Podemos ha sufrido una catarsis interna este verano que ha desembocado en el nombramiento de un equipo técnico formado por ocho personas para dirigir el partido a nivel provincial,  tras el cese el pasado mes de julio de José Moreno tras dos años como coordinador provincial de la formación.

El equipo que se ha hecho cargo de Podemos en Granada incluye a tres personas del sector anticapitalista y a independientes, además de un exmiembro del sector errejonista. De momento no se ha integrado el sector afín a Pablo Iglesias aunque desde la formación morada insisten en que la oferta está sobre la mesa y que la integración definitiva de todas las corrientes en el máximo órgano del partido será en breve.

El equipo técnico que dirige Podemos está integrado por Alejandro Cerrada (responsable de Comunicación), Concha Campuzano (responsable de Organización en la capital), Raquel Torres y Manuel Ríos (responsables de Extensión), Sonia Moreno (Feminismo), Javier Beltrán y José Luis Álvarez (Comunicación) y María Jesús Castaño (responsable institucional). 

José Moreno, excoordinador provincial de Podemos.

Este equipo estará al frente del partido hasta la convocatoria de la próxima asamblea andaluza de Podemos y, según José Luis Álvarez, la nueva dirección afronta el gran reto de conseguir una mayor implantación del partido en la provincia. "Hemos estado más volcados al exterior que al interior de la organización y en una provincia como Granada sólo nos presentamos en una veintena de localidades en las pasadas elecciones municipales, lo que en parte explica unos resultados de los que no estamos nada satisfechos", señala Álvarez que, en todo caso, califica como una "heroicidad" los tres concejales obtenidos por Podemos-IU-Adelante en la capital con Antonio Cambril como cabeza de lista.

Respecto al excoordinador provincial, Álvarez le agradece el trabajo realizado aunque desvela "desencuentros políticos severos". "Pero sigue siendo un compañero de Podemos y miembro del Consejo Ciudadano andaluz", señala.

El cese de Moreno llegó después de que un grupo de cargos públicos y orgánicos denunciaran ante la dirección del partido  “la mala gestión en la provincia, tanto a lo relativo a la confluencia para las elecciones municipales y las relaciones con IU en la provincia, así como a diferentes acciones deliberadas que han llevado a una situación de conflicto en numerosos municipios y al conjunto de la provincia”.