Opinión | Juan Manuel García Ruiz | Parque de las Ciencias de Granada

Un abrazo

  • El domingo 29 de diciembre, a las doce de la mañana, los granadinos nos vamos a dar un abrazo con el Parque de las Ciencias

Un abrazo

Un abrazo

El domingo 29 de diciembre a las doce de la mañana los granadinos nos vamos a dar un gran abrazo. En realidad van a ser miles de abrazos que se fundirán en uno solo y grande. Vamos a abrazar el Parque de las Ciencias. Porque lo queremos, porque estamos orgullosos de su funcionamiento y porque lo consideramos nuestro. Ese funcionamiento ejemplar es el que la Junta de Andalucía quiere cercenar en una torpe operación que además nos transmite la sensación de que la ciudad no es nuestra. En lenguaje de la calle, “pa una cosa nuestra que funciona bien en Graná, van y la joden”.

Una de las características de las sociedades modernas del siglo XXI es la incorporación de la ciencia a la cultura. El papel que la ciencia y la tecnología juegan en la economía de las sociedades avanzadas es hoy innegable. Cualquier ciudadano medianamente informado entiende -porque lo vive día a día- que su salud, su bienestar, su esperanza de vida, y la calidad de la misma dependen directamente de los avances que los científicos, ingenieros y matemáticos realizan en las Universidades en Institutos de Investigación públicos y privados de todo el mundo.

Pero lo que hoy define a una sociedad moderna es el grado de incorporación del conocimiento científico a su bagaje cultural. Durante los primeros veinte años del siglo XXI se han realizado numerosos proyectos y experimentos de divulgación de la ciencia para lograr transmitir a niños y mayores, los a veces abstrusos conceptos de la ciencia de una forma clara y entendible.

En muchos de esos proyectos juegan un papel medular los museos de la ciencia. Múnich, Nueva York, París, Londres, México, Ontario, Tokio, Washington, Shangai, y muchas otras ciudades del mundo han levantado a lo largo del último siglo importantes museos que buscan diariamente nuevas formas de explicar lo que sabemos de nuestro cuerpo, de los seres vivos, de nuestro planeta, del cosmos y de nuestro lugar en el mundo. Y el Parque de las Ciencias de Granada está -sin ninguna duda para divulgadores y para científicos- entre ellos.

El Parque de las Ciencias es un signo de modernidad para Granada y para Andalucía. Es ese edificio que a los granadinos, orgullosos de un espectacular legado histórico, nos transmite la ilusión de que nuestra Andalucía también tiene un presente y un futuro esperanzador, que nuestros hijos no van a perder el compás de los tiempos y que podrán labrarse un porvenir en un mundo que cambia día a día. ¡Pero ojo!. El signo de modernidad no es el edificio sino su funcionamiento.

Lo que ha hecho del Parque de las Ciencias un referente de la divulgación científica en España es su funcionamiento transparente, continuamente auditado y eficiente. En una palabra moderno, es decir sometido a un continuo escrutinio de honestidad, pero con la libertad de poder optimizar la gestión diaria para servir a la ciudadanía con las mejores exposiciones y proyectos y con el mayor grado de cofinanciación posible.

Se podrían poner sobre la mesa muchas cartas de apoyo de museos de España y del mundo, de academias, de instituciones científicas y culturales, para convencer a aquellos tecnócratas y políticos que pretenden equiparar la gestión de un consorcio de transportes metropolitanos a un Museo de la Ciencia.

Pero lo tienen mucho más fácil. Que le pregunten a sus hijas o hijos, nietos, sobrinas, etc... de cualquier ciudad o pueblo de Andalucía. Porque seguro que ellos han disfrutado y aprendido en el Parque de las Ciencias. Pregúntenle a ellos cómo funciona. Pregúntenle a sus maestros y profesores cómo funciona el Parque de las Ciencias. Y actúen en consecuencia. No se escuden en subterfugios administrativos ni en echar la culpa a los que gobernaban antes la Junta y el Ayuntamiento. Échenle coraje político y solucionen este entuerto. Gobernar no es ajustar el presente a papeles del pasado. Gobernar es pensar un futuro y luchar por él. Dense de entrada una moratoria para pensar.

El abrazo de mañana tiene como objetivo mantener la eficaz gestión del Parque de las Ciencias, pero también es un abrazo por la gestión inteligente de Andalucía, por la modernidad de nuestra sociedad, por el futuro de nuestros jóvenes del siglo XXI. Es un abrazo de ilusión en unas fechas que se prestan a ello. De una ilusión que ojalá sepamos mantener todos los días para que el 2020 y todos los años que vengan tras él sean realmente un próspero año nuevo.

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