Playas de Granada

Advierten de la presencia de medusas en estas playas de Granada

  • Aplicaciones móviles permiten comunicar la presencia de estos organismos gelatinosos en la zona de baño

Ejemplar de medusa sobre la arena.

Ejemplar de medusa sobre la arena. / Erasmo Fenoy

Jornada para tener cuidado en la playa. Usuarios de la zona de baño de Salobreña advierten de la presencia de medusas en La Charca, en el municipio granadino de Salobreña. La llegada de estos organismos gelatinosos depende de elementos como el viento y si ayer el aviso de alerta estaba concentrado en Motril, hoy parece que hay medusas en otros puntos, como el mencionado de Salobreña, donde se apunta a que hay “bastantes medusas”.

Así lo indican los usuarios de distintas aplicaciones móviles que permiten conocer el estado del agua y la presencia o no de estos animales, temidos por su picadura. No sólo se encuentran en La Charca. Los bañistas señalan que comienza a haber medusas en puntos como Calahonda.

También se han producido alistamientos en La Herradura, en el término municipal de Almuñécar. En estos días han aparecido de forma esporádica y no han impedido el baño, aunque han obligado a extremar la precaución de los bañistas. Éstos apuntan a través de la aplicaciones como la desarrollada por él Aula del Mar y financiada por la Diputación de Málaga que se ven con claridad, por lo que es posible esquivarlas.

Qué hacer si te pica

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Proyecto Medusa cuenta con una Guía de identificación y tratamiento de picaduras de medusas de la costa mediterránea española. En este documento se especifica que las células urticantes son empleadas para alimentarse y defenderse. Estas células, denominadas cnidocitos, se activan por contacto físico o por un estímulo químico. Dentro del cnidocito hay un filamento enrollado acabado en un dardo. El picotazo se produce cuando el dardo se dispara y perfora la piel con "una aceleración similar al disparo de un revolver". 

Existen medusas muy urticantes, urticantes, poco urticantes o inofensivas. Para las primeras se recomienda "evitar todo contacto". Lo mismo apunta la Guía para la segunda clase. ¿Cuáles se encuentran en Granada y su Costa? La más frecuente, indica Sánchez Tocino, es la Pelagia noctiluca, de la que se han visto ejemplares en estos días en la zona de Almuñécar. Es de color rosado rojizo, de marrón claro en su fase juvenil. Puede alcanzar los 20 centímetros de diámetro de la umbrela, que es semiesférica y cuenta con cuatro brazos gruesos y ochos tentáculos marginales. Es muy urticante y muy frecuente.

En caso de picadura, se recomienda seguir el protocolo general, que consiste en quitar los restos de tentáculos o fragmentos de la medusa. Lavar la zona con agua de mar, aplicar una solución de bicarbonato y también hielo seco durante quince segundos, con lapsos de entre dos y tres segundos. Si el dolor persiste, se recomienda ir al médico o consultar a un profesional de la salud.

Una de las especies que se hizo 'famosa' por su presencia en la Costa de Granada es la Rhizostoma luteum, que destaca por su tamaño. Su presencia es rara y es urticante. Su umbrela puede medir hasta 60 centímetros de diámetro. Los brazos pueden llegar a los dos metros de longitud. Puede observarse sola o formando enjambres.

Sobre la que advierte la Guía por lo peligrosa que resulta su picadura es la carabela portuguesa (Physalia physalis), con una parte flotante de hasta 30 centímetros de largo y diez de ancho. La parte sumergida está formada por tentáculos azules finos y largos que pueden tener 20 centímetros. Es muy rara, se avista en primavera y si llega a Granada es porque los vientos la empujan desde la zona del Estrecho.

El documento explica además que, en caso de picadura de medusa, no se debe aplicar agua dulce ni amoniaco. Tampoco se debe echar alcohol ni frotar. Asimismo se pide no aplicar vendajes ni presión. El uso del vinagre está limitado a determinados "casos específicos".

También se incluyen recomendaciones básicas, como no retirar del agua las medusas, no dejarlas sobre la arena ni enterrarlas "porque sus restos siguen siendo urticantes por un tiempo", informar al personal de la playa sobre la presencia de estos organismos y si el encuentro se produce en el mar "nadar pausadamente y salir del agua sin movimientos bruscos".

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