participación activa "Yo no tengo Whatsapp, yo tengo guasa"

La provincia suma 23 Centros de Participación Activa de día donde los mayores disfrutan de talleres y actividades como yoga, pilates, inglés, o redes sociales

participación activa "Yo no tengo Whatsapp, yo tengo guasa"

20 de enero 2014 - 01:00

DICEN los usuarios del Centro de Participación Activa de San Ildefonso que ellos no tienen Whatsapp, que tienen guasa y la verdad es que razón no les falta. Lo que sí tienen son perfiles en redes sociales como Facebook, Twitter, o amplios conocimientos para utilizar Skype, muy útil para hablar con el nieto que está trabajando en Londres, o Photoshop, con el que son capaces de encajar la cara de una de las monitoras de los talleres que se imparten en este centro en el cuerpo de Naomi Campbell.

"Todas estas fotos las hemos transformado nosotras en las clases de Phothoshop", explica una de las usuarias de este centro mientras recorre uno de los pasillos repleto de imágenes tuneadas. Según cuenta, desde que comenzó este curso no se ha perdido ni un solo día con su cita con los ordenadores que este centro tiene en una de las salas para impartir las clases de informática. Eso sí, las clases de Photoshop o de informática no son las únicas que se ofrecen pues hay más de sesenta. "En este espacio se pueden realizar numerosas actividades como yoga, pilates, reciclaje, teatro, cuentacuentos o rondalla o un grupo de senderismo que cada vez gana más adeptos entre otras", explica el director, Manuel Barragán.

Además, en San Idelfonso, no solo se puede participar en estos talleres, si no que también hay servicio de restaurante a precios muy económicos pues están subvencionados por la Junta de Andalucía por lo que cada socio paga en función de sus ingresos a los que se suman los servicios de podólogo, fisioterapeuta, o peluquería, también a precios reducidos.

De esta forma, bajo el mismo techo se ofrece un amplio abanico de servicios para que los mayores no tengan que desplazarse a tantos sitios para cubrir sus necesidades más básicas y puedan hacerlo a bajo coste y con un horario muy amplio, pues solo cierra los domingos y los festivos. "Cada día pasan por aquí más de 1.000 personas", remarca el director, que lleva poco tiempo y reconoce que es un trabajo apasionante.

Además, para involucrar más a los socios, éstos pueden participar por un lado en la Junta de Participación, órgano que se encarga de la toma de decisiones, pero también como monitores de algunas actividades que previamente han aprendido y luego, enseñan a los demás. "En algunas clases, como informática se convierten en profesores de tal forma que quien consigue los conocimientos los comparte con los demás". Una actividad que según Barragán les ayuda a activar la mente o hacer ejercicios de memoria sin darse cuenta".

Federico Gallardo es uno de los usuarios de este centro que ha estado gestionando los viajes, los juegos, pero también ha participado en la gimnasia, y en el coro, a su juicio "el mejor del mundo". Una opinión que también comparte con Manuel Moreno, otro de los integrantes de esta agrupación lírica que cada cierto tiempo ofrecen recitales con gran éxito.

Otra de las actividades que tienen más aceptación es bailes de salón, que cada semana suma nuevas parejas. "Para nosotros esto es vida. Este centro está abierto todo el día y sin él sería un aburrimiento. Aquí nos encontramos, hablamos, hacemos las actividades deportivas o los talleres de bolillo, las clases de inglés etc.", relata una de las usuarias que siente pasión por las clases de informática.

En otro punto de la ciudad, en el barrio del Zaidín, los socios del Centro de Participación Activa están igualmente encantados con las actividades que desarrollan en esta casa de día. Arte folclórico, teatro, castañuelas, son otras de las propuestas que ofrecen en este centro en el que en un principio, hace unos veinte años, tan solo había juegos de cartas.

"Yo llegué aquí hace 24 años y la verdad es que el centro ha sufrido una transformación radical. En un principio estos espacios solo servían para actividades más pasivas, como costura, o juegos que se complementaban con el servicio de bar. Sin embargo, por aquel entonces fiché a dos usuarios Rafael y Teresa, que han estado veinte años en la Junta Directiva, y con los que empezamos a introducir las manualidades o el coro, con gran éxito", expresa la directora, Adela Carricondo, que está realmente orgullosa de cómo ha avanzado en los últimos años.

En este sentido, Teresa, que viene cada día junto a su marido Rafael, recuerda cómo allá por los años noventa en este centro no había nada. "Fuimos nosotros quienes incluimos las primeras actividades y desde entonces se fueron sumando cada vez más", dice. Lo cuenta en una sala en la que también se encuentran una veintena de compañeros que son el resto de voluntarios de este centro que se encargan de impartir talleres, organizar comidas, mercadillos solidarios o excursiones. "En Navidad los monitores hicieron un mercadillo con multitud de adornos y abalorios que habían hecho en los talleres para recaudar fondos y destinarlos a fines sociales", remarca Carricondo, realmente orgullosa de cómo es la vida en este centro. Entre los artículos vendidos, además de numerosos objetos de decoración, o mantones bordados por ellas de gran belleza, también hay pulseras elaboradas con chapas o broches muy originales. "Esto es como una terapia. Hacemos mucha vida social aquí dentro, nos contamos cosas para reírnos, otras para llorar, pero así nos apoyamos los unos a los otros", relatan las usuarias.

En Granada, además de San Idelfonso o Zaidín hay otros 21 Centros de Participación Activa dependientes de la Junta de Andalucía, según explica Mari Carmen Fernández, la trabajadora social de otro de los centros, el Buenos Aires. De éstos, seis se encuentran en la capital, y los diecisiete restantes están repartidos por toda la provincia. Solo en Buenos Aires, donde los mayores también pueden disfrutar cada día de un sinfín de actividades hay registrados 18.700 socios activos según los últimos datos, con un público mayoritariamente femenino (el 60% de los usuarios son mujeres y 30% hombres). Sobre el perfil de los usuarios, Fernández explica que predominan las mujeres mayores de setenta años, aunque este dato puede variar en función de la zona donde se encuentra el centro.

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