Miguel Donaire, el talento granadino que fue admitido con 15 años en Oxford, finaliza el primer curso universitario entre los mejores
Finaliza con éxito su primer año en la prestigiosa universidad del Reino Unido y este verano, además de descansar, participa en un proyecto de investigación sobre IA
El acelerador de partículas, a punto de conseguir el total de la financiación que necesita
Miguel Donaire Arcas-Sariot (Granada, 2008), el granadino que fue admitido en la prestigiosa Universidad de Oxford con apenas 15 años, ha terminado su primer año de formación en el Reino Unido de forma espectacular. Sus calificaciones en el doble grado de Informática (Computer Science) y Matemáticas le han situado entre los cinco mejores expedientes de su clase. Un éxito que ahora comparte y disfruta con su familia y amigos.
El curso comenzó el pasado mes de octubre, cuando Miguel tenía 16 años. "Ha sido el primer año de Universidad y el primer año para todo", cuenta su madre, María José, que destaca el temple y la mesura con la que su hijo ha hecho frente a este reto, vivir solo y en otro país. Ha sido el más joven de su clase, en la que hay matriculados medio centenar de estudiantes. Nada le ha impedido tener un expediente académico brillantísimo por ahora. Estar entre los mejores de su clase ha sido la guinda para un año académico en el que la 'voracidad' por aprender de este granadino no ha menguado.
Este verano trabaja en un proyecto de investigación. La idea de sus profesores en Oxford era que se quedara allí, pero Miguel optó por trabajar a distancia. En el proyecto está mano a mano con estudiantes de doctorado y de los últimos cursos. De nuevo, este granadino asombra como ya lo hizo en su etapa de estudiante en La Presentación de Granada.
El rendimiento en clase ha sido óptimo, y en esto de tener que desenvolverse él solo en las cuestiones más cotidianas tampoco ha ido mal el curso. Miguel ha gestionado su día a día como cualquier estudiante que sale de casa y tiene que hacer la compra u ocuparse de la limpieza de su cuarto. Afrontar estas experiencias dos años antes de lo habitual no ha sido un problema.
"Él ya dice que aquello es su casa", cuenta María José. Durante todo el curso se han organizado para hacer 'telecenas' y verse al menos una vez al mes. La organización del curso en el Reino Unido es diferente al modelo español y permite que cada dos meses de clase haya siete semanas de descanso, lo que facilita que el estudiantado internacional pueda viajar a sus países de procedencia.
Miguel ha seguido el ritmo de las clases sin problemas. Es más, para el próximo curso tiene previsto matricularse de todas las optativas que hay y luego elegir aquellas más afines a sus preferencias para examinarse. Se ve con fuerzas para afrontar más docencia y, además, compaginar el trabajo en el aula con unas prácticas que va a hacer a partir de septiembre.
El estudiante se muestra encantado con las asignaturas de Inteligencia Artificial, y quiere explorar el terreno de aplicación de esta tecnología en el terreno bancario. Por ahí va a empezar su periodo de prácticas en unas semanas. Por otro lado, ya se le ha planteado incluso hacer el doctorado, aunque Miguel prefiere esperar un poco antes de tomar ese tipo de decisiones. Por ahora el horizonte está ir paso a paso. Tiene entre manos el proyecto de investigación de este verano, que trata de IA, y lo próximo son las prácticas que comenzarán en septiembre y un segundo curso en el que quiere abarcar el mayor número de materias posible.
"Cada año es una nueva sorpresa", destaca María José, que incide en la importancia de que Miguel también conozca otros aspectos de la vida universitaria y equilibre estudios con amigos y aficiones. Por ahora parte de su tiempo libre lo dedica a hacer deporte, práctica que le ha enganchado.
Oxford, donde los exámenes son actos solemnes en los que el estudiantado debe llevar su vestimenta académica, una de las universidades más prestigiosas del mundo y que es sinónimo de exigencia y excelencia, ya conoce a Miguel Donaire.
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