Sucesos

El milagro de Sierra Nevada: el desprendimiento de una montaña deja ocho heridos leves

La imagen es la de un carricoche aún erguido entre cascotes y rocas de gran tamaño. Es el milagro del desprendimiento que este domingo sepultó el punto kilométrico 16 de la carretera A-395, la que une Granada capital con Sierra Nevada. Rocas de gran tamaño que sorprendieron a una familia montándose en su coche, a una veintena de personas en un hotel-restaurante que tuvo que ser desalojado porque las piedras se quedaron a las puertas del establecimiento, y al milagro de que el derrumbe no se produjera 24 horas antes cuando la misma carretera se encontraba atascada de coches que subían a la estación invernal. Un milagro porque lo que podía haber sido una tragedia se ha saldado con ocho heridos de levedad, dos de ellos una bebé de seis meses y un niño de dos años, que al cierre de esta redacción permanecían estables en observación. La carretera quedó cortada para todo el día y este lunes se decidirá sobre su reapertura en una reunión de emergencia en la Junta de Andalucía. Si el milagro de que el accidente no se haya llevado vidas por delante ha sido a costa de que los conductores que bajaran de la tierra vivieran un atasco kilométrico, es un buen precio a pagar. La primera hipótesis son "causas naturales".

Fue cerca del mediodía de ayer cuando lo que estaba siendo una mañana rutinaria y casi tranquila para tratarse de plena temporada invernal se transformó en una historia para no creer. Piedras y rocas de gran tamaño, algunas mayores que un coche, se desprendieron de una ladera de la montaña que hay sobre el kilómetro 16 de la carretera de Sierra Nevada, en un punto muy conocido ya que hay un restaurante y donde está el primer estrechamiento de la vía que sube hasta la estación de esquí después del tramo 'nuevo' que se construyó para los Mundiales del año 1995. Una zona de areniscas que tiene una cantera cercana al Purche y que muchas veces ensucia la carretera con gravilla y pequeñas piedras. Es más hay una señalización de tráfico vertical que advierte del peligro de caída de piedras en ese tramo.

Una pala mueve la roca más grande Una pala mueve la roca más grande

Una pala mueve la roca más grande / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Las rocas cortaron la vía en el momento en que no pasaba ningún vehículo ni ningún ciclista, algo habitual en la zona, pero ocasionó heridas de carácter leve a ocho personas que fueron trasladadas en ambulancia al Hospital Universitario Clínico San Cecilio de la capital para que fueran tratadas de ellas. De ellas, dos eran menores de edad, una bebé de seis meses y un niño de dos años que se encontraban al cierre de esta edición en observación de Urgencias de Pediatría en el complejo sanitario. Fuentes sanitarias informaron a Granada Hoy que ambos se encuentran estables.

De las ocho personas heridas (se habían apuntado a cinco al principio del suceso), cuatro fueron dadas de alta, entre ellas los padres de los menores, y otros dos jóvenes de 18 y 21 años. Además, por la tarde seguían en Urgencias generales un matrimonio de 64 y 65 años, los abuelos de las menores según apuntan fuentes sanitarias, a las que les seguían haciendo pruebas. Estas fuentes apuntan a que ambos están estables, conscientes y orientados, y que el hombre podría haberse "llevado la peor parte, aunque no de consideración grave" al presentar "alguna fractura y contusiones".

Esta familia fue la más afectada por el siniestro, ya que en el momento de la caída de los cascotes se encontraban en el aparcamiento del hotel-restaurante en el que había desayunado para pasar el día en Sierra Nevada. Las piedras habían entrado por las ventanas del vehículo afectado, una furgoneta familiar de color blanco donde había en su interior una mujer y un menor. Hubo nervios pero rápidamente se comprobó que las heridas, a primera vista, no revestían gravedad, tal y como cuentan testigos presenciales.

