cerrar todos los establecimientos no esenciales, que se une a la ampliación del toque de queda entre las 22.00 horas y  las 7:00 de la mañana es el último cartucho de la Junta de Andalucía antes de tomar medidas más drásticas que, en todo caso, deben contar con el respaldo del Gobierno que la semana pasada dio un plazo de dos o tres semanas para valorar la posibilidad de los confinamientos domiciliarios como en marzo o abril, medida que ya han pedido comunidades autónomas como Asturias, pero que está en stand by. 

"Si la curva baja, el Gobierno de Andalucía volverá a rebajar las medidas pero si no, habrá más. Trabajamos para no saturar los servicios sanitarios y reactivar la economía. Intentamos hacer cirugía de alta precisión, lo menos invasiva posible, diferenciando a cada provincia y cada distrito sanitario. Dentro de 15 días volveremos a revaluar la situación", ha señalado el consejero de Presidencia, Elías Bendodo.

 "No nos hace gracia cerrar los bares pero tenemos que limitar la movilidad. El virus se mueve con las personas y, si limitamos la movilidad, se frenará el contagio", ha continuado Bendodo en referencia a Granada, la única provincia en la que se ha tomado esta drástica medida al ser la que tiene mayor tasa de contagios de toda España.

A pesar de estos cierre, el consejero de Presidencia ha sostenido que el 80% de los contagios se está produciendo en el ámbito familiar y que hay 26.931 personas infectadas con menos de 35 años. Lo que Elías Bendodo ha tratado de sostener es que jóvenes con amplia vida social en bares y lugares de copas son responsables del contagio posterior a los mayores que se encuentran en las UCI.

Aunque la tasa de incidencia del coronavirus se está estabilizando, los datos siguen siendo graves, en especial en Granada, donde el 57% de las camas de UCI ya están ocupadas por enfermos de Covid.