Un millar de trabajadores ultima el Serrallo Plaza para su apertura el día 30

Los camiones entran y salen sin descanso del área de trabajo que rodea al centro comercial, el interior del edificio es un ir y venir constante de trabajadores y resulta imposible pasear por los pasillos sin cruzarse con una cuadrilla que acondiciona el interior de una tienda o que acomete los últimos trabajos para dejar el complejo listo para el día de la apertura. Apenas tres semanas antes de su inauguración, la actividad no cesa en el Serrallo Plaza, donde un millar de trabajadores preparan el centro para su apertura del próximo 30 de marzo.

El proyecto impulsado por el promotor inmobiliario Roberto García Arrabal -que surgió en un primer momento asociado a una torre de oficinas de 17 plazas, descartada después por la irrupción de la crisis- nace con la vocación de ser el centro comercial de referencia de la provincia. Construido en una superficie de más 55.000 metros cuadrados y distribuido en dos plantas, el Serrallo Plaza pretende convertirse en un complejo comercial "diferente" y "fuera de lo común".

Para empezar, nada de luces artificiales en pleno día ni de ventilación exclusivamente automatizada. En centro comercial del Serrallo la luz entra a raudales y buena parte de las ventanas y de la cubierta puede abrirse para dejar que entre luz y aire natural. El director gerente del centro, Juan Carlos Bailón, asegura que una de las grandes apuestas de los promotores del complejo ha sido que se parezca lo máximo posible a "un centro urbano", ofreciendo a sus clientes una estancia cómoda y que se diferencie de la mayoría de los centros comerciales. "Hemos procurado salirnos de lo común".

Pero sería difícil ser diferente y tener éxito sin el apoyo de las grandes marcas, que ocupan un lugar privilegiado en el centro comercial. Los gigantes H&M y Zara -que aterriza en el Serrallo Plaza junto a otras tres firmas del grupo Inditex: Massimo Dutti, Uterqüe y Oysho- dan la bienvenida a los visitantes del centro con dos locales de 1.900 metros cuadrados cada uno junto a la puerta de entrada. No es la única oferta comercial del centro, que cuenta con firmas como Blanco, Springfield, Women's Secret o Mango, además de tiendas multimarca, comercios tradicionales con una larga trayectoria a sus espaldas y un supermercado Mercadona. Juan Carlos Bailón asegura que al principio eran muchos los comerciantes que arrugaban la nariz ante el nuevo concepto que planteaba el Serrallo Plaza. Ahora las cosas son muy diferentes: el cien por cien de los locales está comercializado y hay una lista de espera de 150 empresas que esperan, ante la eventualidad de alguna baja futura, tener su hueco en el centro comercial.

Las compras no son lo único que ofrece el Serrallo Plaza, que ha hecho del ocio otro de sus pilares fundamentales. En la segunda planta, en la base del triángulo que forma el centro, se encuentran los cines, el gimnasio Virgin Active y la amplia oferta de restauración, que poco tiene que ver con la habitual de las superficies comerciales. Con la excepción de una cadena de comida rápida, el resto es "restauración tradicional, de la que te puedes encontrar cuando vas a centro de la ciudad". La Cueva, El Mentidero, El Braserito, Sancho o DCuadros son algunas de los establecimientos que ocuparán los locales de restauración del Serrallo Plaza, en el que también habrá sitio para un restaurante italiano (Tagliatela), una yogurtería (Yoyogur), una cafetería (Bombón Café) o la primera sucursal de la pastelería artesana Videras, la más famosa de Motril.

A la restauración se suma el ocio puro y duro. Además de la ludoteca con la que cuenta el centro -la más grande de Andalucía-, en los 33.000 metros cuadrados que conforman el parque anexo al Serrallo Plaza la Corporación García Arrabal ha diseñado una oferta difícil de encontrar sin salir de la ciudad. Destinado a las actividades lúdicas, el parque contará con una zona multiaventuras (que incluye una tirolina de 400 metros cuadrados que atraviesa por arriba el centro comercial), una pista de patinaje, jardines y un edificio de restauración.

Aunque todavía es pronto para hablar de números, el director gerente ya tiene muy claro cuál es su público objetivo. Además de los propios granadinos, el Serrallo Plaza se ha impuesto el objetivo de atraer a los viajeros que visitan la provincia. "Nuestro propósito es que el turista que visita la Alhambra o la Sierra acabe llegando aquí, donde puede hacer de todo", explica Juan Carlos Bailón.

La oferta del Serrallo Plaza le asegura desde luego un hueco en el parque comercial de Granada. De hecho, un estudio elaborado para el centro auguraba un flujo anual de 9 millones de visitantes. No es la única cifra con la que puede identificarse al centro comercial del Serrallo: esos 9 millones de visitantes acudirán a un centro erigido con más de 40 millones de euros de inversión, que cuenta con 70 negocios y que dará empleo directo a alrededor de 500 trabajadores.

La futura apertura del gigante Nevada o la presencia de varios centros comerciales en la ciudad y en la provincia no intimida a los promotores del centro. "Granada tiene cabida para más centros comerciales, siempre y cuando no se nos vaya la cabeza", explica, recordando que el Serrallo Plaza es un centro comercial muy personal que poco tiene que ver con otros conceptos de superficies comerciales.