El 'milagro' del horno en la calle de las Monjas de Motril
La mayoría de las hermanas nazarenas que quedan en el convento de Motril (unas once) llevan más de tres décadas endulzando la vida de sus vecinos con sus exquisitos postres, al igual que lo hicieron las predecesoras de dicha congregación que dio nombre a su calle. A las tradicionales pastas que elaboran durante todo el año incorporan en estas fechas bizcotelas, pastas, tortas rellenas de crema y bizcochos. Sin embargo, este año estuvieron a punto de quedarse sin poder ofrecer estos ricos postres a sus seguidores.
Precisamente, ahora que aumenta la demanda y, por ello, la producción de estos dulces, su horno industrial, elemento indispensable para su cocción, se averió. Era urgente arreglarlo, no podían desatender a esta fiel clientela que año tras año disfruta de las navidades con los postres de las monjas. Así que, tal y como relata la hermana superiora Dolores, llamaron a un técnico para que procediera a subsanar la avería, pero después de revisarla no detectó el problema, tuvieron que llamar a otro "y así a unos cuantos", sin que ninguno de ellos solucionara el problema.
"Ya pensábamos que la avería no tenía arreglo y que había que sustituir el viejo horno", con los correspondientes gastos que supondría para su maltrecha economía. La hermana Dolores está convencida de que la historia continúa como sigue: "el buen Dios puso en nuestro camino a los operarios del butano para proceder a una revisión rutinaria de mantenimiento de la instalación, que además de analizarla, casualmente dieron con la avería, sin que nadie les hubiese llamado". Se trataba de una simple válvula que estaba desgastada. Una vez sustituida por otra nueva, el horno volvió de nuevo a funcionar. Así que ya están disponibles otra vez los dulces en el torno del convento donde se pueden retirar directamente y también en un local en la calle Seijas Lozano.
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