El implante de semillas de yodo evita la cirugía en cáncer de próstata inicial
El hospital Virgen de las Nieves ha tratado ya a tres pacientes con esta nueva técnica de braquiterapia que además de curar, mejora la calidad de vida del paciente y presenta menos efectos secundarios
Los avances médicos no dejan de sorprender y alcanzan niveles impensables para la población de base. Ahora, la buena noticia es para los pacientes diagnosticados de cáncer de próstata, que podrán evitar la cirugía siempre en casos que se encuentren en etapa inicial y cumplan una serie de características médicas.
La alternativa es una nueva técnica de braquiterapia de alta tasa, consistente en la implantación permanente de un número variable de semillas de yodo radioactivo (entre 80 y 120) que irán eliminando su radioactividad lentamente. Una técnica que además de curar mejorará la calidad de vida del paciente y tiene menos efectos secundarios que la cirugía.
Desde que comenzó a aplicarla el hospital el 18 de marzo, ya ha tratado a tres pacientes. "Se hace en pacientes con estadios iniciales a los que luego se les hace los seguimientos correspondientes pero está demostrado que los resultados son iguales o mejores que la cirugía y los efectos secundarios mínimos o transitorios", explica la doctora Rosario del Moral, responsable del servicio de Oncología Radioterápica del Virgen de las Nieves.
Médicamente, el tratamiento se reserva aún a pacientes con tumores pequeños, histológicamente bien diferenciados, con PSA bajo.
La técnica se realiza por parte de un equipo multidisciplinar formado por oncólogos radioterapeutas, urólogos y radiofísicos en un procedimiento laborioso que puede durar dos o tres horas.
La aplicación de la braquiterapia de alta tasa al cáncer de próstata es la más reciente del equipo de oncología radioterápica del Virgen de las Nieves. El hospital comenzó a aplicar este tipo de braquiterapia en 2006 aunque desde 1989 aplicaba la de baja tasa.
La diferencia entre ambas está en que la de alta tasa -la más reciente- se aplica casi como tratamiento ambulatorio ya que se aplican dosis más altas en menos tiempo y en zonas más específicas, lo que hace que el paciente reciba el tratamiento en diez minutos y luego pueda marcharse a casa. Antes, con la de baja tasa, el tratamiento se aplicaba fraccionando las dosis y se llevaba entre 30 y 70 horas con el paciente ingresado en el centro y aislado por las radiaciones.
"La braquiterapia de alta tasa permite mejorar la calidad de vida de los pacientes, que sobre todo valoran el hecho de no tener que estar ingresados y aislados durante el tratamiento", explica Del Moral.
Ahora, la braquiterapia de alta tasa se aplica en tumores de la rama ginecológica como el de cérvix, endometrio, vagina o mama y también en casos de tumores de labio, por lo que la gran mayoría de pacientes son mujeres. "Se hace así porque son los tumores que está demostrado que tienen más susceptibilidad de ser tratados con esta técnica".
Pero el hospital quiere ir más allá y ya estudia aplicarla en cáncer de pulmón y esófago y después en próstata más avanzados.
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