¿Cuándo nos contagiamos de coronavirus en Granada? Los días que vivimos peligrosamente

Entre finales de febrero y la primera semana de marzo el virus debió de correr más rápido que la pasión deportiva, la furia social o el fervor religioso. Decenas de miles de personas se concentraron en distintos eventos en muy pocos días.

¿Cuándo nos contagiamos de coronavirus en Granada? Los días que vivimos peligrosamente

Fútbol, protestas, manifestaciones y actos religiosos en plena Cuaresma. No pudieron alinearse más acontecimientos multitudinarios en tan pocos días y en un momento tan crucial para el avance y contagio masivo del coronavirus en Granada.La primera semana de marzo reunió en la calle, en recintos cerrados o en espacios acotados de la capital a decenas de miles de personas, sin demasiadas señales de miedo ni alarma por una enfermedad que ya corría como la pólvora por este país, con evidencias incluso de su presencia en Andalucía.

Durante la última semana de febrero, previa al Puente de Andalucía, el temor al coronavirus se centraba en Italia. En el país vecino ya había decenas de muertos localizados en el norte del país, pero aquellos días Granada aún recibía con normalidad los vuelos directos procedentes de Milán. Los viajeros declaraban extrañados que allí, antes de salir, les tomaban la temperatura y que los aeropuertos estaban casi vacíos; pero aquí, al llegar al aeropuerto Federico García Lorca, encontraban la rutina y libertad de movimientos habituales.

Llegada a Granada de un vuelo procedente de Milán / Carlos Gil

Quienes sí empezaron a notar la preocupación y hasta los síntomas fueron los trabajadores del 112, que ya recibían llamadas de personas con tos y malestar, incluso por parte de quienes aseguraban que habían vuelto de Italia. La directriz a los ciudadanos era utilizar esas líneas telefónicas para no saturar las urgencias, salvo en casos graves. En Granada ya se hacían algunas pruebas, pero por el motivo que sea, el marcador del coronavirus permaneció a cero en esta provincia hasta muy tarde, mucho más allá de lo que el resto de provincias del entorno tardaron en localizar los primeros casos. Oficialmente no hubo Covid-19 hasta el 12 de marzo.

Las evidencias posteriores, sobre la avalancha de pacientes que llegó a partir de ese día y durante la segunda mitad de marzo a los centros hospitalarios, junto a la cuenta de los días que se han calculado de media para la incubación de la enfermedad y el desarrollo de los síntomas más graves, demuestran que el virus se pudo extender y propagar desde finales de febrero, pero sobre todo en los primeros días de marzo.

Y esa primera semana de marzo fue clave en Granada, la provincia donde el virus ha acabado teniendo mayor incidencia de toda Andalucía, con más muertes y mayor tasa de contagiados entre su población. Incluso más que Málaga, que fue la zona cero del coronavirus en esta comunidad.

El 4 de marzo hubo protestas educativas en Granada

Entre el 2 y el 8 de marzo se sucedieron todo tipo de eventos y acontecimientos multitudinarios. El miércoles 4 de marzo, por ejemplo, cientos de personas se concentraron en las calles del centro de la ciudad en dos manifestaciones para protestar por los cambios educativos de la Junta de Andalucía. Una semana después se anunciaría la inminente suspensión de las clases para contener la expansión del coronavirus.

Ese mismo día ya se reunieron en el Estadio de los Cármenes cientos de personas para asistir al entrenamiento previo al gran partido de fútbol que concentraba la atención de todos en esta provincia aquellos días. La semifinal de la Copa del Rey frente al Athletic de Bilbao, en la noche del 5 de marzo, fue quizás el acontecimiento que más personas reunió aquellos días en Granada. Y no sólo dentro del campo. Además de los 20.000 espectadores reunidos, poco antes del partido varios miles de personas más se concentraron en los alrededores del estadio para dar un recibimiento "histórico" al equipo local.

El partido de fútbol de Copa del Rey congregó a miles de personas en Granada

El equipo contrario y su afición provenían además de una comunidad autónoma donde el coronavirus ya estaba bastante extendido. La situación sanitaria en el País Vasco era entonces una de las principales preocupaciones en el conjunto del Estado español. Aquellos días ya se había obligado a jugar a puerta cerrada otros encuentros deportivos en los que participaban clubes extranjeros, sobre todo de Italia.

Manifestación del 8M en Granada

Llegó el fin de semana y de nuevo las calles se llenaron de manifestantes, esta vez para reivindicar la igualdad de las mujeres en la tradicional marcha del 8-M. Unas 20.000 personas acudieron a este recorrido por las calles del centro en la capital. En otras ciudades mayores como Madrid ya se debatía sobre la conveniencia de suspender esas concentraciones.

Pero aquella manifestación no fue el único evento que reunió a cientos y miles de personas durante el fin de semana. Había comenzado la Cuaresma y en Granada se celebraban los tradicionales besapiés, a pesar de algunas advertencias sobre la escasa conveniencia de un rito tan poco higiénico en ese momento, novenas y hasta el vía crucis oficial, con un cortejo de cientos de personas de las distintas hermandades y del cabildo que participaron en un rezo en la Catedral.

Compras previas al estado de alarma

Esa semana de eventos multitudinarios dio paso a unos días muy distintos, en los que el miedo se extendió rápidamente, conforme se iban conociendo más casos de infección y las autoridades iban tomado medidas drásticas que unos días antes parecían impensables. Entonces llegó el último gran momento de aglomeración antes del estado de alarma: las compras en los supermercados. Miles de personas se agolparon en las tiendas hasta ese último sábado de libertad (14 de marzo) para cargar enormes carros y comprar todo el papel higiénico posible.

Los informes oficiales del Ministerio de Sanidad explican que, según la experiencia acumulada, en España el periodo de incubación de la enfermedad del Covid-19 es de 0 a 24 días, con una media de entre 5 y 6 jornadas. Desde el inicio de los primeros síntomas hasta el posible agravamiento que llevaría a muchos pacientes al hospital el periodo habitual es de una semana. Y la duración media de la enfermedad es de 2 semanas en los casos leves y de entre 3 y 6 en los más graves.

Todos estos números sobre el periodo de incubación y el transcurso de la enfermedad, teniendo en cuenta que los primeros casos con síntomas graves aparecieron a partir del 12 de marzo en Granada, apuntan a que aquellos días de finales de febrero y, sobre todo, primeros de marzo, en Granada vivimos peligrosamente, sin miedo al contagio de un virus aún invisible que circulaba más rápido que la pasión deportiva, la furia social o el fervor religioso.

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