Guillermo García ha sido guía turístico y en sus viajes por Europa veía que en algunas ciudades en las viviendas los buzones destinados a recoger el correo tenían pegatinas en las que advertían que no admitían propaganda en papel. Él piensa que hay mucha la gente que está harta de ver sus buzones llenos de reclamos publicitarios, papeles que casi siempre acaban en el suelo o en la basura. Eso le dio una idea para montar una empresa. ¿Y si el vecino de un piso pudiera enterarse de estos reclamos publicitarios y de las propias noticias de la comunidad sin tener que recurrir a ese siempre molesto papel?

Su empresa se llama Citipix y se trata de instalar unas pantallas al lado de los buzones en las que los vecinos se podrían enterar de todos aquellos productos que quieren anunciarse y de los propios avisos generados por la comunidad. “La pantalla estaría dividida en dos partes.

Una parte estaría dedicada a los anuncios y la otra a notificar a los vecinos todo aquello que le puede interesar como las convocatorias de asambleas, los cortes de luz o si hay una misa por un vecino que acaba de fallecer, por poner algunos ejemplos. También en esa pantalla se podrá ver la previsión del tiempo y otros datos que puedan interesar a la vecindad.

En definitiva, se trata de un nuevo soporte publicitario, respetuoso con el medio ambiente, que se instala en el interior de las comunidades de propietarios y edificios y que permite eliminar la publicidad en papel”. Guillermo García nació en Luxemburgo hace 27 años. Habla hasta ocho idiomas y está convencido de que su iniciativa sería provechosa para muchos sectores. “Primero se solucionaría el problema del buzoneo masivo. Además, se ahorraría mucho papel. En pleno siglo XXI es inaceptable que se sigan talando árboles para usarlos como soporte publicitario”. Guillermo dice que ya hay ciudades que han puesto una normativa municipal para regular este tipo de publicidad. “Lo que está claro es que el buzón es una propiedad privada y tu tienes todo el derecho del mundo a que no introduzcan publicidad en él. Ha visto en algunas ciudades extranjeras que hay buzones con pegatinas en las que dicen que no se admite propaganda. Yo creo que eso acabará imponiéndose en España.

A Guillermo le da envidia esas ciudades europeas en las que no hay ni un papel por el suelo. Dice que Amsterdan en un ejemplo y que aquí, en parte, tiene la culpa todo ese papel que va de los buzones al suelo. “Tanto el buzoneo como el ‘parabriseo’, esos papeles que te dejan en el parabrisas del coche, es ya una publicidad prehistórica, con el agravante de que hace más difícil la labor de los trabajadores de Inagra”, dice Guillermo García. El joven empresario tiene dos socios que le ayudan en el proyecto y que, al igual que él, están convencidos de que tendrán éxito. Por lo pronto ya se han puesto en contacto con los Ayuntamientos de Granada y de Motril, a los que les han presentado la idea. “Se trata de poner la tecnología al servicio de la naturaleza. Además, al Ayuntamiento de Granada le hemos dicho que por cada pantalla que pongamos plantamos un árbol en ese anillo verde que quiere crear”.