Las obras de la torre de la Catedral de Granada avanzan en su segunda fase, en paralelo a la retirada de andamios
El proyecto será la base para que el templo metropolitano pueda abrir un mirador panorámico a 56 metros de altura sobre la ciudad
El mirador de la torre de la Catedral de Granada financiará en parte su restauración
Los trabajos de rehabilitación que se desarrollan en la torre de la Catedral de Granada, que comenzaban en una primera fase, financiada con fondos del Arzobispado, a finales de agosto de 2024, avanzan con el reciente inicio del desmonte de andamios del segundo cubo de los tres de los que se compone, a fin de continuar con las tareas de limpieza y de consolidación y reintegración de la piedra que se han venido desarrollando.
El desmonte de andamios de este segundo cubo de la torre comenzaba el pasado lunes una vez concluida la restauración de sus fachadas. Esta retirada se seguirá desarrollando este mes de diciembre, tras la que quedarán andamios en el primer piso en el que se trabaja en la actualidad tanto en la limpieza de la mitad inferior como en las citadas tareas de consolidación y reintegración, ha detallado el arquitecto Diego Garzón, coautor del proyecto junto a Pedro Salmerón.
El proyecto será la base para que el templo metropolitano pueda abrir un mirador panorámico a 56 metros de altura sobre la ciudad, e incluye trabajos que se diseñaron, con tareas que incluyen restauración de piedra y limpieza de campanas, para un periodo de más de un año. Son plazos que se han combinado con los de la segunda fase, activada ya con financiación del Gobierno a través del dos por ciento cultural (1,8 de los 2,4 millones de euros en que se cifra la inversión), prevista hasta junio de 2026.
Las tareas han conllevado el cierre del museo catedralicio ubicado en la planta baja de la torre para trabajos de retirada de la tabiquería del primer cubo este otoño, coincidiendo con la exposición sobre José de Mora en la girola. Por otro lado, la dirección de la intervención detallaba, al hilo de una visita del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, el pasado 28 de octubre, que una de las actuaciones principales se ha centrado en la cubierta, en la que ha sido necesario un nuevo forjado sobre el que se ha construido la nueva cubierta visitable.
Las obras se centraban entonces en las cubiertas para evitar humedades, en las fachadas para frenar el deterioro, en el interior de la torre, el tratamiento de conservación de las campanas y la renovación de las instalaciones para hacerlas más eficientes y seguras.
Hasta agosto de 2024 se instaló el gran andamiaje que la ha venido cubriendo para acometer luego tareas de recuperación de la torre que conllevan la limpieza de la fachada y la consolidación de la piedra, según informaba en su día el Arzobispado de Granada en una nota de prensa.
En la torre se están retirando "las reintegraciones de mortero de cemento de intervenciones pasadas, en los tres niveles que la componen y en sus cuatro fachadas". Precisamente, la gran porosidad de la piedra, una arenisca de la localidad de Escúzar, permitió una construcción ágil al pesar poco y ser fácil de tallar. Sin embargo, con el paso del tiempo "esta cualidad ha sido su mayor enemiga, al mostrarse vulnerable a la acción del viento, el frío o las heladas".
El proyecto por tanto contempla no sólo la consolidación de la piedra en el exterior de la torre, sino también la eliminación de un problema de conservación, debido a la configuración de la cubierta invertida presente en la coronación de dicha torre. Deficiente plano de cobertura que no ha impedido el acceso de agua de lluvia en el interior de la torre, generando infiltraciones a los niveles inferiores desde tiempos pasados, afectando a la correcta conservación de estos espacios.
Fruto de estos trabajos en la torre, con la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, la cubierta invertida se convertirá en una terraza plana en la coronación de la torre, un mirador al que podrá acceder el público integrando la torre como un atractivo más de la visita cultural a la Catedral.
Será "una visita alternativa a este punto icónico del conjunto catedralicio en el que el visitante ascenderá sus 56 metros (equivalente a un edificio de 20 plantas) poco a poco, descubriendo las distintas plantas presentes en el interior de la torre, donde podrá conocer la antigua sala de Cabildo alto, las viviendas de los campaneros desde inicios del siglo XVII o el cuerpo de campanas, teniendo como punto culminante el citado mirador de remate".
Ese mirador dará acceso a la contemplación de toda la ciudad de Granada en una panorámica de 360, convirtiéndola en un punto central de la capital granadina bajo la nueva administración de los Reyes Católicos, detallaba entonces Garzón.
Con imágenes únicas como la contemplación "cara a cara" de la Torre de la Vela y la Catedral, hasta comprobar los límites que ofrece el paisaje circundante con las estribaciones de la Sierra de Elvira, la Vega, Sierra Nevada, o el propio barrio del Albaicín, el mirador tendrá "una de las mejores ubicaciones para contemplar una bella estampa de la ciudad".
Filtraciones de humedad
La construcción del mirador solucionará los problemas de filtraciones de humedad, "generando un plano horizontal coincidiendo con aquel en el que se apoyaba el último tramo de la torre, desmontado con celeridad por el arquitecto Ambrosio de Vico a finales del siglo XVI por los problemas de estabilidad y hundimiento que acusaban los cimientos", explicó el arquitecto, en referencia al último cuerpo de la torre que muchas personas piensan erróneamente que está inacabada.
En respuesta a aquella circunstancia un conjunto de técnicos aprobó la mejora de sus cimientos junto a la eliminación de peso, desmontado el último cuerpo de ocho caras que remataba en altura la torre hasta alcanzar casi 80 metros, a la par que se sustituían las bóvedas de piedra de los pisos interiores por forjados de madera más ligeros.
El proyecto también incluye la recuperación del interior, donde se halla la que fuera vivienda del campanero Juan Garzón, el último de ellos activo hasta hace apenas unos años. Desde el primer piso de la torre se puede ver el interior de las naves de la catedral, una "vista inédita a 20 metros sobre el suelo de las naves en la que el visitante podrá valorar el arranque de las bóvedas o el orden gigante de los pilares que sostienen las naves del templo".
Fue aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio en julio de 2023. Le seguirán otros que, en la medida de las posibilidades económicas, se irán afrontando, para recuperar el esplendor de un edificio que está celebrando sus 500 años de "historia viva de fe cristiana"
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