El informe del comité asesor externo nombrado por la Junta de Andalucía para el balance de la gestión y propuestas de mejora para la pandemia del Covid-19 se encuentra en su fase inicial de elaboración, por lo que las propuestas que se deriven de él todavía no se han puesto sobre la mesa. La estimación que se ofrece es que para finales de este mismo mes, "quizás un poquito antes", ya se puedan ofrecer las primeras conclusiones, según explicó ayer a este diario uno de sus miembros, el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), José Martínez Olmos.

Un informe del que saldrá una radiografía de la situación del coronavirus en Andalucía, los puntos flacos de su gestión y las alternativas o soluciones para contenerlo en los próximos meses hasta que empiecen a llegar las primeras dosis de la vacuna, que en palabras del Ministro de Sanidad, Salvador Illa, podrían empezar a llegar en el mes de diciembre.

Como experto en la materia, José Martínez Olmos no avanza las líneas por las que irá este informe, sujeto a un estudio y reflexión por parte de todos los ponentes de este panel organizado por la Junta. Aun así, a título personal, el profesor de la EASP cree que "en términos epidemiológicos estamos ante una segunda ola" del coronavirus. "Ha vuelto a subir la incidencia y claramente lo que sucede es una mezcla de dificultades para poder prever los brotes, por necesidad de un refuerzo de la Atención Primaria, comportamientos de la ciudadanía, o la relajación de las costumbres", explica el profesor.

Referido a uno de estos puntos, el del rastreo de contactos tras un positivo, Martínez Olmos afirma desconocer el número de profesionales destinados a esta labor en Andalucía, y que este punto no se está valorando ahora mismo, pero el profesor mantiene que "es importante establecer unos indicadores para decir qué número de personas dedicadas al rastreo son necesarias". Así, continúa, en su opinión la ratio idónea es que haya un trazador de coronavirus por cada 5.000 habitantes, "que es lo que dice la Organización Mundial de la Salud".

"Para que se plantearan confinamientos tendría que haber una situación de transmisión comunitaria sostenida y sin control", comento Martínez Olmos ante la posibilidad de que se vuelva a vivir una situación como la acaecida durante el estado de alarma, y después de que varios municipios de la provincia hayan pedido a sus vecinos confinamientos voluntarios para atajar los brotes. "Donde los haya, sea una ciudad, una provincia o una comarca, sí serían necesarios aunque no tiene por qué ser obligatorio quedarse en casa. Basta simplemente con restringir horarios de salida, etcétera", añade Martínez Olmos a su visión personal.

Por eso, las medidas que se están tomando durante las últimas semanas de cierre del ocio nocturnos, parques o playas, al profesor le parecen "necesarias", aunque la respuesta a si son efectivas es estas consiguen "bajar la incidencia. Si no lo logran, entonces es que son insuficientes".

En cuanto a la situación que se va a vivir estas semanas con la vuelta al colegio en la educación primaria, para Martínez Olmos "es lógico" que haya miedo en los padres "por la situación de incertidumbre que hay". Las medidas implementadas por la Junta y los centros educativos "hay que ver cómo se cumplen porque hay consenso entre las autoridades sanitarias y educativas", y da por seguro que habrá "brotes por toda España porque es inevitable, no hay riesgo cero".

"Ahora bien, lo que creo que hay que hacer fuera de los colegios. Pensar que en algunos sitios, si la incidencia de nuevos casos demuestra que hay transmisión comunitaria sostenida, en algunas circunstancias puede hacer aconsejable retrasar la apertura de los colegios, se trataría de definir cuál es el nivel razonable", relata el profesor. "No es solamente lo que hagas en el colegio, que tengas los geles y que tengas a los niños con distancia, sino que desde fuera no traigan la infección. Y eso es lo que han hecho en Asturias y Murcia", concluyó Martínez Olmos.