El Ayuntamiento de Cádiz anunció a comienzos de enero que abrirá un expediente sancionador “por incumplimiento del contrato” a Sicomoro, la empresa encargada de la venta de entradas por internet de la temporada de primavera 2020 del Gran Teatro Falla. Así lo anunció el Ayuntamiento después de un nuevo retraso en la apertura de las taquillas virtuales. Y esta empresa, Sicomoro, está también detrás del sistema de venta de entradas a la Alhambra. Dentro del Plan Director del Patronato del monumento nazarí, y con la necesidad de llevar a cabo un proceso global de transformación digital del sistema de venta de entradas del conjunto monumental, la solución para la elaboración del proyecto presentada por Hiberus Tecnología y Sicomoro Servicios Integrales fue la ganadora en 2018 de la adjudicación  para la renovación de todo su sistema de venta de entradas offline/online, quedando por encima de los proyectos presentados por El Corte Inglés o Ticketmaster, una adjudicación que realizó la anterior dirección del monumento.

Pero, además del caos con el estreno de ayer del nuevo sistema de acceso a la Alhambra, la web del monumento granadino quedó también en entredicho el pasado mes de mayo, cuando un fallo de seguridad en la página web del Patronato de la Alhambra (www.alhambra-patronato.es) dejó al descubierto los datos personales y bancarios de millones de visitantes del monumento y de agencias de viajes.

Una situación que llevó a la dirección del Patronato de la Alhambra, dirigido por Rocío Díaz, a pedir un “informe detallado” a la empresa que gestiona la web sobre los pasos dados para “corregir dicho incidente” e incluso una “auditoría interna y externa” que garantice que el sistema sea seguro.

Este incidente de seguridad fue desvelado por El Confidencial, que aseguró en su información que en total más de 4,5 millones de visitantes, muchos turistas y casi un millar de agencias de viajes tuvieron sus datos expuestos en la que ya es una de las mayores brechas de seguridad en España de los últimos años.

Otro sistema de Hiberus, el de las tarjetas recargables para viajar en el autobús urbano y el metro de Zaragoza, fue presuntamente hackeado para permitir recargas gratuitas mediante una aplicación fraudulenta. Los universitarios pagaban 10 euros a una persona para recibir recargas de 50 euros o bien compraban la aplicación por 300 euros, según información publicada en El Heraldo.