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¿Habrá medusas este verano en la Costa de Granada?

  • La presencia de estos organismos gelatinosos depende de factores como la meteorología o el régimen de vientos

Ejemplar de medusa sobre la arena.

Ejemplar de medusa sobre la arena. / Erasmo Fenoy

La presencia de medusas en la línea litoral de Granada es uno de los elementos que, año tras año, causa expectación entre residentes y visitantes de la Costa. ¿Habrá medusas este verano? La respuesta es que, a día de hoy, no se sabe. En estos días, en Almuñécar, han aparecido ejemplares de Pelagia noctiluca, posiblemente traídos hasta la Costa por el viento.

Según explica el profesor del Departamento de Zoología de la Universidad de Granada Luis Sánchez Tocino, la presencia o no de estos organismos gelatinosos en la zona de bañistas depende de factores como la meteorología o los vientos. Mientras que si son de poniente estos cnidarios se alejan de la línea de baño, los de levante los acercan.

"Depende de las lluvias, de si hay precipitaciones en la época de reproducción...", enumera el profesor Sánchez Tocino, que indica que "no se puede hacer una previsión" sobre si habrá o no cnidarios este verano en la Costa de Granada.

Sánchez Tocino añade que existen registros desde hace dos siglos que marcan una posible pauta de aparición más notable de estos organismos cerca de la línea costera. Esta pauta correspondería a ciclos de entre diez o doce años. Sin embargo, "por culpa nuestra" estos ciclos parece que son más estrechos "posiblemente por culpa de la sobreexplotación de los recursos pesqueros y de la contaminación", además de aspectos como la falta de depredadores naturales que tienen estos organismos. La huella humana también queda marcada en el mar.

Las medusas, apunta el profesor, se alimentan de larvas de peces. Por eso su mayor presencia en el mar, aparte de alertar a los bañistas, supone un reto para el sector pesquero. A más medusas, más larvas son devoradas y, por lo tanto, menos peces.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Proyecto Medusa cuenta con una Guía de identificación y tratamiento de picaduras de medusas de la costa mediterránea española. En este documento se especifica que las células urticantes son empleadas para alimentarse y defenderse. Estas células, denominadas cnidocitos, se activan por contacto físico o por un estímulo químico. Dentro del cnidocito hay un filamento enrollado acabado en un dardo. El picotazo se produce cuando el dardo se dispara y perfora la piel con "una aceleración similar al disparo de un revolver". 

Existen medusas muy urticantes, urticantes, poco urticantes o inofensivas. Para las primeras se recomienda "evitar todo contacto". Lo mismo apunta la Guía para la segunda clase. ¿Cuáles se encuentran en Granada y su Costa? La más frecuente, indica Sánchez Tocino, es la Pelagia noctiluca, de la que se han visto ejemplares en estos días en la zona de Almuñécar. Es de color rosado rojizo, de marrón claro en su fase juvenil. Puede alcanzar los 20 centímetros de diámetro de la umbrela, que es semiesférica y cuenta con cuatro brazos gruesos y ochos tentáculos marginales. Es muy urticante y muy frecuente.

En caso de picadura, se recomienda seguir el protocolo general, que consiste en quitar los restos de tentáculos o fragmentos de la medusa. Lavar la zona con agua de mar, aplicar una solución de bicarbonato y también hielo seco durante quince segundos, con lapsos de entre dos y tres segundos. Si el dolor persiste, se recomienda ir al médico o consultar a un profesional de la salud.

Una de las especies que se hizo 'famosa' por su presencia en la Costa de Granada es la Rhizostoma luteum, que destaca por su tamaño. Su presencia es rara y es urticante. Su umbrela puede medir hasta 60 centímetros de diámetro. Los brazos pueden llegar a los dos metros de longitud. Puede observarse sola o formando enjambres.

Sobre la que advierte la Guía por lo peligrosa que resulta su picadura es la carabela portuguesa (Physalia physalis), con una parte flotante de hasta 30 centímetros de largo y diez de ancho. La parte sumergida está formada por tentáculos azules finos y largos que pueden tener 20 centímetros. Es muy rara, se avista en primavera y si llega a Granada es porque los vientos la empujan desde la zona del Estrecho.

El documento explica además que, en caso de picadura de medusa, no se debe aplicar agua dulce ni amoniaco. Tampoco se debe echar alcohol ni frotar. Asimismo se pide no aplicar vendajes ni presión. El uso del vinagre está limitado a determinados "casos específicos".

También se incluyen recomendaciones básicas, como no retirar del agua las medusas, no dejarlas sobre la arena ni enterrarlas "porque sus restos siguen siendo urticantes por un tiempo", informar al personal de la playa sobre la presencia de estos organismos y si el encuentro se produce en el mar "nadar pausadamente y salir del agua sin movimientos bruscos".

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