Más que un joyero

La emblemática joyería de la calle Ganivet número 8 lleva cuarenta años ayudando a cumplir sueños.

19 de diciembre 2010 - 01:00

Resulta significativo que My way sea la canción favorita de Juan Manuel Soler porque, seguramente, haber hecho las cosas a su manera ha sido el secreto de un más que merecido éxito. Traspasar el umbral de su joyería de la calle Ganivet 8 es una experiencia fascinante. Una vez superado el impacto de verse rodeado por los destellos de unas joyas de ensueño -nunca se sabe cuál es la más hermosa- llega el mejor momento: el lujo de que el fabuloso equipo de la joyería te atienda con una calidez muy especial. Y es que el amor, el respeto y la generosidad han sido claves en la trayectoria profesional de un hombre que no necesita apellido porque todos lo conocemos como Juan Manuel.

-¿Es usted de los que llevan una joya o piedra como talismán?

-Personalmente, me gusta llevar un buen reloj.

-¿Qué diría a esas personas que se asoman al escaparate de las joyerías al estilo Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes' sin atreverse a entrar porque cuentan con poco presupuesto?

-Hay joyas con diamantes desde 50 euros, todo el mundo puede acceder a ellas. Lo importante es la ilusión con la que se compre, en la actualidad tenemos la suerte de contar con una amplia gama de precios. Y no debe dar corte entrar a una joyería y decir el dinero que uno se puede gastar, porque nosotros siempre nos vamos a esforzar por que todo tipo de cliente salga de aquí con una gran sonrisa y feliz de haber cumplido su sueño.

-¿Qué es el lujo?

-Permitirse un capricho o ilusión, en un momento determinado.

-¿Las joyas nunca fallan? ¿Cuál es su piedra favorita?

-Bajo mi punto de vista, con una joya se acierta siempre. Mi piedra favorita, sin duda, es el diamante.

-¿El secreto del éxito es saber ir más allá, tener visión?

-Como decía mi padre, se nace o no con un sexto sentido, se tiene o no se tiene, el tenerlo te lleva a ir más allá...

-Adora Granada pero también es un viajero empedernido ¿qué aprende cuando sale de la ciudad?

-Me encanta conocer culturas diferentes, el trato y comunicación con personas de otras partes del mundo me ha enriquecido para estar siempre a la vanguardia.

-Cinco ciudades favoritas.

-Venecia, París, Londres, Dubrovnik y, sin duda, Palma de Mallorca.

-Lleva una foto de su madre en la cartera. ¿Quería que se dedicara a la joyería?

-Mi madre ha sido la mujer más importante de mi vida, la admiraba por su tesón, fuerza, constancia, dinamismo y la gran ternura y amor que me aportó. Mi madre me marcó la línea... y estaba muy feliz de que eligiese este camino, ya que mi padre también se dedicó a esta profesión y ella tenía una gran admiración por el mundo de las joyas. Mi padre era de Almería y mi madre de Granada, se enamoraron profundamente, pero a los pocos años la historia de amor terminó. He crecido completamente influenciado por una casa en la que se respiraba y se vivían las joyas.

-Se acerca un tiempo de regalos. ¿La mejor joya para una madre, para una esposa y para una hija?

-Para una madre el cariño de sus hijos y comprobar que se hayan cumplido los objetivos y sueños de ellos… He comprobado a lo largo de mi vida que las madres son agradecidas con cualquier joya. Para una esposa, un anillo de diamantes y para una hija unos pendientes de brillantes, por ejemplo, aunque pueden ser otras muchas. En realidad, más importante que una piedra determinada es el recuerdo que queda del momento en que se hace el regalo

-Cuarenta años de joyero, debe sentirse muy orgulloso. ¿Han pasado rápido?

-Lo estoy, muy orgulloso y con toda la fuerza para seguir avanzando en mi trayectoria. Sorprendentemente, si en la vida estás inmerso en el trabajo y dedicado a tu profesión… los años vuelan. Pero ahora que hablamos de estos cuarenta años de Joyería Juan Manuel quiero dar las gracias a todos los granadinos, amigos y clientes, por haber hecho posible que llegara hasta aquí y pueda continuar con el apoyo de todos para los proyectos futuros.

-¿Se compran más joyas ahora que hace 40 años?

-Sí, el mundo de la joyería ha evolucionado de tal forma que cualquier persona puede acceder a una joya.

-El momento más amargo de su carrera y el más feliz.

-Nunca lo olvidaré, el 4 de agosto de 1983, cuando sufrí un atraco importante y, desgraciadamente, no tenía seguro en ese momento. Felices tengo diferentes momentos: el nacimiento de mis hijos, cuando conocí a Esther, mi mujer...

-¿Hay algo que le dé miedo?

-La inseguridad.

-¿Cómo celebra un triunfo?

-Compartiéndolo con mi familia y mis amigos.

-Un secreto profesional.

-No hay secretos: el trabajo.

-¿Un sueño por realizar?

-Abrir una segunda joyería en la Calle Reyes Católicos, donde estaba la joyería Regente.

-¿Las joyas y el mundo del lujo crean adicción?

-Sí, porque las joyas dan belleza y una mujer coqueta nunca prescindirá de ellas, las joyas cautivan, persuaden e ilusionan, son muy seductoras. El mundo del lujo engancha porque satisface la vanidad de las personas.

-Una canción y una película favorita.

-My way de Sinatra y El final del romance.

-¿Se hacen joyas de calidad en España?

-Por supuesto, tenemos grandes fabricantes.

-Su hijo Daniel es su mano derecha en la joyería. ¿Le hace feliz trabajar cerca de él?

-Mi hijo es el sucesor de la joyería, en él están puestas mis ilusiones. Es una persona de gran valía.

-¿Cree en las propiedades "mágicas" de las joyas, piedras y metales? ¿Cuáles son las más poderosas?

-El diamante transmite seguridad; el zafiro, la esmeralda, el rubí... La piedra luna, ahora muy de moda, aporta energía positiva.

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