Granada cuenta con la suerte de tener un gran embalse sin puertas. La existencia de Sierra Nevada permite, además de disfrutar de un paraje natural excepcional, de unas condiciones diferentes a las del resto de la Península. Y uno de los elementos clave de la Sierra es el agua.

En este año, marcado por la ausencia de lluvias con la salvedad de lo caído entre marzo y abril, ha sequía ha dejado a los embalses de la provincia en niveles mínimos. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), las infraestructuras que gestiona (todas las de la provincia de Granada salvo Béznar y Rules, dependientes de la Junta) están de media a un 21,45% de su capacidad. Es el dato más bajo de los últimos años. Sirva para comparar el hecho de que hace un año (cuando ya se sumaban dos años de falta de lluvias) la media de los embalses de la CHG era del 28,12%. Más triste es mirar a los datos de años anteriores. En 2015, el porcentaje de agua embalsada era del 54,58%, más del doble que el actual. Y en 2013 estaba al 71%.

La mala situación de los embalses tiene sin embargo una salvedad. El de Canales está a un 68,89%. Destaca el dato por el el más alto de prácticamente toda la Cuenca, sólo por debajo del sevillano embalse de Minilla (70%). El motivo está en Sierra Nevada.

Según explica el director adjunto de la CHG, Francisco Ureña, el motivo por el que Canales está en mejor situación que el resto de embalses de la cuenca del Guadalquivir está en la Sierra. Llovió en primavera, pero no lo suficiente para llenar los embalses. Sin embargo, sí hubo registros importantes de nieve que, con el deshielo, permitieron 'alimentar' masas de agua, tanto superficiales como subterráneas. Una de esas masas de agua beneficiadas por el deshielo es precisamente Canales. De media, en el 'embalse' sin puertas de Sierra Nevada se acumulan hasta 20 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve, que, una vez que comienza la primavera, permite contar con reservas 'extra' a las que aportan las lluvias.

Este pasado invierno, las nevadas desde noviembre a marzo apena supusieron una aportación de 41 litros por metro cuadrado. Sin embargo, la situación cambió afortunadamente en el tramo final de la primavera, con 32 días de nevadas entre el 2 de marzo y el 24 de abril que aportaron 245 litros por metro cuadrado. La excepcional situación de la estación de esquí motivó que los empresarios pidieran que la temporada se alargara más allá de comienzos de mayo, aunque finalmente no pudo ser debido al inicio de los trabajos de remodelación de remontes que acomete desde entonces Cetursa Sierra Nevada.