La tensa entrega del hijo de Juana Rivas que acabó en aplazamiento judicial por "imposibilidad de usar la fuerza"

El Juzgado de Primera Instancia nº3 retrasa el procedimiento ante la negativa de Daniel Arcuri de ir con su padre a Italia

Espectáculo innecesario en el Punto de Encuentro Familiar

La entrega del hijo menor de Juana Rivas a su padre, pendiente de lo que decida el Tribunal Constitucional este martes

Juana Rivas llega al Punto de Encuentro.
Juana Rivas llega al Punto de Encuentro. / José Velasco / GPMedia
Pablo Quílez

23 de julio 2025 - 06:03

Las cosas no son como empiezan, sino como acaban... si es que acaban. La prevista entrega del hijo menor de Juana Rivas, Daniel, a su padre, tuvo muchos ingredientes, quizá demasiados, para calificar el acto como de espectáculo, quizá innecesario cuando el que está en medio de todo el torbellino es un niño de 11 años.

Este martes se preveía el final a uno de los capítulos de una historia, muy mediatizada, que ya dura varios años, pero lo que hubo fue un punto y seguido cuando el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada, el mismo que había ordenado que Juana Rivas debía entregar a Daniel a Francesco Arcuri para hacer cumplir lo determinado por la justicia italiana, dictó una providencia por la que aplazaba el procedimiento pasado mañana viernes debido a la negativa del niño a irse con su padre tras descartar cualquier “tipo de fuerza física o coacción” en la entrega del menor. La notificación llegó al Punto de Encuentro Familiar pasadas las dos de la tarde, después de varias horas de tensa espera. Poco después, sobre las dos y media, Arcuri abandonó el lugar y unos diez minutos después lo hizo Daniel de la mano de su hermano Gabriel.

Francesco Arcuri, el primero en llegar al Punto de Encuentro.
Francesco Arcuri, el primero en llegar al Punto de Encuentro. / José Velasco / GPMedia

Antes, seis horas ‘maratonianas’ en las que pasaron casi de todo. Pasadas las nueve de la mañana, el entorno del Punto de Encuentro, sito en la calle Pintor Rodríguez Acosta, ya estaba lleno de medios de comunicación y algunos simpatizantes de la madre de Maracena. Antes de la hora prevista llegó Francesco Arcuri, quien dijo estar “emocionado” por volver a ver a su hijo siete meses después y se mostró esperanzado de “volver a nuestra casa y a nuestra vida”. En esos momentos, la atención estaba puesta en la Sección Segunda del Tribunal Constitucional, que reunida de urgencia debía pronunciarse sobre la petición de medidas cautelares y la suspensión de la entrega solicitadas por los abogados de Juana Rivas. Poco antes de las 10:00 se supo que por acuerdo unánime de los tres magistrados no se había admitido el recurso entre otros motivos por no cumplirse el “requisito de agotamiento de la vía judicial previa” y por la “falta de especial trascendencia constitucional”. Por tanto, se mantenía la orden de la entrega.

Llegada de Juana Rivas

Veinte minutos antes de las once, hora límite decretada para la entrega del niño, llegó Juana Rivas. Lo hizo andando, por la calle Madre Riquelme antes de entrar en la ya cortada por la Policía calle Rodríguez Acosta y abrazada a Paqui Granados, directora del Centro de la Mujer de Maracena.

En el interior del Punto de Encuentro, cerrado a cal y canto, se debieron producir momentos de tensión. Prueba de ello fue la llegada de una ambulancia, que había sido solicitada porque Juana Rivas había sufrido un ataque de ansiedad. Su salida, antes de las once y media, provocó momentos de tensión entre los medios de comunicación que intentaban hacer su trabajo y la comitiva de apoyo a la madre, que intentaron que no se grabaran imágenes.

La madre de Maracena tuvo que ser evacuada en ambulancia por un ataque de ansiedad

Podo después, la propia Paqui Granados calificó de “violencia institucional en estado puro” la determinación de la justicia de entregar a Daniel a su padre. Por su parte, el letrado Juan de Dios Ramírez, del equipo jurídico de Juana Rivas, señaló que era “injusto, incomprensible e ilógico entregar a un niño a alguien que va a ser juzgado por maltrato” y aseguró que estaban dispuestos a “acudir, incluso, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.

A partir de ese momento, compás de espera y elucubraciones sobre lo que estaba ocurriendo dentro del Punto de Encuentro. El paso de las horas daba pie a pensar que la negativa del niño a irse con su padre, lo que dejaba la situación en un punto muerto que resolvió el Juzgado de Primera Instancia con el aplazamiento hasta este viernes “en el lugar y condiciones que se señalarán”, quizá de forma menos pública para evitar el espectáculo vivido ayer al que no debería estar expuesto un menor. Para hoy miércoles, la jueza ha citado a los representantes de las partes y del Ministerio Fiscal “efectuar los requerimientos correspondientes en orden a propiciar el cumplimiento activo de la resolución del Tribunal de Apelaciones de Cagliari”.

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