Economía

El precio de los alimentos espolea la subida anual del IPC en Granada

  • La cesta de la compra en la provincia crece más de un 6,5% respecto a enero de 2022 y se sitúa por encima de la media andaluza

  • Bebidas alcohólicas, restauración y transporte, las principales partidas al alza

Un joven compra fruta en un supermercado de la capital.

Un joven compra fruta en un supermercado de la capital. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Hacer la compra en Granada es un 6,5% más caro este año que en 2022, según la actualización del IPC publicada esta mañana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), donde se muestra que la variación anual entre los precios de enero de 2023 y los del mismo mes del pasado año, especialmente debido a los alimentos, que suben un 17,7%.

Por categorías, además de la ya mencionada, las bebidas alcohólicas y el tabaco (9,7%), la restauración (8,4%) y el transporte (6,7) han sido las que más han notado una subida interanual, con la vivienda, el agua y el gas (-10,2%) como única partida donde se registran cifras negativas en la provincia

La actualización del IPC permite observar que, pese la subida interanual, la comparativa entre enero y diciembre en los precios de Granada es apenas notable. Así, la alimentación bajó un -0,3% su precio entre esos meses. De hecho, en esta ocasión, tan solo las comunicaciones (4,6%) y el transporte (3,1%) arrojan una variación positiva, con la excepción de la enseñanza, que mantiene exactamente los mismos precios en ambos meses, según los datos del Instituto Nacional. 

Con esta subida, la provincia se enmarca dentro de la tendencia al alza de Andalucía, que de media ha visto incrementar los precios un 6,3%. Por encima de esta cifra se encuentra, además de Granada, Cádiz (6,9%, aunque bajan un 0,3% respecto a diciembre); Huelva, (6,8%, pero -0,5% en el último mes) y Málaga (6,7%, sin cambios en el último mes); y, por debajo, aunque también subiendo en un año, están Jaén (6,2%, con bajada del 0,6% en el último mes), Sevilla (6,1%, con bajada de 0,4% en el último mes), y Almería (5,6%, caída del 0,4% en el último mes) y Córdoba (también aumento del 5,6% en un año, en tanto que baja 0,3% en el último mes). 

En términos interanuales, la tasa del 6,3% andaluza es idéntica a la de Canarias y Murcia e inferior a la de Castilla la Mancha y Melilla (ambas con 6,9%), Ceuta y Extremadura (ambas con 6,6%), Castilla y León (6,5%), y Navarra y Galicia (6,4%).

En el otro extremo están Madrid y Cataluña (ambas con 5,3%), País Vasco (5,6%), Baleares, Comunidad Valenciana y Cantabria (5,7%), Aragón (5,8%), Asturias (6,1%) y La Rioja (6,2%).

A nivel nacional, el IPC bajó dos décimas en enero en relación al mes anterior, pero elevó dos décimas su tasa interanual, hasta el 5,9%, por el mayor precio de los carburantes, de los servicios de telefonía y del vestido y el calzado.

Con la subida registrada en el primer mes de 2023, la inflación rompe con cinco meses consecutivos de descensos en su tasa interanual, en los que llegó a bajar más de cinco puntos. 

Una vez conocidos los datos, Juan Francisco Martín, secretario general de UGT Granada, ha reconocido que,  pese a la moderación de la inflación general con respecto a los meses pasados, "influenciada por las rebajas de enero", los datos siguen reflejando "cómo las grandes empresas de algunos sectores siguen haciendo un uso abusivo de su poder de mercado" en este inicio de año, manteniendo o elevando sus beneficios y presionando al alza los precios en detrimento de las familias trabajadoras, según un comunicado remitido por el sindicato. 

Martín considera que, "poner fin a este ciclo inflacionista se tiene que hacer desde lo público". La clase trabajadora no puede continuar perdiendo poder adquisitivo a costa de una clase empresarial que no deja de ver incrementados sus beneficios extraordinarios, aprovechándose, de manera completamente insolidaria, de una espiral inflacionista que vuelven a costear los más vulnerables. Por ello, considera imprescindible vigilar los márgenes empresariales si se quiere reducir definitivamente la inflación y garantizar que la ciudadanía no tenga que renunciar al acceso de algunos productos básicos.

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