Guerra en Ucrania

Una muestra de unidad religiosa en Granada para pedir la paz en Ucrania y Rusia

El arzobispo de Granada, Javier Martínez, y el sacerdote ortodoxo ucraniano Mihail Ustimenco, se dan la mano en el rezo para pedir la paz entre Ucrania y Rusia

El arzobispo de Granada, Javier Martínez, y el sacerdote ortodoxo ucraniano Mihail Ustimenco, se dan la mano en el rezo para pedir la paz entre Ucrania y Rusia / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

La guerra no entiende de dioses, ni de religiones. Aunque en muchos momentos de nuestra historia pasada, y por desgracia también de la reciente, se la haya puesto como justificación de la violencia. Pero ahora es momento de pedir por la paz, demanda que han escenificado este miércoles en Granada diversos representantes de las iglesias católica, ortodoxa, evangélica y protestante con presencia en la ciudad.

Desde que se inició el conflicto entre Rusia y Ucrania hace justo una semana, han sido muchos los estamentos, poderes fácticos, empresas y personas los que han rechazado la batalla. Un no a la guerra que hoy también se ha trasladado a la religión, para pedir y rezar por quienes empuñan las armas, y por quienes sufren las consecuencias de estar en el fuego cruzado de quienes invaden y quienes tratan de no ser invadidos.

Han sido el arzobispo de Granada, Javier Martínez, el sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Mihail Ustimenco, el secretario de la Iglesia Evangélica Española, Israel Flores, y la pastora de la Iglesia Protestante de San Pablo, Eva Domínguez, quienes han pedido el fin del conflicto armado que asola Ucrania.

La demanda ha sido clara y unánime: que cese la guerra. Un no rotundo a la violencia escenificado en la mañana de este miércoles en el céntrico colegio Virgen de Gracia de Granada, y en el que estaban presentes más de 200 jóvenes menores de 18 años.

El sacerdote protestante Mihail Ustimenco, ucraniano de nacimiento, ha estado presente en el acto y se ha sentido abrumado por todo el apoyo que ha recibido de parte de la comunidad cristiana en general, y ha valorado la unión de todas las iglesias como "una muestra de la calidad y amistad que nos procesamos entre nosotros".

"Ante todo para mi es un apoyo, un sentimiento que demuestra que en este mundo no estamos solos. Hay gente a la que le duele el alma este conflicto y se preocupa por la desgracia ajena. Todos hacen todo lo posible para que esta guerra termine, y eso es de agradecer", ha asegurado.

Por su parte, el arzobispo de Granada, Javier Martínez, ha querido tener un gesto de hermandad y apoyo hacia el sacerdote Ustimenco, a quien cariñosamente ha llamado "Miguel", y del que ha asegurado que es "un signo especial de la paz hoy".

"Miguel pertenece a la iglesia del patriarcado de Moscú, pero es ucraniano. Esta guerra es un dolor para el y un puñal para todos. La iglesia es una. Todos nos sentimos hermanos, y todos queremos que los dos hermanos que se están peleando, Ucrania y Rusia, dejen de hacerlo, pidiendo paz", ha declarado.

Martínez ha valorado que creía que en Europa "la guerra estaba evitada para siempre" y "hemos visto que no, que si dejamos crecer el odio y el apetito de poder en los seres humanos nos convertimos en monstruos". Además, ha asegurado que la tarea de los cristianos "es luchar por la paz, contribuir por la paz, hacer lo que esté en nuestras manos por la paz. Somos amigos, somos hermanos, los cristianos que estamos aquí, y nos tenemos afecto. No nos es difícil a nosotros desear y pedir la paz".

El olivo como símbolo de paz

Una muestra de unidad han ejemplificado esta conexión plantando un olivo como símbolo de paz, como símbolo del deseo de que la situación en Ucrania cese. Ese es el sentimiento entre estudiantes, autoridades y presentes era el mismo: Ojalá este acto por la paz no estuviera celebrándose, señal de que la paz y la armonía reina en todo el mundo.

En el patio del colegio se ha instalado un mural en blanco que se ha ido llenando a lo largo de la mañana de firmas y peticiones de cese de la violencia por parte de los alumnos, pidiendo estabilidad. "La paz trae la belleza, y será eso lo que transforme el mundo", rezaba uno de los escritos de jóvenes.

Unos adolescentes, algunos ataviados con un chándal de color amarillo y azul, que están viendo esta situación "con dolor e incertidumbre, con preocupación y confiando en que la paz de imponga", según ha asegurado el representante de los alumnos, Pablo García, quien después se ha encargado de leer una oración con fragmentos pidiendo paz de las comunidades evangélicas, judías, islámica y católica.

Al acto también han acudido representantes de la política granadina, como la concejal de Derechos Sociales, Planes de Integración, Transformación Social y Mayores, Nuria Gutiérrez, así como también miembros de clubes deportivos de Granada, como Pepe Macanás por parte del Granada Club de Fútbol, o el presidente del Covirán Granada, Óscar Fernández-Arenas.

La celebración de este rezo ha concluido con unas palabras de la coordinadora de Scholas Emergentes en Granada, Carmen Rosales, organización que se ha encargado de preparar este acto y de unir a los escolares y a las diferentes iglesias en ellas.

"En Scholas trabajamos la cultura del encuentro, y eso significa que todos son bienvenidos, seamos de la religión que seamos, sin renunciar a lo que soy me complemento con la otra. Celebramos la vida y hoy debido a la situación que se vive en Ucrania pedimos la paz auténtica, que no se posiciona, que transciende tiempos históricos, y que sea permanente", han asegurado.

Con la creencia de que los jóvenes tienen mucho que aportar y de que son el futuro y el presente por y para la paz, el rezo se ha cerrado con aplausos y con gritos de "no a la guerra" y "si a la paz". Un conflicto que esperan acabe cuanto antes, y que no se cobre más víctimas.

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