Investidura del nuevo alcalde de Granada

Con las espadas en alto

  • No hubo sorpresa, bastaba con ver la escena, las caras, el lenguaje corporal, los invitados... Y las ausencias

El nuevo alcalde de Granada, Paco Cuenca, acompañado de Espadas, Ábalos y Gómez de Celis.

El nuevo alcalde de Granada, Paco Cuenca, acompañado de Espadas, Ábalos y Gómez de Celis. / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

Un inevitable run run, el tenso silencio de los grandes momentos y hasta algunos "olés" del público en la calle se escucharon ayer en el patio del Ayuntamiento de Granada durante el recuento de papeletas para la elección de alcalde. Con los votos secretos nunca se sabe del todo qué puede pasar, pero la gran incertidumbre que días atrás se vislumbraba para este acto al final no ha existido. Desde primera hora de la mañana, incluso desde la tarde anterior, todo el mundo sabía que la suerte estaba echada y que el final parecía muy claro: el socialista Paco Cuenca sería alcalde por segunda vez a partir de este particular San Fermín de 2021. 

Para estar seguros bastaba con ver la puesta en escena, las caras y el lenguaje corporal de los concejales y sus acompañantes conforme iban llegando al patio del Ayuntamiento de Granada, escenario extraordinario para este pleno de investidura en época de pandemia. La amplitud del espacio permitía distinguir con más nitidez las distancias entre unos y otros en esos minutos previos de charla antes de sentarse. Sobre todo en la parte derecha, donde corría mucho más que el aire entre los pequeños grupos de caras largas. No sólo iban a perder el control de la ciudad para los próximos dos años, sino que además llegaban a ese momento con las espadas en alto, además de muchas palabras como resquemor, reproche o traición.   

Faltaban autoridades, cargos y apoyos, como es lógico en un día tan complicado para el PP y para los ediles no adscritos que han formado parte del gobierno de coalición durante estos dos últimos años. La única dirigente nacional de los partidos de derechas que sí estuvo presente fue Macarena Olona, la diputada de Vox por Granada. De riguroso verde militar y un pañuelo cuajado de enseñas nacionales, saludaba sonriente a los asistentes, a pesar del difícil trago que el acto representaba para la derecha. Con especial confianza trató Olona a Sebastián Pérez, que minutos más tarde, nada más terminar el pleno, se convirtió en el blanco predilecto para las críticas de sus antiguos compañeros del PP. "La culpa de todo la tiene Sebas". 

El presidente provincial del PP, Francisco Rodríguez, que desde que estalló esta crisis municipal tomó las riendas de unas negociaciones que no han prosperado, se ausentó del fiasco. Sin dejar de lado la cortesía, me aclararon que tenía previsto telefonear a Cuenca al finalizar el pleno, pero la agenda lo retuvo en otro acto cercano.       

Momento de la investidura como alcalde de Paco Cuenca en el Ayuntamiento de Granada Momento de la investidura como alcalde de Paco Cuenca en el Ayuntamiento de Granada

Momento de la investidura como alcalde de Paco Cuenca en el Ayuntamiento de Granada / Antonio L. Juárez (Photographerssports)

    

Todo esto ocurría en la parte derecha del patio, mientras en la izquierda, como llevados por una inercia imantada, se arremolinaban los concejales, autoridades y acompañantes de los grupos de izquierdas. Ahí sí había ambiente y buenas caras. Eran muchos más y con más galones. La presencia que más brilló fue la del alcalde de Sevilla y nuevo líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, entre otras cosas, por su impagable contribución al desenlace final de este día. Tuvo un saludo muy cariñoso con Luis Salvador, al que trató mucho durante su trayectoria en Cortes, según me aclararon. Le agradeció mucho el voto a Cuenca. 

Hasta el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, se pasó por la Plaza del Carmen al terminar el acto de inauguración del tramo de autovía que oficialmente vino a celebrar en Granada. Sobre ese hito en el asfalto, junto al representante del Gobierno, también estuvo una consejera de la Junta, la granadina Marifrán Carazo. Ella no fue al Ayuntamiento después, pero mucho de lo ocurrido ahí ayer por la mañana no le es para nada indiferente. Tanto por su futuro en un Gobierno andaluz de coalición con Ciudadanos (que sale incendiado de esto), como por su más hipotético futuro en este mismo edificio consistorial de Granada. Quién sabe si no será ella la que vuelva en dos años a por el collar que hoy se ha llevado Cuenca. 

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