Otro hombre, en este caso cliente del hotel-restaurante La Higuera, también fue sorprendido por la avalancha de roca al cruzar a su coche cuando, al escuchar un fuerte ruido vio cómo las piedras se le abalanzaban y gritó yendo hacia el hotel advirtiendo de lo que se venía. La voz de alarma corrió rápido y la veintena de clientes y trabajadores que había en el establecimiento hotelero corrieron para poner a salvo sus vidas, aunque finalmente la escorrentía no afectó directamente al inmueble. Era la hora de los desayunos y los preparativos de la comida, por lo que no estaba tan frecuentado como podría a esa hora, algo que no ha impedido que la Guardia Civil desalojara el establecimiento para evitar males mayores.

De inmediato, el centro coordinador de Emergencias 112 informó a la Guardia Civil, a los bomberos, al Centro de Emergencias Sanitarias (CES) 061, a Protección Civil y a la Policía Local, así como a la Unidad Adscrita a la comunidad de Policía Nacional, que se desplazaron al lugar para encargarse de la seguridad. Allí se encontraron con los heridos y con cinco coches afectados, cuatro de ellos siniestro total. Se trata de un turismo de cinco puertas, un utilitario pequeño y dos furgones familiares que han quedado completamente destrozados. Otro coche ha resultado dañado de forma leve y ha podido abandonar el lugar.

Uno de los coches destrozados por la avalancha Uno de los coches destrozados por la avalancha

Uno de los coches destrozados por la avalancha / Antonio L. Juárez / Photographerssports

La carretera A-395 quedó cortada en el kilómetro 16 en ambos sentidos y los operativos de emergencia empezaron a trabajar para despejar la vía. La Guardia Civil explicó a esta redacción que primer se habilitó un carril para la bajada de vehículos aunque la apertura iba a depender de que se asegurara la ladera porque aún había "riesgo de que alguna roca suelta que puede caer".

La Guardia Civil mientras tanto obligaba a dar la vuelta a quienes estaban en ruta hacia la Sierra ante la imposibilidad de subir, aunque muchos conductores, al enterarse a través de los medios de comunicación de la noticia, emprendieron por su cuenta el camino descenso. En sentido contrario, los agentes han desviado a los vehículos hacia El Purche. En todo caso, la Guardia Civil está permitiendo que en el pequeño carril habilitado puedan circular en sentido descendente los autobuses atrapados en el atasco ante la imposibilidad de maniobrar carretera arriba por la estrechez.

Esto provocó atascos kilométricos durante toda la tarde y que prosiguieron por la noche. Para más inquina, Sierra Nevada estaba viviendo un día de récord, con más de 4.000 vehículos en la estación que han tardado más de tres horas en bajar. Además, la Guardia Civil cortó a media tarde una carretera alternativa para bajar situada en el puerto de Hazallanas, en la carretera A-4030, que estaba soportando un gran tránsito de vehículos pero contraindicada por su peligrosidad con esas densidades de circulación.

La Junta de Andalucía, titular de la carretera, movió ficha y mandó al lugar maquinaria de gran tonelaje para proceder a las primeras actuaciones de estabilización y limpieza del lugar. "Lo primero es abrir paso con las medidas de seguridad, estabilizar y sacar las piedras sueltas que puedan caer" con maquinaria "de gran tamaño", aseguraban desde Fomento. Al lugar se desplazaron el director general de Infraestructuras Viarias, Enrique Catalina, y la jefa de servicio de carreteras de Granada y personal de la delegación de Granada para supervisar los trabajos.

El director general de Infraestructuras Viarias de la Junta de Andalucía, Enrique Catalina, explicó a Granada Hoy en un primer momento que sigue habiendo "riesgo grave de que se pueda caer otra piedra" y además, ha explicado el dispositivo que se está llevando a cabo para evacuar a los vehículos que bajan de Sierra Nevada confirmado que los autobuses están pasando por el lugar del accidente pero con precauciones al no poder maniobrar. También estuvo en el lugar la Consejera de Fomento, Marifrán Carazo, que precisamente estaba en Sierra Nevada en una entrega de premios.

Marifrán Carazo y Enrique Catalina Marifrán Carazo y Enrique Catalina

Marifrán Carazo y Enrique Catalina / Antonio L. Juárez / Photographerssports

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