Granada, contra "la enfermedad del siglo XXI": uno de cada diez adolescentes sufre algún trastorno de la conducta alimentaria
La asociación Adaner Granada ha protagonizado un encuentro en la Fuente de las Batallas para reivindicar la lucha contra estas enfermedades
En 2024 la organización atendió a 164 granadinos con posibles casos de trastornos de la conducta alimentaria
El Virgen de las Nieves de Granada reabre el área de hospitalización para trastornos de conducta alimentaria
Se pasaba el día encerrada en casa. Los síntomas le hicieron perder el vínculo con su familia y amistades. Estaba deteriorada, tanto física, como mentalmente. Es la historia de Alba, una joven que se encuentra en tratamiento por un trastorno de la conducta alimentaria. Y quería contar su historia. "Para mí ha supuesto volver a vivir, literalmente. Ahora puedo ver la comida y el deporte de forma sana, sé comunicar mis necesidades y mis límites. Es una ayuda que agradezco y que siempre agradeceré", ha contado a este periódico.
Como ella, más de 400.000 personas padecen algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria (TCA) en España. Una cifra que crece, se diversifica y afecta a edades cada vez más tempranas. Este lunes es el Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria y Granada se ha sumado a la jornada con un acto en plena Fuente de las Batallas de concienciación y educación sobre lo que la presidenta de Adaner, Nazaret Álvarez, ha calificado como "la enfermedad del siglo XXI".
Respuesta insuficiente, pero viva
En Granada, Adaner (Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia de Granada) es la entidad sin ánimo de lucro que lucha cada día, desde 2004, para revertir esta realidad. Este lunes han salido a la calle para conmemorar el Día Mundial de Acción contra los TCA. El 10% de la población adolescente presenta algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, "esto nos obliga como sociedad a mirar de frente el problema y tomar decisiones colectivas para abordarlo con responsabilidad, empatía y eficacia", ha reivindicado Álvarez. De media, cada semana acuden tres personas a la organización. En 2024, atendió a un total de 164 personas, entre pacientes y familiares que buscaban ayuda.
"No tenemos los medios para dar tratamientos porque son muy costosos, pero nos dedicamos a hacer actividades complementarias a un tratamiento específico", ha señalado la presidenta de la entidad, Nazaret Álvarez. Desde la institución ofrecen grupos de autoayuda, escuelas de padres, talleres terapéuticos, charlas informativas y hasta campamentos de verano. Todo ello con recursos limitados y con la ayuda de convenios, como el que mantienen con la Unidad ELCA, clínica privada especializada en el abordaje de estas patologías. Insisten en la importancia del entorno y de la información, “no solo es la paciente, también los familiares. Todo debe ir a una”.
Enfoque multidisciplinar
“Una recuperación plena requiere de una perspectiva multidisciplinar. La psicología no solo aborda el síntoma, sino también la motivación de fondo”, ha explicado Alejandro Gálvez, psicólogo especialista en TCA. Estas conductas tienen orígenes muy diversos: “Hay influencias sociales, familiares, económicas e incluso biológicas. Pero sobre todo, hay un malestar que no se sabe cómo gestionar y la comida se convierte en una vía de escape o control”. La psicología no solo aborda el síntoma, sino también la motivación de fondo.
Ángela Rodríguez es una de las profesionales de Unidad ELCA. "Mi forma de entender la nutrición cambió por completo cuando empecé a trabajar con personas con TCA", ha reflexionado. Su visión se amplió tanto, que ahora compagina la labor en la clínica con la divulgación en redes sociales. El objetivo, que las personas "se sientan vistas y encuentren una voz que les diga que no están solas". Su trabajo no es decir qué comer, "sino ayudar a que vuelvan a escucharse y salgan del bucle de control y culpa".
Infradiagnóstico, especialmente en niños
Si bien se estima que el 90% de los casos diagnosticados son niñas y mujeres, Gálvez ha puesto el foco en la infrarrepresentación de los hombres, a quienes "se les ha impuesto una peor gestión en cuanto a comunicación emocional y gestión del malestar”. Destaca perfiles como la vigorexia, más frecuente en ellos. Este trastorno se vincula a la idea de tener un cuerpo "demasiado pequeño o poco musculoso", lo que se traslada a ejercicio intenso y una alimentación desequilibrada, en la que se consume un exceso de proteína a costa de otros nutrientes.
Según estudios de la Universidad Miguel Hernández, ya se detectan casos desde los ocho años. "Desde que somos niños y niñas, aprendemos que hay cuerpos que valen más" que otros, esto resulta en un aumento de la patología entre los más pequeños, ha explicado Rodríguez. Son mensajes que nos llegan desde la publicidad, los medios de comunicación y en los últimos años, las redes sociales.
Existen muchas conductas que han sido integradas y aceptadas a nivel social. Es una "problemática banalizada”, desde la operación bikini o los atracones en Navidad hasta ese “excesivo culto al cuerpo" bajo la excusa de "cuidarse". "Cuando normalizamos el control, la restricción o el miedo a ciertos alimentos, estamos sembrando terreno para que estos trastornos aparezcan", ha puntualizado la nutricionista.
Una sanidad pública que "cojea"
Aunque existen unidades especializadas, como en el Hospital Virgen de las Nieves en Granada, su funcionamiento ha estado en entredicho. Esta área de hospitalización, que se abrió en 2021 tras la petición de una madre en Change.org, ha estado temporalmente inhabilitada durante más de año y medio. Su reapertura, el pasado mes de abril, ha permitido volver a recibir a pacientes en la que fue la primera unidad destinada a estas patologías en toda Andalucía.
Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. “No hay recursos suficientes, ni profesionales, ni asociaciones. El sistema está cojo”, han señalado desde Adaner. Además, acceder a un tratamiento dentro de la sanidad pública implica un largo proceso de valoraciones, lo que puede retrasar meses una atención que suele ser urgente, a lo que se suman las escasas plazas.
Las niñas en tratamiento han hecho un llamamiento durante la lectura del manifiesto en la Fuente de las Batallas, "la sanidad pública no nos entiende, ni tiene recursos para hacerlo", aunque se trate de una "emergencia en salud mental". El delegado territorial de Salud y Consumo, Indalecio Sánchez-Montesinos, que ha asistido a la cita junto a otras autoridades, ha admitido que la situación actual en la Junta de Andalucía es "insuficiente", pero para poder progresar "es imprescindible que las instituciones sepan ir de la mano".
Radiografía del problema: hablar para sanar
En 2024, Andalucía ha registrado casi 3.400 nuevos diagnósticos, de los cuales 912 son hombres y 2.484 mujeres. En total, se estiman 17.500 casos activos en la comunidad, según la Base Poblacional de Salud de 2024. Concretamente, los jóvenes de entre 15 y 19 años siguen sumando el mayor número, pero en realidad, estos trastornos no entienden de edades. Se han reportado incluso casos en niños menores de 9 años, lo que evidencia una alarmante tendencia en la edad de inicio.
"Pedir ayuda no es un fracaso, es un acto de valentía. La recuperación no es perfecta, pero es totalmente posible. Y merece mucho la pena", ha concluido Rodríguez. Cada testimonio, cada cifra, cada actividad de prevención suma en la lucha contra los TCA. En este Día Mundial de Acción, la consigna es clara: hablar sin miedo, actuar sin descanso y cuidar sin juzgar. Porque detrás de cada diagnóstico hay una historia como la de Alba. Y miles más que aún no se han contado.
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