Luchar contra la corrupción, los paraísos fiscales, el blanqueo y la evasión es la fórmula más efectiva para presentar batalla a las organizaciones criminales, contra los grupos mafiosos de todo el mundo. Así lo aseguró ayer Pier Luigi Dell'Osso, el procurador nacional Anti Mafia de Italia, que visitó Granada, invitado por la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada y la Fiscalía Superior de Andalucía, para ofrecer una conferencia sobre los paraísos fiscales en la Unión Europea y sobre la situación de una 'institución', la mafia, que no es cosa del pasado.

-¿Qué papel juega la figura del fiscal Anti Mafia en la justicia italiana? ¿Sigue teniendo mucho trabajo hoy en día?

-Sin duda, porque mi oficina es única en el país. La Dirección o Fiscalía Nacional Anti Mafia tiene la competencia de coordinar e impulsar las 26 Fiscalías de Distrito, situadas en las ciudades más importantes de Italia, que se ocupan exclusivamente del crimen organizado de estilo mafioso.

-¿Cuáles son los principales frentes de batalla de su oficina?

-El principal, naturalmente, es la mafia, aunque el concepto perdió su carácter original y hoy se utiliza para hablar de criminalidad organizada. En Italia tenemos, desgraciadamente, organizaciones criminales que tienen una radicación histórica en el Sur del país: la Cosa Nostra siciliana, o mafia en sentido estricto; la Camorra napolitana; la Sacra Corona Unita, una bastante reciente y que está muy localizada en el Salento; y después tenemos la N´drangheta. Estas formas criminales históricas tienen el control del territorio donde están radicadas, porque el control les da el poder necesario para su ilícita actividad. Sin embargo, en los tiempos más recientes han querido proyectarse también al Norte, a Milán y Turín, al área de Lombardía. ¿Por qué? Porque es donde está la riqueza. Son por la mayoría criminales de segunda o de tercera generación que fueron al norte siguiendo a sus familias, pero también son residenciales que se trasladan del Sur. Esos grupos tienen enlaces con las 'casas madres', pero tienen una manera diferente de reaccionar.

-¿Son muy diferentes esas mafias 'proyectadas?

-Esos trasladados al Norte de Italia no miran al control del territorio, porque no lo pueden conseguir y no les interesa demasiado, ya que están allí para hacer negocios de otro tipo a los de las regiones meridionales. Allí el control del territorio sí es necesario para lograr que el clan suba de nivel o para evitar que otras organizaciones criminales se radiquen en su territorio. Además, porque así pueden imponer el pizzo, una tasa ilícita criminal sobre la actividad de los comerciantes. Esto le origina muchísimo dinero y muchísimo poder, le da capacidad para dar miedo, amenazar, realizar acciones violentas...

-¿Cómo se lucha contra estas organizaciones?

-Tenemos una legislación que se ha afinado de más en más, con la implementación de los arrepentidos o colaboradores de Justicia. Tanto la Policía Judicial como las Fiscalías de Distrito Anti Mafia hemos adquirido mucha experiencia y una profesionalización particular para manejar con efectividad esta herramienta. Al empezar el fenómeno se quería explotar bien y gestionarlo, por entonces los arrepentidos llegaban a millares. Después fue necesario puntualizar la legislación. Ahora un arrepentido que quiere dejar completamente su clan, tiene toda una serie de condiciones. Por ejemplo, tiene la obligación de decir todos los episodios criminales de la vida de su clan y de decir todo lo que sabe a propósito de las riquezas, del dinero de la organización a la que pertenece. Esto es un punto muy importante que fue introducido no hace mucho tiempo. Tenemos la posibilidad, la competencia de utilizar las Medidas de Prevención Patrimonial, que permiten neutralizar, aprehender y confiscar las riquezas ilícitas.

-¿Seguir el dinero es el método más eficaz para acabar con el crimen organizado?

-Utilizando la legislación de las Medidas de Prevención Patrimonial, hemos constatado que diez organizaciones muy poderosas de la Camorra han perdido muchísima parte de su fuerza y de su capacidad criminal después de la localización de sus riquezas ilícitas. Esta ha sido una de mis opiniones de siempre a propósito de la mafia. Follow the money, busca el dinero. La piedra filosofal para aniquilar las organizaciones criminales es neutralizar sus riquezas ilícitas. Cuando ellos no pueden recurrir a las grandes riquezas ilícitas que da el tráfico de drogas, de armas, de seres humanos, cuando no pueden pagar a los afiliados que están fuera de la cárcel, se produce una crisis en toda la organización.

-En cualquier caso ya no sólo se lucha contra las mafias italianas...

-Con la crisis económica, y también antes, con la globalización, se han producido muchos movimientos que han generado fenómenos de los que no teníamos ningún conocimiento: las mafias extranjeras. Italia, teniendo sus mafias históricas tradicionales, no fue nunca en el pasado tierra de conquista de mafias extranjeras. Pero con la globalización, con una lucha día a día más eficiente y eficaz contra nuestras mafias tradicionales, ocurrió que, paradójicamente, se abrieron espacios para otras. El crimen organizado es como un sistema de vasos comunicantes, cuando uno se vacía el otro se llena. Será paradójico, pero a pesar de los resultados que hemos conseguido durante los últimos 15 o 16 años tras los asesinatos sin precedentes de nuestros colegas Giovanni Falcone, Paolo Borsellino, Emilio Alessandrini o Guido Galdi, hemos experimentado la llegada de nuevas mafias, como las albanesas, las eslavas, las biolorrusas, las rumanas, las rusas, que son las más peligrosas, o las nigerianas.

-¿Y qué papel juegan en esa lucha los paraísos fiscales?

-Sin los paraísos fiscales este tipo de fenómenos no existirían. En la UE han remitido, pero la otra cara de la moneda es la emergencia de otros en el Pacífico o en archipiélagos desconocidos. Cuando hay demanda, hay siempre quien está dispuesto a dar la oferta.