Diez mil kilos de comida diarios para luchar contra el hambre

Miles de personas comen a diario gracias a la labor desinteresada de instituciones benéficas como la fundación Banco de Alimentos y a la de voluntarios que prestan sus servicios para que esa comida llegue a sus destinos.

La asociación humanitaria reparte todos los miércoles y sábados de agosto unos 10.000 kilos de comida para continuar la labor de recogida, selección y distribución de alimentos que se viene haciendo durante todo el año y que no puede irse de vacaciones.

El vicepresidente del Banco de Alimentos, Antonio López Barajas, comenta que cerca de 30 centros pasan al día por la sede de la fundación en Mercagranada, en la carretera de Córdoba. López Barajas destaca que los principales destinos de los productos son guarderías, residencias de ancianos, conventos, asociaciones de toxicómanos, centros de Cáritas, colegios o los servicios sociales de los ayuntamientos. Además recuerda que "este año se ha incrementado mucho" la demanda de servicios sociales del Área Metropolitana. "Existen muchos proveedores que donan alimentos a la fundación", comenta Antonio López, entre ellos los propios almacenes de Mercagranada, Puleva, Dhul, o cooperativas motrileñas que aportan grandes cantidades de fruta al Banco. Es importante, apunta el vicepresidente de la organización, que "la gente sepa qué hacemos en la fundación" porque todavía hay personas que no saben que existe este tipo de organizaciones y la labor que desempeñan.

Estas organizaciones sin ánimo de lucro están integradas por voluntarios que, desinteresadamente, ayudan en tan necesaria labor. La mayoría de ellos son personas jubiladas que se acercan a colaborar en la recogida, selección y distribución de alimentos. Antonio comenta que suele haber durante todo el año unos cuarenta y cinco voluntarios.

El Banco de Alimentos posee siete vehículos para la recogida y distribución de comida. Una parte de ellos han sido donados por entidades financieras a través de su obra social. La mayoría de los beneficiarios acuden a la sede del Banco de Alimentos a recoger la comida o, en caso contrario, es la propia organización quien lleva los alimentos a los centros que no disponen de furgonetas o vehículos para poder transportar los víveres.

Esta organización busca continuamente las aportaciones de socios colaboradores que paguen una cuota para sufragar gastos, y las donaciones de alimentos para cubrir las demandas. Estas donaciones desgravan un 25% si son personas físicas, y un 35% si son empresas, recuerda Antonio, para que se anime la gente.