Primer día de cortes en la autovía de la Costa de Granada: líneas recién pintadas, tráfico lento y un viaje en el tiempo

Varios vehículos circulan por la antigua Nacional 323 tras el desvío por las obras de Rules / Vídeo: J. J. Medina | Foto: Francisco Neyra/PicWild

A dos kilómetros del desvío de Ízbor ya se advierte a los conductores de que se van a tener que desviar de la autovía para tomar la antigua Nacional 323. En la salida 167 ya hay conos. Los eternos conos de la carretera de la playa. Casi rozando las 11:34, un vehículo de Sedinfra inicia el cortejo, seguido de dos motos de la Guardia Civil de Tráfico. Tras ellas, un todoterreno blanco "inaugura" de nuevo la vieja carretera, que sigue prácticamente igual a cuando la mayoría de los granadinos dejaron de circular por ella salvo por gusto. Tras veinte minutos de apertura, no dejaron de circular coches y camiones, sosegadamente y sin bullas, pero de forma constante. Cuando sea fin de semana y haga calor en los días de verano que quedan, habrá que ver cuánto se echa de menos la A-44.

El Ministerio de Transportes ha procedido a iniciar el corte de la autovía de la Costa Tropical para las enésimas obras del viaducto de Rules. Durante este martes, para bajar de Granada a Motril, Almuñécar, Salobreña o el resto de municipios del litoral, los conductores tendrán que usar la vetusta N-323 entre el nudo de Ízbor y el de Vélez de Benaudalla, en el caso de luego querer retomar la autovía, o seguir por la vieja Nacional, y evitar los casi tres kilómetros de subida por la estrecha carretera autonómica que lleva hasta Órgiva. Este martes aún se podrá usar la autovía, pero solo en sentido Granada. Será este miércoles a las diez de la mañana cuando se produzca el cierre del carril ascendente de la A-44 para que el corte sea total. Desde ese momento, habrá un carril de subida y otro de bajada en la antigua Nacional. La velocidad máxima de circulación es de 80 kilómetros por hora, con restricción a 60 en las intersecciones y en los tramos de transición de una carretera a otra.Una situación que durará hasta el próximo 19 de diciembre.

Tres técnicos de la Demarcación de Carreteras controlaban el trabajo de la cerca de decena de operarios, así como ocho agentes de la Guardia Civil vigilaban el corte de la autovía. Pero la sensación de que los acontecimientos para cortar la autovía se han precipitado lo daba que, a apenas diez minutos para el inicio del corte, aún en la autovía, los trabajadores de Sedinfra, la empresa adjudicataria de la señalización de las carreteras del Estado en Granada, pintaban de amarillo provisional las líneas que desviaban el tránsito de la carretera grande a la pequeña, mientras otro compañero y dos agentes de la Benemérita pedían a los conductores bajar de velocidad.

Para que el desvío se haga en las mejores condiciones de seguridad al tráfico, se ha modificado la rotonda de distribución que hay en la salida 167: se ha hecho recta para dar continuidad a la carretera y evitar atascos y accidentes por frenazos a la hora de negociar la glorieta. De la misma forma, a partir del miércoles, cuando se corte el carril sentido Granada, tampoco se circulará por la otra glorieta de la misma salida, pero del lado opuesto. Así, los vehículos que bajen en sentido Costa Tropical tendrán un único carril para conectar de la A-44 a la N-323, mientras que de subida se están pintando dos carriles para compensar la pérdida de tres que hay en la A-44, y que evitan así el efecto tapón que provocan los camiones cuando ascienden por esa carretera. En una de las isletas próximas, ya en la A-44, conectarán con normalidad con esta. Aun así, hubo algún conductor en sentido subida que circulaba previamente por la vieja Nacional que se despistó y volvió a tomar la autovía cuando ya estaba cortada. Ni técnicos ni agentes habían colocado las vallas para evitar su paso.

La imagen era distópica a los pocos minutos: ningún coche en la A-44 salvo los que iban a Granada, y en la ladera de en frente, en la N-323, mucho tráfico en sentido bajada. Aunque lo cierto es que la sensación era de Día de la Marmota, de dejà vu, de que el tiempo no había pasado, aunque lo normal es que la mayoría de granadinos no haya conducido por la antigua Nacional en los últimos, por lo menos, dieciséis años. El asfalto presenta buen estado y no parece que se haya echado ninguna capa reciente. Sí relucen algo más las líneas. Mientras tanto, en algunos puntos operarios de mantenimiento daban remates en alguna quitamiedos.

Ya cerca de la llamada 'chicane' de la presa de Rules, un modificado que se hizo en la antigua N-323 cuando se construía el pantano, y que ha provocado más de un accidente, empieza la señalización provisional que advierte de las dos alternativas de trazado que pueden tomar los conductores a la altura del puente de Vélez de Benaudalla. De un lado, los que quieran retomar la autovía tendrán que subir unos tres kilómetros por la estrecha y revirada A-346. Será la opción para aquellos a los que les venga mejor, por ejemplo, ir al Puerto o continuar hacia la zona oriental de la Costa (Castell de Ferro, Albuñol...), ya que el enlace posterior es más engorroso. Quienes sigan preferentemente hacia Salobreña o Playa Granada, se pueden plantear seguir por la vieja Nacional por el Azud de Vélez. Los usuarios que tengan como destino Almuñécar o La Herradura podrán escoger según gustos, ya que la diferencia de tiempo apenas varía cinco minutos. Eso sí, quienes se frotan las manos son los pocos negocios que han sobrevivido a la autovía.

En el restaurante La Brasa, que ya tenía fama, la ha mantenido, y dos personas desayunaban tranquilamente. En La Parrilla, junto a la Repsol próxima al cruce de Los Guájares, que también se ha mantenido con vida, había mucho vehículo aparcado en la puerta, lo que suele ser buen síntoma. Dos patrullas motorizadas de la Guardia Civil lo corroboran. Puede ser el mejor otoño de los últimos, se escucha decir en la gasolinera.

Lo que sí sucedía, al menos en los primeros minutos de corte, era un 'efecto borrego'. Es decir, si en un tren de vehículos en sentido descendente, el que abría la comitiva tomaba el desvío de Vélez de Benaudalla, los que iban por detrás, le seguían. Si el que encabezaba el grupo prefería tomar de seguida la N-323 hacia el Azud de Vélez, los que iban por detrás, le acompañaban en la decisión. Así, en las primeras horas de corte parecía haber división de opiniones entre los conductores. También ayudaba que el desvío de Vélez de Benaudalla ayudaba poco, ya que con el corte sentido Costa ya iniciado, los trabajadores de señalización aún estaban en la intersección pintando líneas y colocando indicadores. Eso sí, las líneas dibujarán la continuidad del recorrido empujando mayormente a los vehículos hacia la vía de mayor capacidad.

Mientras tanto, al pie del viaducto de Rules, se sigue trabajando con afán. Llama la atención que el nuevo pilar de refuerzo que se ha levantando en los últimos meses junto al apoyo original sur, el más próximo al estribo del puente, está a punto de alcanzar la base del tablero del puente. Este martes se hacía trabajos de soldadura. En la base del estribo norte, el primero que dio problemas y originó los primeros cortes en la autovía hace unos años para corregir las sujeciones, también se trabaja y se ha levantado un aparatoso andamiaje que solo se puede ver de cerca. También llamaba la atención la presencia de los Bomberos de Motril en la zona de las obras. Al otro lado del pantano, los camiones vuelven a bajar con precaución, y con un reguero de coches por detrás. Esto nos suena de algo.

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