Un hogar para aprender a convivir

La ONG Meridianos gestiona una casa de convivencia para menores en La Chana En el centro conviven chicos de entre 14 y 18 años sujetos a medidas judiciales

María José Sánchez, durante su visita ayer a la casa en La Chana.
María José Sánchez, durante su visita ayer a la casa en La Chana.
Josefina Grosso Granada

09 de agosto 2013 - 01:00

La casa de convivencia para menores que gestiona la entidad Meridianos es lo que todo el mundo entendería como un hogar. Eso es lo que se pretende. Acoge a menores de entre 14 y 18 años en riesgo de exclusión que han cometido alguna infracción y que por orden judicial tienen que cumplir su condena en lo que se llama "régimen abierto". No están privados de libertad sino que conviven con otros menores en estas casas durante los meses estipulados por el juez.

"Este tipo de centro supone un esfuerzo por parte de la administración autonómica importantísimo, pero es un esfuerzo que merece la pena porque nuestro futuro son nuestros jóvenes. La mayoría de los que pasen por aquí posiblemente nunca vuelvan a cometer delitos. En el centro se les enseña a resolver los problemas de una manera diferente a como hasta ahora lo venían haciendo", explicó ayer durante una visita al centro la delegada del Gobierno en Granada, María José Sánchez Rubio. La delegada quiso desde el primer momento agradecer y destacar la labor de todos los trabajadores del centro afirmando que "hacen un trabajo impagable " ya que "esta manera de resolución de problemas que se hace con este tipo de régimen abierto siempre da sus frutos".

Sánchez explicó que lo que se busca con estas iniciativas es conseguir que estos chicos -aunque hayan cometido infracciones- cambien y puedan reinsertarse en la sociedad y no vuelvan a delinquir. Salvar a estos chavales de alguna manera para no que acaben "entre rejas unos años después".

"Decir que tanto para la Delegación del Gobierno como para la Consejería de Justicia e interior es muy importante que la Ley del menor aplique sus medidas de régimen abierto ya que de esa manera no hay privación de libertad, los niños están conviviendo para aprender y no volver a cometer las infracciones que en su momento cometieron".

Estas medidas son efectivas. El seguimiento y la contención que se les hace a los menores y los buenos resultados que se obtienen está provocando que se apliquen cada vez más estas medidas. "En lo que va de año se han adoptado en Granada unas 400 medidas de este régimen por parte de los juzgados de menores".

La mayoría de los jóvenes que viven en esta casa han tenido algún problema en su entorno familiar, muchos de ellos situaciones de violencia dentro de su propia familia y otros problemas de convivencia social.

Los menores están tutelados por nueve trabajadores sociales y psicólogos, por lo que, como se preocupó en destacar Sánchez, "reciben un trato prácticamente individualizado".

Desde que el juez dicta sentencia y entran al centro, este automáticamente pasa a ser su hogar. Conviven durante un promedio de un año; son libres, pueden salir y entrar, pero deben cumplir unas normas básicas y unos horarios. Se busca normalizar su situación, enseñarles a comportarse, " a reaccionar de manera no violenta ante distintas situaciones", comentó la delegada durante su visita. "Se busca que estos chicos al ser adultos no terminen siendo delincuentes", sentenció Sánchez, y por eso la administración interviene en este tipo de centros para corregir los malos hábitos y evitar que el día de mañana se conviertan en delitos graves.

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