Las dos orillas
José Joaquín León
Sumar tiene una gran culpa
Coinciden en que al principio, cuando solicitaron un préstamo hipotecario para adquirir sus viviendas, todo fueron facilidades y que, ahora, cuando el desempleo les ha dejado con lo puesto, nadie quiere escucharles. El colectivo Stop Desahucios del movimiento 15-M arropó ayer a dos familias granadinas que están a punto de perder sus viviendas por no poder hacer frente a sus hipotecas. Medio centenar de personas se concentraron a mediodía de ayer frente a la sucursal del Santander en Gran Vía 3 para exigir a la entidad bancaria que se busque una solución que pase por la condonación de la deuda con la entrega de la vivienda.
El piso de Rosario Ruiz y Emilio Linares ya ha sido subastado y cualquier día pueden desahuciarles. "No podemos pagar desde 2010, cuando mi marido se quedó en paro", dice Rosario, que mantiene a su familia -dos hijos y su padre- con 480 euros. Insuficiente para afrontar los 900 de hipoteca que firmaron con Santander Consumer. "La solución que nos dan es que entreguemos el piso y que pidamos un préstamo de 150.000 euros" para saldar la deuda. "Aquí no saben nada de Santander Consumer", se lamenta Rosario, que afirma que "no nos negamos a pagar, pero es que no podemos".
La historia es prácticamente calcada a la que vive Orlando Benítez, en paro desde 2008. "Estoy muy agobiado, no me dan soluciones", para poder saldar la deuda contraída con el Santander. Es su madre, Encarna, la que tira del carro. "Mi marido está jubilado y no podemos hacer milagros. Lo que queremos es que nos escuchen, igual que cuando nos dieron la hipoteca", recalca Encarna.
Según Pepe Iglesias, de Stop Desahucios, ya son unas 40 las familias que han recurrido al colectivo para pedirles asesoramiento ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas. Iglesias destaca que la situación se agrava y que en una semana recibieron la petición de información de unas 30 familias "que no pueden pagar las cuotas comprometidas con una empresa pública de alquiler". Iglesias criticó asimismo la imposibilidad de buscar una solución con las entidades bancarias.
También te puede interesar
Lo último
Las dos orillas
José Joaquín León
Sumar tiene una gran culpa
EDITORIAL
Presupuestos y estabilidad
No hay comentarios