Granada

Los vigilantes de la paz social

  • Los agentes de las UIP, más conocidos como antidisturbios, considerados la élite del Cuerpo Nacional de Policía, están en todos los acontecimientos que pueden entrañar un peligro para la ciudadanía

La boda del príncipe Felipe, el atentado del 11-M, la visita del Papa, las protestas por el 15-M o de los mineros son algunas de las situaciones en las que se ha podido ver a los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP), más conocidos como antidisturbios: considerados como la elite del Cuerpo Nacional de Policía al que pertenecen. Esta semana han podido verse también por aquí, con un gran despliegue en Granada con motivo del paso del Sindicato Agrario de Trabajadores (SAT) capitaneado por Juan Manuel Sánchez Gordillo, aunque la verdad es que siempre se encuentran entre nosotros. Su objetivo: velar por la paz social.

Hay doce unidades con ámbito territorial preferente en su zona de actuación y una Unidad Central de Intervención con base en Madrid y ámbito nacional. En total, suman unos 2.500. Los agentes de Granada pertenecen a la V (quinta, por el número que ocupan), cuyo ámbito comprende Andalucía Oriental: Málaga, Granada, Almería, Jaén y Melilla. Existen dos bases, una ubicada en Málaga, con 153 efectivos y otra en Granada, con 103.

En concreto, esta semana han velado por la seguridad en acontecimientos como el partido de fútbol del Granada en el Bernabéu o la marcha de Sánchez Gordillo en la provincia, pero este ritmo es algo habitual para ellos. En grandes concentraciones de público suelen estar, como conciertos, pero también en catástrofes o manifestaciones y protestas, en las que últimamente están muy solicitados por reproducirse por doquier.

El caso es que siempre están como 'apagafuegos' en todas las situaciones en las que son requeridos. De ahí que su perfil esté bien claro y su descripción comience por encontrarse disponible a cualquier hora y día de la semana, durante toda su carrera profesional.

Así lo explica José Antonio Roca, inspector jefe coordinador de la V UIP Granada. "Se puede ser muy buen policía, que si no está disponible, no vale para esto", asegura. "Se nos ha dado el caso de alguien que se ha quejado durante su formación de que esa noche tenía que ir a pasear al perro y al día siguiente estuvo automáticamente fuera de la academia".

Además, tiene que tener una serie de aptitudes y actitudes físicas y psicológicas, entre la que destaca una fundamental: "No puedes ser egoísta, porque aquí tienes que convivir muchas horas con tus compañeros". Además, para pertenecer a una unidad tan organizada y jerarquizada como ésta, tienen que poseer un sentimiento de grupo muy exacerbado y ser firmes y activos.

En ocasiones, la vida familiar de estos agentes se resiente, puesto que no pueden hacer planes de un día para otro, ya que están 'de guardia' permanente. "Aquí todos, incluidos los mandos, somos operativos, por lo que nos ponemos el casco y a funcionar", comenta el inspector. Los fines de semana en Granada suele ser habitual la llegada de pateras, algunas de ellas de madrugada. Allí también está la UIP, puesto que hacen de refuerzo a la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional, sobre todo, para realizar los traslados.

En su cuerpo acumulan largas hojas de servicio, incluso de hasta 26 horas seguidas, algo que para cualquier mortal podría ser demoledor y que, sin embargo, para estos 'superhombres' forma parte de su trabajo. Su apariencia de una altura media bastante alta, contribuye a esta fama y, sin duda, impresiona cuando hacen una especie de muro junto a sus furgonetas o, simplemente, salen de estos vehículos, que consideran "su casa".

Para mantener este nivel, están en formación permanente, de manera que acuden cada año a la academia de Linares, donde también se hacen los cursos de acceso a las UIP. Asimismo, en estas unidades hay especialistas de tiro (sobre todo para velar por la seguridad de las altas personalidades, que en las alturas apoyan a otros cuerpos como los GEOX) o de escalada. Entre sus armas, figuran el fusil de asalto HKG 36, la pistola reglamentaria o sus típicos escudos.

Los antidisturbios, que colaboran de manera estrecha con otros países, acumulan una dilatada experiencia en el cumplimento de las misiones que tienen encomendadas y han participado en todos los grandes acontecimientos ocurridos en España en los últimos tiempos, como las Olimpiadas, la presidencia española de la UE, cumbres de jefes de estado, visitas del Papa y otras altas personalidades, pero también hacen controles de seguridad ciudadana a pie de calle, en zonas donde suele haber problemas de orden público.

Como una experiencia positiva, Roca recuerda el haber formado parte del dispositivo de la boda del Príncipe Felipe en el Servicio Aéreo de Rescate (SAR) durante seis meses, y en el sentido contrario, los atentados del 11-M, donde "los sonidos de los móviles de los familiares para preguntar por las víctimas o el charco de sangre en el suelo que se quedaba impregnado en las botas son difíciles de olvidar". Sin embargo, se siente satisfecho de que la actuación de la UIP pudo evitar muchas muertes, ya que evacuaron el lugar antes de que explotara la última mochila con explosivos.

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