El pasado jueves, día en que llegó a Granada el Sindicato Agrario de Trabajadores (SAT), los policías ya habían pensado concienzudamente en todo lo que podría pasar durante el transcurso de la marcha. Finalmente y salvo el momento de tensión vivido en Zara, cuando varios manifestantes e integrantes del SAT se introdujeron en el establecimiento, el transcurso de la manifestación transcendió sin demasiados incidentes. Algo en lo que tuvo mucho que ver la función de seguridad e intimidatoria de las UIP que vigilaron de cerca cada comercio y, en general, cada esquina.

Con el objeto de anticiparse a las posibles actuaciones, a las nueve de la mañana del jueves el inspector jefe de coordinación de la V UIP Granada, José Antonio Roca, se reunió con su equipo para un hacer un briefing en el cual se proporcionó a los agentes toda la información que iban a necesitar durante la jornada. Así, se les trasladó el criterio "político", es decir, las pautas que el Gobierno Central da acerca de cómo quiere que se actúe ante estas situaciones.

En este caso, se trataba de evitar que los manifestantes del Sindicato Agrario delinquiesen: que realizaran apropiaciones u ocupaciones o que se produjese alguna situación que pudiera generar inseguridad para ellos mismos o para el entorno en el que se disponían a actuar.

La probabilidad de que algo de esto ocurriera era "muy alta", según la información de la que disponían. "Contábamos con un historial de las actuaciones que ya habían hecho, como la entrada en el supermercado donde se llevaron los carritos, La Caixa o la finca, así que podíamos prever de antemano cómo iban a actuar", señala Roca.

Según informó la propia subdelegada del Gobierno, 160 agentes del Cuerpo Nacional de Policía cubrieron cada punto de la manifestación junto con otros 140 guardias civiles. Roca dio órdenes a sus policías, en concreto sobre quiénes y a qué hora deberían situarse en lugares clave como Mercagranada, Pollos Arenas o en cualquiera de los puntos en los que se sospechó que podrían entrar. A las diez de la mañana, todos ocupaban ya sus puestos.

En todo momento, permanecieron coordinados con la Guardia Civil, ya que cuando se sale del ámbito de actuación de la Policía (fundamentalmente las ciudades) los lugares a vigilar pertenecen a la Benemérita, "aunque ello no es óbice para que ellos nos puedan pedir colaboración a nosotros o nosotros a ellos", explica Roca.

El margen derecho de la carretera es ámbito de actuación de la Guardia Civil y el izquierdo de la Policía Nacional, por lo que las UIP se sitúan en puntos de este último. Allí colocaron sus furgones y permanecieron alerta alrededor de los mismos, de uniforme y provistos de sus medios reglamentarios.

Los agentes no solo vigilaron desde tierra. Desde las once de la mañana contaron con la ayuda de un helicóptero que sobrevoló la marcha y que actuó como " "sus ojos", manteniéndoles informados de cada paso que daban los manifestantes. Finalmente las dos jornadas transcurrieron en un ambiente de seguridad general, pues durante todo momento los agentes consiguieron mantenerla.