Son las doce del mediodía frente a la puerta de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en Granada. Es jornada de huelga, aunque una huelga segmentada. Pese a que sector de educación está unido en la lucha por lo que denominan una "enseñanza segura", no hay acuerdo entre los cinco sindicatos que componen la Mesa General de Negociación con la Junta de Andalucía en cuanto a las formas de reivindicar más medidos y medidas frente al coronavirus.

Hace menos de media hora que los representantes de CSIF, UGT y ANPE, los tres sindicatos descolgados de la huelga, protagonizaban una concentración frente al edificio de La Normal (sede de la Junta y la Delegación en Granada), pero ahora son los partidarios de la movilización promovida por CCOO y USTEA, arropados por la CGT, los que empiezan a tomar las calles de la ciudad. La reivindicación se traslada ahora a la calle Gran Vía de Granada. Así arrancó una jornada de huelga en Granada que según datos de la Junta pinchó en seguimiento (no llegó al 6%), pero según los convocantes fue "satisfactoria" (entre el 40 y el 60%).

Con filas bien organizadas de cinco personas, todas ellas bien distanciadas, la manifestación partió a las 12:30 horas y terminó junto a la estatua de Isabel La Católica -cosas del coronavirus-, con la intención de "dar ejemplo y demostrar que hay más seguridad aquí que los colegios", según se escuchó en varias ocasiones. 

Decenas de docentes llamados por los sindicatos, pero también padres y alumnos, arengados a la reivindicación por los sindicatos de estudiantes USE, FdE y Estudiantes en Movimiento, así como la Federación de Asociaciones de Madres y Padres FAMPA Alhambra, Marea Verde y Docentes X Primaria, e incluso algún representante político de IU o PSOE (oposición en la Junta) tomaron las calles para exigir una #VueltaAlColeSegura, ante la "falta de medidas" con las que se han topado, según denunciaron, tras iniciar el nuevo curso escolar.

Al compás de palmas, críticas al consejero de Educación, Javier Imbroda y cánticos a favor de la educación pública, la marcha, que finalmente congregó a unas "500 o 600 personas", según los datos oficiales dados por la Policía Nacional, pero que a tenor de lo que se veía en la calle, fueron más de 1.500 las personas que secundaron la movilización. El baile de cifras que se había visto previamente en torno al seguimiento de la jornada de huelga en las aulas, también volvía a aparecer en cuanto a la participación en la marcha, que culminó al filo de las dos de la tarde con la lectura de un manifiesto en el que se solicitaba, entre otras cuestiones, la bajada de ratios, la garantía de una educación presencial y más personal docente.

Sin embargo, esta forma de reivindicar no quedó exenta de críticas. Unas horas antes de que se llevase a cabo la marca, la delegada de Educación en Granada, Ana Berrocal, aseguró que "los centros han abierto y van avanzando con la normalidad prevista. Hay mecanismos a todos los niveles para la prevención y atención inmediata de dichos centros".

Tras ello, la delegada del ramo pidió "responsabilidad": "No podemos estar presionando desde todos los sectores para que los equipos educativos se encuentren presionados. ¿A quién beneficia? Pido a los sindicatos y representantes que reflexionen, que cambien su actitud, que hagan un pacto tácito por la mejora de la educación en la situación que tenemos y no para crear el caos y la confusión y crear justo lo contrario al objetivo perseguido".

Berrocal insistió en que "el problema que tenemos es de salud, sanitario, una pandemia que afecta a todos los ámbitos, tanto público como privados. Lo que tenemos que hacer es ocupar el tiempo para trabajar con un objetivo común y hay que despolitizar la educación. La educación no puede ser el campo de batalla donde se libren las batallas políticas. Necesitamos un pacto a nivel nacional de educación".