Granada

El gran paso adelante de CajaGranada

  • El buque insignia de la economía se une con tres cajas levantinas para formar Mare Nostrum, el líder del Arco Mediterráneo

Pocos pondrán en duda que la noticia económica de la provincia en 2010 ha sido la incorporación de CajaGranada a un grupo, llamado Mare Nostrum, en el que también están otras tres entidades financieras del Levante español: Caixa Penedés, Caja Murcia y Sa Nostra de Baleares.

Un conglomerado con unos números que asustan -73.055 millones de euros de activos, 1.703 oficinas, 8.668 empleados...- que es el resultado de lo que se ha dado en llamar Sistema Institucional de Protección o fusión fría, lo que quiere decir que cada caja conserva su identidad, su obra social y su vinculación con el territorio del que proceden. En el caso de CajaGranada, la provincia y  Andalucía.

El Grupo Banco Mare Nostrum, que así se llama oficialmente, comienza a operar en 2011 después de un proceso que, como puede imaginarse, no ha sido nada fácil. Además de las lógicas tiranteces entre los futuros socios por su porcentaje de representación en la entidad resultante, a CajaGranada le tocó lidiar, si no con la oposición directa, sí con la ausencia de apoyo de la Junta, que cuando comenzaron las negociaciones, a mediados de abril, tenía la pretensión de unir  a todas las cajas andaluzas.

Desde el Gobierno andaluz y desde el PSOE se habló de "caja única" y de "una gran caja andaluza", pero CajaGranada ya había tomado otro camino, esa alianza estratégica que le abría al Arco Mediterráneo y que a la postre se ha visto que era la opción más sensata, teniendo en cuenta que ni Cajasur se quedó en Andalucía -ahora pertenece al BBK vasco- ni se llevó a la práctica una fusión entre Cajasol y Unicaja para la que ni siquiera se llegaron a iniciar las conversaciones.

CajaGranada no actuó como lo hizo por frivolidad ni por capricho, sino casi por necesidad. Desde el Banco de España y el Ministerio de Economía se venía advirtiendo que el mapa de cajas era demasiado grande y que eso iba en perjuicio del sistema financiero español.

Antonio Jara, que relevó de la presidencia a Antonio María Claret en septiembre de 2009, llegó con la misma consigna que éste -aún se recuerda el grito de guerra que lanzó en su primera comparecencia pública: "Fusiones no, gracias".

Pero no era ni una bravata ni una apelación al granadinismo endogámico, sino todo lo contrario. No quería una fusión porque el panorama más cercano -Cajasol y, sobre todo, Unicaja- implicaba una unión en la que la entidad granadina tenía muy poco que ganar y mucho que perder, hasta el punto de que podría ser absorbida por dos cajas de más envergadura.

Pero, desde el principio también, Jara se mostró abierto a otras posibilidades. Habló de "autonomía, pero sin aislamiento" y sugirió una expansión hacia el mercado financiero "español e internacional".  Poco después utilizó otra expresión parecida: CajaGranada debía buscar alianzas estratégicas que le permitieran seguir creciendo. No hacerlo sería tanto como morir.

En abril de 2010, tras comunicarle sus intenciones al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, Jara se lanzó a la aventura, que habría sido más sencilla si al ejecutivo autonómico le hubieran salido los planes. Pretendía que, en primera instancia, Unicaja absorbiera a la moribunda Cajasur para que la entidad resultante, luego, fuera a por Cajasol y CajaGranada.

Pero el plan falló y en la Junta y en el PSOE andaluz hubo dirigentes que apenas pudieron disimular su rabieta y se empeñaron en poner piedras en el camino. El Banco de España acalló las voces críticas y dio vía libre a Mare Nostrum.  Buena singladura.

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