Los precios en Granada se moderan: no subieron en mayo

Los precios en Granada se estancaron durante el mes de mayo, según los datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) que se ha publicado este viernes a través del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aun así, la diferencia con respecto al dato de enero refleja que en los cinco primeros meses del año la vida es un 1,3% más cara, un 1,7% por encima con respecto al índice de hace un año, cuando entonces los precios subieron un 0,3%.

En el desglose por grupos destaca el encarecimiento de un 0,6% de los precios en restaurantes y hoteles, pero también en la sanidad durante el último mes. En el lado contrario de la balanza, las bajadas se hhan producido en el ocio y la cultura, en su caso un 1,7% menos (en el mes que se celebró la Feria del Libro, ya llama la atención este descenso), además de en los transportes (0,8% menos).

En el caso de la variación interanual, los precios han ascendido en el último año en Granada un 1,7%. Puede parecer un incremento significativo pero el dato recabado hace justo un año fue de una subida del 3,7%, lo que indica que el IPC granadino ha entrado en una fase de estancamiento tanto a corto como a medio plazo.

En los últimos 365 días, solo hay dos rubros en los que los precios han caído: los transportes un 1,2% y los vestidos y calzados, aunque de forma casi testimonial (-0,1). Por el contrario, los ascensos habiendo subido los precios sobre todo en restaurantes y hoteles un 4,5% y en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles un 3,8.

En el balance desde que comenzó el año, los precios se han incrementado un 1%, menos que en el mismo balance de hace un año, cuando marcó un 2,1%. Los productos que más se han abaratado en este periodo han sido vestido y calzado, un 4,8 menos, así como el ocio y cultura (-2,4%). Al revés, los incrementos se han dado en comunicaciones (un 3,7% más) y en restaurantes y hoteles (+3,5%).

Ante la moderación de los precios que señalan estos datos, Luis Miguel Gutiérrez, secretario general de UGT Granada, ha valorado la necesidad de que los convenios colectivos incorporen incrementos de precios por encima del IPC real. Según Gutiérrez, esto es fundamental “para poder devolver a las retribuciones las garantías de suficiencia que precisan”.

Gutiérrez ha señalado que en la actualidad "apenas un tercio de los convenios alcanzados contienen cláusulas de garantía salarial, un porcentaje muy reducido y que debemos elevar a través del fortalecimiento de la negociación colectiva". Citando los últimos datos publicados por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, el secretario general ha recordado que "el Incremento Salarial Ponderado en Granada, con datos cerrados a 30 de abril de 2025, se situó en el 2,83%".

El líder sindical ha atribuido el reciente descenso de la inflación interanual al "abaratamiento de los productos de ocio y cultura, del transporte y el incremento en el precio de la electricidad". No obstante, ha enfatizado la importancia de implementar medidas a través del diálogo social que impulsen la mejora real de la calidad de vida de los trabajadores. Ha argumentado que, aunque la inflación es moderada, "la percepción de la mayoría de la población es que los precios son muy elevados en productos de primera necesidad que han elevado muchísimo los precios en los últimos cuatro años sobre todo de los alimentos". Ha aclarado que "aunque la tasa de inflación sea moderada, esto no significa que los precios bajen, sino que crecen poco, pero siguen en aumento y erosionan la capacidad adquisitiva de los hogares granadinos".

Además, Gutiérrez ha manifestado su preocupación por el "desmesurado aumento de los precios de la vivienda, se come gran parte del presupuesto mensual, lastra la calidad de vida de las personas, especialmente de las más jóvenes, y determina una percepción negativa de la realidad económica del país, que difiere de la que componen la evolución de los indicadores económicos".

Por todo ello, desde UGT Granada, afirma, se mantiene la convicción de que el diálogo social debe ser la herramienta para "implantar medidas que impulsen una mejora real de la calidad de vida de las personas trabajadoras, favoreciendo el aumento de los salarios, tanto el salario mínimo como los salarios de convenio, moderando los beneficios extraordinarios de las empresas y aplicando la reducción legal de la jornada a las 37,5 horas semanales comprometidas".