"Está demostrado que las redes sociales deprimen, hay demasiado egocentrismo"

A Gustavo López Mañas lo que le gustaba era el cómic. De hecho, su plan cuando finalizó el Bachillerato de Artes era mudarse a Barcelona para profundizar en el dibujo. Sin embargo antes de emprender este viaje, se apuntó al ciclo superior de Fotografía de la Escuela de Arte de Granada. Esta decisión le cambió la vida. Ahora es un prestigioso fotógrafo de moda que ha trabajado con Uterqüe, Adidas, Mango, Revlon, Burberrys o Tous pero también ha inmortalizado a actores de la talla de Rober De Niro o Elijah Wood. ¿Lo último? Ha dado un nuevo paso: ha saltado al movimiento para mostrar la moda a través del vídeo.

-¿Qué pasó con el cómic?

-Cuando me apunté al ciclo superior de fotografía de la Escuela de Artes de Granada lo primero que hicimos fue crear una cámara estenopeica de cartón. Todo muy manual pero perfecto para entender la fotografía. Me dejó perplejo que fuera tan sencillo y permitiese captar momentos. Me cautivó y empecé a dibujar menos y a hacer más fotografías. Esta semana he venido para dar una conferencia en esta escuela donde me formé. Para mí es un gran placer y un honor haber estudiado en la Escuela de Artes y que me llamen para que comparta con los alumnos mis experiencias. Gracias a esa educación estoy donde estoy.

-Y la moda. ¿Cuándo le llama?

-Siempre me ha gustado la moda. Mi madre ya ponía desfiles en casa y siempre me interesó. Sobretodo ver cómo evoluciona. Al final cuando juntas un poco todo lo que te gusta... te decantas por una especialidad concreta. Ahora mismo, además, es un buen momento. Con internet y las revistas, consumimos mucha moda sobre todo a nivel audiovisual. Por eso, hace cinco años empezamos a hacer vídeo y compaginamos ambas cosas. Con el vídeo puedo contar muchas cosas. Me encanta trabajar con música, que los modelos respiren, se muevan, hablen... En una fotografía solo pueden hablar con la mirada con el vídeo... casi lo puedes tocar. Para mí eso es evolución en imagen de moda.

-¿Cómo se acerca a este mundo? No parece nada accesible.

-Cuando termino de estudiar en Granada, tengo una formación académica buena y conocimiento de la historia de la fotografía y de laboratorio pero ningún conocimiento del mundo real. Así, es un proceso lento. Tardo como dos años en conseguir mis primeros trabajos en Barcelona en rodajes de cine para hacer los carteles y empiezo a experimentar, a conocer gente... del mundo de la moda, de la publicidad... Aunque realmente, quien me da mi primera oportunidad es una productora de Barcelona en 2005, me da mi primer trabajo de publicidad. Unos retratos para una marca y empieza a representarme. Juntos empezamos a trabajar y ahora hemos montado una empresa en Nueva York y montamos Gus&Lov, el sello con el que nos movemos por el mundo.

-¿Te ha influenciado mucho trabajar en rodajes a la hora de imaginar cómo vas a hacer una fotografía de moda o un vídeo?

-Sí, yo tengo una influencia muy cinematográfica por eso, yo creo que el paso de la fotografía fija al vídeo ha sido natural. He tenido la suerte de trabajar con directores de fotografía como Javier Salmones o con Eva Díaz, maestros de la luz. Pero además he tenido la posibilidad de ver cómo funcionan esas proyecciones, cómo se mueven, cual es la burocracia, cómo comunicar a un equipo... En la fotografía de moda hay mucho individualismo, sin embargo a mi me gusta más trabajar en equipo. Eso me viene del trabajo en cine. Es una ventaja.

-¿Qué caracteriza tus trabajos?

-Yo considero que siempre estoy aprendiendo. Es constante. Los fotógrafos siempre estamos aprendiendo y definir mi estilo propio por mi mismo es difícil. Se podría definir por la curiosidad. Me gustan los fondos desenfocados, resaltar ciertas expresiones, pero la realidad es que yo sigo buscando mi estilo que es algo que se consigue con los años y que, como la vida misma, da muchas vueltas. Para mí lo más importante de una fotografía de moda es que te la creas. Que tenga alma. No me gustan los artificios, sí conectar con los modelos. En base a eso, ya partimos a muchas situaciones de luz, escenarios... Me encantan las cosas viejas, las texturas pero tampoco descarto arquitectura moderna.

-¿Lo que ahora es bello antes no lo era? ¿Cómo percibe los cambios en los cánones de belleza?

-Ese constante cambio de la moda es uno de los factores que más me interesan. Ahora está de moda lo que pensaríamos que es feo o raro, porque se intentaba seguir un canon. Me parece muy interesante ese cambio que luego puede volver a cambiar.

-¿Impone Robert de Niro?

-Para mí fue imponente. Fotografiar a Robert de Niro fue como un antes y un después a nivel personal. Es un hombre carismático y auténtico, fue un mito en mi fotografía pero también una lección. Aunque, para mí el gran éxito en mi carrera es hacer las fotografías y los vídeos que me gustan. Que me den libertad por que confíen en lo que hago.

-Ahora todo el mundo hace fotos. ¿Qué le parece?

-Me parece fantástico. Es un proceso natural de la fotografía. En el siglo XIX solo los ricos tenían acceso a una cámara. Era un medio caro. Ahora cualquier persona puede tener una cámara y una cuenta de Instagram para compartirlo. Se ha creado una comunidad global que abre una ventana al mundo. Mi única crítica es que la gente simplemente quiera ser famosa por serlo. Hay un poquito de egosystem. Cultura del yo. Las redes sociales deberían evolucionar más hacia compartir, que a mirarse el ombligo. El problema del ego es que lo hace todo muy aburrido. Hay un estudio que afirma que la gente enganchada a Instagram deprime, porque la gente está de maravilla, en la playa... es como una especie de burbuja. Tenemos que ser más sinceros. Vamos hacia donde evoluciona todo esto.