La celebración del Día Internacional de la Mujer, el 8M, ofrece un año más la oportunidad de poner el foco sobre la realidad de vulnerabilidad que acompaña a las mujeres día a día y que se encuentra asentada sobre un sistema de desigualdad entre hombres y mujeres de manera estructural e histórica, con consecuencias directas sobre todas ellas. Así lo entiende Cáritas Diocesana de Granada, que además advierte de que estas desigualdades recorren todos los ámbitos de nuestra sociedad y queda patentes cuestiones como la brecha en el mundo laboral y las dificultades para la conciliación y la corresponsabilidad, hasta cuestiones tan serias como la violencia sexual y los feminicidios.
En España, el último informe FOESSA da constancia del aumento de la brecha de género en nuestro país y un retroceso para muchas mujeres en términos de la integración social. Sin embargo, la tendencia general en hogares encabezados por los hombres ha sido el descenso de la integración plena a la precariedad y en los hogares encabezados por mujeres, ha prevalecido el descenso de la integración precaria a la exclusión.
Según los últimos datos facilitados, Cáritas acompañó en torno a 5700 mujeres a través de diversos programas y servicios realizados en la diócesis de Granada.
Cáritas Diocesana de Granada, desarrolla el proyecto "Caminando Juntas" en el cual se atienden a 120 mujeres de las que 34 se encuentran en unos contextos bastante negativos: prostitución y víctimas de explotación sexual. A este programa acuden en su mayoría mujeres inmigrantes en una situación económica irregular puesto que a raíz de la pandemia han perdido sus trabajos, y generalmente han estado al cuidado de personas mayores. Además no tienen derecho a ningún tipo de prestación social, retribución económica o ayuda.
Según Bienvenida, responsable y técnico de este programa: "el perfil habitual del programa es el de una mujer inmigrante, con cargas familiares no compartidas y con una fragilidad anímica evidente. La mayoría de los casos, en situación administrativa irregular, lo que supone estar “fuera” del sistema de protección social"
A este programa también acuden mujeres nacionales a las que no llegan las correspondientes ayudas sociales, como por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital, sobre todo a causa de las incidencias y problemas en la gestión de los trámites y la brecha digital.
En el Programa diocesano de Empleo, participaron 499 mujeres en el año 2020, lo que supone un 75% de las personas atendidas en este ámbito de actuación.
En relación a la desigualdad de género en el ámbito laboral: el último informe de la OIT, se concluye que en el ámbito laboral, la desigualdad entre hombres y mujeres se ha agravado de sobremanera. En el año 2021 el 43,2% de las mujeres en edad de trabajar tenía empleo, frente al polo opuesto, el de los hombres, el cual un 68,6% tenían trabajo.
Las mujeres siguen ganando un 20% menos que los hombres y sus salarios se ven más perjudicados cuando estas pertenecen a minorías étnicas. En el caso concreto del empleo de hogar, hecho mayoritariamente por mujeres, es especialmente grave la situación de vulneración de sus derechos laborales.
En este jornada internacional del 8 de marzo, día internacional de la mujer, Cáritas hace un llamamiento a las Administraciones públicas, a los políticos, a los agentes económicos y sociales, a la comunidad cristiana y a toda la sociedad en general con las siguientes propuestas para lograr la equidad e igualdad entre ambos géneros:
-Construir un marco de relaciones entre hombres y mujeres sin barreras ni divisiones. Donde los derechos de las mujeres y de las niñas sean protegidos, respetados y garantizados.
-Trabajar por un mundo libre de violencias machistas en el que no se criminalice a las víctimas, sino a los culpables, que evite así pues, la politización de las violencias vividas por las mujeres y que, desde la conciencia de que no son hechos aislados, reclaman respuestas públicas valientes y unánimes
-Apostar intensamente por una educación basada en la igualdad de roles, la responsabilidad compartida y la tolerancia que sirva como base para lograr erradicar todo tipo de conducta machista
-Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres en la vida política, económica y pública.
A través de la puesta en marcha de políticas públicas reales, dotadas de recursos y encaminadas a erradicar las desigualdades existentes tanto en el ámbito internacional como local, se conseguirá una sociedad auténticamente igualitaria, inclusiva y sostenible.
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