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¿Qué pasa si te pillan copiando en un examen en la Universidad de Granada? La advertencia del Defensor Universitario

Estudiantes de la UGR en un examen, en una imagen de archivo.

Estudiantes de la UGR en un examen, en una imagen de archivo. / Photographerssports

Salud mental, vestimenta, plagio, la disconformidad con las evaluaciones en incluso bostezos inoportunos. El informe de la memoria anual del Defensor Universitario de la Universidad de Granada recopila actuaciones de todo tipo que dan, también, la imagen de qué es lo que preocupa a la comunidad universitaria. El documento, dedicado al recientemente fallecido profesor Jordi Alberich, recoge un total de 54 peticiones de amparo -más que el ejercicio 2021- y 52 quejas, muchas menos que en la anteriores memorias. Sirva como ejemplo de la evolución a la baja las 122 quejas que la Defensoría de la UGR recibió en 2020. En el claustro celebrado en la Facultad de Ciencias el defensor, Antonio Ángel Ruiz Rodríguez, pidió durante la presentación del informe que recoge estos datos la necesidad de atender a la salud mental del estudiantado, una cuestión sobre la que también se habló en la toma de posesión del coordinador general de la Delegación General de Estudiantes, Arturo Fernández Moles. El tema preocupa y se filtra, cada vez con más insistencia, en el debate público. Fuentes de la Universidad, por su parte, indicaron que se trabaja en un plan que recogerá actuaciones relacionadas con la prevención del suicidio en la comunidad universitaria y que, en esta línea, se harán talleres en centros y facultades esta misma primavera.

Los datos

De vuelta al informe anual de las actuaciones de la Defensoría, sobre el motivo que puede explicar el descenso del número de quejas Ruiz Rodríguez apuntó a la búsqueda de otras "líneas" de trabajo, más ágiles. Del total de quejas (52), once se presentaron en julio y ocho en octubre, meses sensibles en el calendario universitario por coincidir con exámenes uno y con el inicio de las clases el otro.

Sobre la procedencia de los casos que llegan hasta la oficina del Defensor, la mayoría (41) proceden del estudiantado, mientras que por parte del profesorado hay seis más, y dos más referidas al personal de administración y servicios. En cuanto a la procedencia, ninguna viene de Medicina. Del otro lado, siete están localizadas en la Escuela de Posgrado.

Los casos

El informe apunta a que son las evaluaciones las que suman más casos, con trece quejas. En este punto, el profesor Rodríguez lanzó una advertencia relacionada con el plagio. "Debemos estar atentos. Las reglas del juego están cambiando", señaló ante los claustrales. Para paliar los efectos de los trabajos por encargo -a cambio de dinero- o los realizados con ayuda de herramientas digitales, el defensor pidió a los docentes que afilaran el ingenio a la hora de determinar cómo ponderar el nivel de conocimiento de sus alumnos. Reconoció que el fraude "ha existido siempre" y que actualmente "se ha institucionalizado". Ante esta realidad Ruiz Rodríguez instó a "ser más creativos". En cuanto a otros pronunciamientos, pidió más claridad en las guías docentes y recordó que él no está para reevaluar.

Sobre la Ley de Convivencia Universitaria, Ruiz Rodríguez lanzó una reflexión. Expuso que si un estudiante se presenta a un examen con una chuleta en un bolígrafo se entiende que es una falta grave, porque hay premeditación en el acto.. Si, sin embargo, alguien se dirige a un compañero en el mismo examen y le pregunta una respuesta, ese acto tiene un reproche diferente. Es una falta leve porque no ha habido preparación, argumentó el defensor, aunque en los dos casos -si se usa chuleta o se mira el examen del compañero- se hace lo mismo, copiar. "Hay cosas cogidas con pinzas", dijo.

"En las pruebas orales, que se grabe", instó el defensor universitario ante el claustro reunido en la Facultad de Ciencias. "Todas las facultades tienen un espacio que se puede solicitar" para grabar esos exámenes como "garantía". También recomendó más claridad en las guías docentes.

Ruiz Rodríguez también se refirió a la vestimenta del alumnado; en esta ocasión pidió que se informe al estudiantado de la necesidad de ir vestido de tal o cual manera antes de iniciar las prácticas en una empresa en la que exista la necesidad de un tipo concreto de vestimenta.

Pidió asimismo que se atienda a los eméritos y que no se deje a la discrecionalidad la determinación de si un profesor puede alcanzar este reconocimiento. "Cuando un departamento tiene que tomar una decisión tiene que atenerse a lo que dice la norma, no introduzcamos otro tipo de valoraciones, que pueden ser discrecionales", valoró.

Tras incidir en la necesidad de atender la salud mental de la comunidad universitaria, sobre todo en lo referido al estudiantado, pidió "mantener las formas" y recordó que en una actuación, cuando hablaba por teléfono con un estudiante, éste comenzó a bostezar. "Yo es que soy así", le dijo al profesor. 

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