Granada

"Para defender a Lorca no hay que insultar al profesor Fortes"

  • Luis García Montero, condenado por un delito de injurias graves con publicidad

La libertad de expresión y la ofensa están separadas por una tenue línea que, en opinión del juez de lo Penal 5 de Granada, Miguel Ángel Torres, Luis García Montero sobrepasó en dos ocasiones en contra de Juan Antonio Fortes Fernández. Una, en un consejo del Departamento de Literatura Española del 26 de septiembre de 2006 y otro en un artículo de El País del 14 de octubre de ese mismo año. Por eso, el juez ha condenado al poeta por un delito de injurias con publicidad a seis meses de multa a razón de 10 euros por día y a una indemnización de 3.000 euros a favor del profesor.

En opinión del titular de Penal número 5, es evidente que entre García Montero y Fortes "existe desde hace años una situación de abierto enfrentamiento y enemistad". La situación de guerra velada pasó a abierta y sin cuartel en una reunión del Departamento en la que se trataba quién haría de jurado en el premio García Lorca de Poesía y los posibles candidatos al galardón. Entre "comentarios, cuchicheos y risas", uno de los profesores afines a Fortes salió de la reunión sugiriendo que "le dieran el premio a Curro Albaycín o La Pantoja", ante lo que García Montero, dirigiéndose a Fortes en los términos de "hijo de puta, eres un hijo de puta, un cretino, un mequetrefe, sinvergüenza, cabrón, etc." . En la siguiente reunión de departamento, García Montero pidió disculpas hasta por escrito, pero, según el juez, "lo que extingue la responsabilidad criminal es el perdón, que no se ha producido en este caso y no la disculpa". Además, "el hecho de insultar con palabras sumamente groseras al profesor Fortes no encuentra justificación alguna y menos aún procediendo de quien proceden, un reputado escritor y profesor de Literatura", ya que el juez opina que "son propias de personas de cultura muy inferior".

En el caso del artículo de El País, el poeta vierte expresiones como "tonto indecente", "profesor perturbado", "muy cercano al delirium tremens" o "quizás sea hora de que la Universidad de Granada ponga a este perturbado en su sitio". El artículo era, según el juez de lo Penal, una defensa de García Lorca -al que Fortes considera fascistas, opinión "cuanto menos sui generis", según la sentencia- y de Francisco Ayala, que el denunciante cree "aliado del fascismo".

Ahora bien, el juez Torres argumenta en su sentencia que "es más que dudoso que para defender a Lorca se tenga que insultar al profesor Fortes". Es más, García Montero, según la sentencia, "está perfectamente legitimado para criticar las clases y las ideas del profesor Fortes". Pero lo que no puede hacer el poeta es "recurrir al insulto y la descalificación gratuita empleando las expresiones y términos expuestos". García Montero podría haber utilizado un "lenguaje crítico, irónico y duro", pero no puede insultar. "La libertad de expresión ampara la crítica, pero no puede justificar la conducta cuando se pasa del terreno de la discrepancia y la crítica al insulto". Porque, defiende el juez, las palabras del poeta son "objetiva e inequívocamente ofensivas y proferidas son otro propósito distinto que menospreciar o vejar" al profesor.

Pero el juez Torres va un poco más allá. "Conocidos son los enfrentamientos a lo largo de la historia entre escritores como Góngora y Quevedo y Cervantes y López (sic) de Vega", argumenta el juez. "Sus enfrentamientos y diferencias personales se reflejaban en sus obras que con gran valor literario, forman parte de los clásicos y de la historia. En la España de los primeros años del siglo XXI los enfrentamientos entre autores, como entre García Montero y Fortes, continúan, pero los autores no hacen uso de la ironía y la sátira sino del insulto y la descalificación y sus enfrentamientos no se recogen en obras que pasarán a la posteridad, sino en textos judiciales que son ajenos por completo al arte y la creación literaria". Habría que ver, aún así, si Góngora no hubiera llevado a Quevedo ante el juez por aquello de "Érase un hombre a una nariz pegado..." si los versos se hubieran escrito hace un par de años en lugar de en el Siglo de Oro.

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