Hace una semana, El Nata salía esposado de su casa –una vivienda sencilla que tan solo se salta la normalidad al comprobar que en la fachada hay una cámara que 'vigila' a quienes se acercan– en el marco de una macrooperación internacional llevada a cabo entre la Guardia Civil de Granada y la Policía de Polonia. ¿Los motivos? Podían leerse (o al menos interpretarse) a menos de medio kilómetro, pintado en rojo sobre una pared: "Un canuto al sol son dos". Es el recibimiento que hay a escasos metros del portón que, con avioneta incluida, presenta a la 'Hacienda Nápoles'. Pero, aunque lo parezca, ni se trata de Colombia, ni de la casa del popular narcotraficante colombiano Pablo Escobar, sino que es la finca de ocio de El Nata –pese a ser más modesta que la original y solo la usaba como zona de recreo para barbacoas y fiestas, cuenta hasta con una piscina con forma de ocho con su chiringuito, al igual que la colombiana– y se encuentra en un pueblo de Granada.

Este presunto traficante granadino, que está en prisión tras ser detenido el pasado miércoles 16 de octubre por pertenencia a una organización criminal dedicada al tráfico de marihuana a nivel internacional, es un gran admirador de la serie El patrón del mal sobre el narco colombiano y así lo plasmó hace algo menos de tres años cuando mandó construir su 'hacienda'. La finca está ubicada en Santa Fe, una localidad que alberga el nexo granadino entre la mafia y los narcos: de la Camorra al admirador de Pablo Escobar.

El boom mediático que ha suscitado este hallazgo tras el arresto de 14 personas, entre ellas El Nata –y la incautación de tres vehículos de alta gama que tenía aparcados en la misma, que presuntamente habrían servido para el blanqueo de dinero obtenido de la droga– ha hecho a más de un vecino recordar aquellos años 90 en los que el municipio fue base de la Camorra napolitana, la mafia italiana.

La llegada de Nunzio di Falco

Eran finales de los años 80 cuando en Granada se inauguró un restaurante que pretendía traer a Andalucía "el verdadero sabor de la cocina italiana". Bajo el nombre de Grotta Mare, estaba la pizzería de un napolitano que llevaba ya unos años en la provincia y que había escogido Santa Fe como su casa: el napolitano Nunzio di Falco.

Di Falco tenía un chalet fortificado y lleno de medidas de seguridad en la localidad santaferina

Di Falco tenía un chalet amurallado y con todas las medidas de seguridad más modernas de por entonces. Demasiadas precauciones para un supuesto empresario que llegó a montar al menos tres pizzerías en la capital granadina. "Una vez que abrieron el chalet, en la entrada había mucha gente armada", comenta un vecino de Santa Fe, y no era para menos: toda protección era poca para el que se había convertido en el líder, aunque desde la distancia, de la Camorra tras una lucha de bandas por hacerse con el poder a raíz de la detención en 1983 de 'El Padrino', Antonio Bardellino, su posterior huida a Brasil y su presunta muerte a manos de Mario Iovine.

España era un lugar seguro para Di Falco y su familia –se vino con su mujer y su hijo– y desde aquí podría orquestar cualquier operación ya que en San Cipriano (Italia), se quedaba su mano derecha: su hermano Vincenzo. Pero la rivalidad entre bandas no cesó, los asesinatos continuaron y entre ellos llegó uno muy significativo: el de Vincenzo.

La 'vendetta'

Eran principios de los 90 –concretamente 1991– y Di Falco ya tenía en Granada su red delictiva –contaba con Gabriel Molina Gálvez, un empresario de máquinas tragaperras con antecedentes por extorsión y secuestro, como lugar teniente– por lo que no dudó en ir a por el asesino de su hermano: Iovine.

Tal y como relató el expresidente de la Comisión Antimafia del Parlamento Italiano, Francesco Forgione, en su libro Mafia Export (Anagrama, 2010), Di Falco reunió en una de sus pizzerías a un comando de españoles a los que prometió 10 millones por ejecutar una vendetta que se llevó a cabo tan solo un mes después en Cascais (Portugal). Iovine entra en una cabina de teléfono y, cuando se disponía a dar órdenes de sus negocios, recibe un centenar de disparos.

El inicio de la 'Operación Goya'

Solo dos años después, en 1993, la Operación Goya, una de los mayores macrooperativos policiales internacionales realizados en España contra la mafia italiana, comenzaba a investigar a este capo napolitano tras conocerse la estancia en España de este grupo a raíz de la declaración del arrepentido Carmine Schiavone, un administrador y asesor del clan Casalesi primero, socio de Iovine, y que ese año acabó convirtiéndose en colaborador de la justicia italiana.

El 4 de diciembre de 1995, Nunzio di Falco era arrestado –al igual que otro centenar de miembros de la Camorra en otros puntos del país– en su chalet de Santa Fe, después de haber ordenado un año un asesinato que conmocionó a Italia, el del joven párroco de San Nicola di Bari, Don Peppino, un cura que en sus homilías clamaba contra la Camorra y que, según algunas informaciones publicadas entonces por medios como El País, se habría negado a decir misa ante el cadáver de Vincenzo.

Un recuerdo al pasado

Ahora la historia es distinta. La mafia italiana ha quedado atrás para dar paso al tráfico de marihuana, pero los paralelismos entre el chalet de Di Falco y la finca de El Nata, han hecho revivir a más de un santaferino aquellos años 90 en los que su pueblo era la sede de la Camorra.