Granada suma una semana completa con mala calidad del aire
La acumulación de partículas PM10 se ha duplicado desde el pasado lunes

La calidad del aire que respiran los granadinos desde hace una semana es mala. Los parámetros permitidos en el número de partículas en suspensión se llevan superando siete días en las estaciones de medición de la capital. La causa, el calor, la calima que impide que circule el aire y por tanto se concentra la contaminación en una ciudad donde su orografía no beneficia a la calidad del aire. Y además, el tráfico. Desde hace meses los niveles de calidad del aire que se miden diariamente en las estaciones y de los que se reportan datos en la web municipal estaban en nivel bueno salvo algún día excepcional. Pero no se había dado en esta temporada aún que una semana completa los niveles fueran de alerta.
Según los datos del Servicio de Protección Ambiental del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada de este mismo domingo, tanto en la estación Granada Norte como en la del Palacio de Congresos, el Índice de Calidad del Aire es malo por la concentración de partículas PM10. En el caso de la estación del Palacio de Congresos, también es mala la acumulación de partículas PM25. El Índice de Calidad del Aire es malo cuando supera la cifra de 100. En la estación Granada Norte está en 160 y en Palacio de Congresos, en 171 de media aunque se ha llegado a superar los 200 en las últimas horas de la noche.
Además, el nivel diario de partículas PM10 se ha duplicado desde el inicio de semana, cuando estaba en 45 y ahora supera los 80 en ambas estaciones. El valor límite diario de PM10 para la protección de la salud humana es de 50 µg/m3.
Con esto, está activo el nivel de alerta 3 (preaviso) por superación de niveles en el valor medio diario de partículas. Cuando se está en este nivel se recomienda incrementar el uso del transporte público para evitar emisiones.
La contaminación atmosférica por material particulado es la alteración de la composición natural de la atmósfera como consecuencia de la entrada en suspensión de partículas, ya sea por fenómenos naturales (incendios forestales, emisiones volcánicas, nubes de polvo...) o por la acción del hombre (industria, quema agrícola, automóviles, construcción...). Los efectos nocivos sobre la salud se deben a que las partículas penetran en los pulmones, los bloquean y evitan el paso del aire, lo cual conlleva deterioro de los sistemas respiratorio y cardiovascular, alteración de los sistemas de defensa del organismo contra materiales extraños, daños al tejido pulmonar, carcinogénesis y mortalidad prematura.
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