La Audiencia de Granada celebra desde este lunes el juicio, con jurado popular, contra el legionario acusado de asesinar en febrero de 2020 en Granada a su expareja, que había acabado con la relación un mes antes y a la que asestó un corte mortal en el cuello. Un jurado popular se encargará de la causa contra A.M.M., un joven que permanece en prisión provisional acusado de asesinar a su expareja, una maestra natural de Íllora (Granada) y madre de una menor que tenía once años en el momento de los hechos.
El procesado, legionario destinado en Almería, mantuvo durante un año y medio una relación con la víctima, que decidió separarse en enero de 2020 pese a la oposición de él, que había intentado retomar la relación con llamadas que provocaron que ella incluso le bloqueara en el teléfono móvil. Los hechos se remontan al 8 de febrero cuando el procesado salió de su vivienda familiar, ubicada en Guadix (Granada), y se trasladó hasta el domicilio de su expareja, ubicado en la calle Pavia del populoso barrio del Zaidín.
Aprovechó entonces que salían unos vecinos del portal para acceder al edificio después de que, el día anterior, la víctima no hubiera accedido a abrirle la puerta. En esta ocasión, la mujer abrió la puerta sin percibir riesgo en su decisión hasta que comenzó una discusión con el procesado motivada por celos, ya que ella le reiteró que no quería retomar la relación y que iba a empezar a hablar con otras personas.
Corte mortal en el cuello
Cuando el procesado comprobó que eso era verdad por mensajes en el móvil de ella, con el "decidido e inequívoco propósito de acabar con su vida" según la Fiscalía, agarró a la víctima del cuello de manera sorpresiva y la golpeó contra la pared. Una vecina escuchó los gritos pidiendo auxilio de la víctima y alertó al padre de la fallecida, aunque el procesado le agarró del cuello con fuerza y provocó que cayera al suelo semiinconsciente.
El acusado cogió entonces un cuchillo y le asestó un gran corte en el cuello que le afectó a la arteria carótide, lo que le hacía perder mucha sangre, y seccionó la tiroides, anulando así los mecanismos para respirar, lo que provocó al muerte de la víctima. El joven actuó tras cerrar la casa por dentro, lo que impedía que nadie pudiera ayudar a la víctima.
Después de los hechos, salió de la vivienda y se cruzó con el padre de la fallecida y un vecino que habían intentado entrar en la casa para ayudar a la víctima. El procesado se subió en su vehículo y se fue hasta la vivienda familiar, donde contó a su madre y a su hermano que había matado a su "novia", tras lo que su hermano lo llevó al cuartel de la Guardia Civil de Guadix para que se entregase.
La Fiscalía ha recalcado que actuó ante la "total indefensión" de la víctima, que le abrió sin esperar la respuesta violenta, y sin tener afectadas sus capacidades. Ha calificado los hechos, que se juzgan desde este lunes, como un delito de asesinato con los agravantes de parentesco y de género, y ha solicitado para el procesado una pena de 25 años de prisión. La Sección Segunda de la Audiencia de Granada ha previsto cinco sesiones de juicio.
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