violencia machista

El ‘protagonismo’ de Juana Rivas en el 25-N crea un conflicto entre las asociaciones feministas de Granada

  • La Volaera cree que personalizar en una sola mujer es discriminatoria para el resto de víctimas de violencia de género

El ‘protagonismo’ de Juana Rivas en el 25N crea un conflicto entre las asociaciones feministas de Granada

El ‘protagonismo’ de Juana Rivas en el 25N crea un conflicto entre las asociaciones feministas de Granada

El protagonismo de Juana Rivas en este 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, ha abierto un cisma entre las asociaciones convocantes, Movimiento Feminista de Granada y Plataforma 25N y La Volaera, quienes no comparten esa decisión.

El conflicto nace de la inclusión de la maracenera como único nombre propio tanto en el cartel como en el manifiesto de la asociación 25N en el que se pide “protección para Juana Rivas y sus hijos”. Este ‘protagonismo’ no ha gustado a las mujeres que componen la asociación La Volaera, que congrega a más de una veintena de víctimas de violencia machista a las que acompañan y asesoran.

Una de ellas, y quien se ha dirigido esta mañana a los medios en la plaza del Carmen, fue Mar Chambó, madre de Mar Contreras, la mujer de 21 años asesinada de un tiro por su exnovio en las Gabias hace un año. Ella es una de las víctimas que pide que no se personalice la lucha contra la violencia de género en nadie ya que, apuntó, “hay muchas razones por las que el eslogan no debería ser el que va en cabeza de la manifestación, porque somos muchas, no hay una sola y no pueden priorizar una sobre todas”.

“No hay una víctima, hay miles”, dice la madre de Mar Contreras, asesinada hace un año

Las mujeres que integran La Volaera sienten que la lucha y los esfuerzos “por salir del infierno” de tantas mujeres en la provincia se está opacando y que es un error que desde la Plataforma 25N y el Movimiento Feminista se personalice el 25N en Juana Rivas “como el paradigma”.

Por eso, en los carteles que portaban hoy  se podían leer nombres como el de Sara Correa, Mar Contreras, Leyre González o Silvia Contreras y el de sus asesinos. La madre de Mar Contreras, decía que “los carteles que han hecho ofenden” porque aunque están de acuerdo en que “se incluya que es contra la violencia de género y la violencia institucional” no hay que poner un nombre en concreto: “no hay una víctima, hay miles”, decía sobre aquellas a las “que han asesinado”, como su hija y “otras que están a punto y luchando por sobrevivir por toda España”.

El manifiesto de Movimiento Feminista de Granada y la Plataforma 25N convoca a la manifestación del próximo lunes contra la violencia institucional, “una forma de agresión sumamente perversa” que “convierte a las Administraciones en agresoras y cómplices de los victimarios; condena a las víctimas a la impotencia y la indefensión; produce su destrucción psicológica, el descrédito del sistema social y judicial contribuyendo a perpetuar la violencia”.

Si bien es cierto que en los tres primeros párrafos se refieren a todas las víctimas, en el cuarto, señalan a Juana Rivas como la mujer que “encarna” dicha violencia institucional y “la resistencia de las mujeres que plantan cara a un sistema judicial patriarcal poco sensible con la situación de sus hijos”.

Sobre esta violencia institucional contra la que este año se clama en nombre de Rivas, Mar Chambó añadía lo que ella vivió: “cuando te pasa algo así, te lo dicen friamente en un despacho”. Cuando me lo dijeron estábamos solos mi marido y yo, nadie más. Allí tendría que haber unos psicólogos como dios manda”, señalaba. “Muchos no están con las víctimas, están con la foto y los demás estamos sufriendo en nuestras casas”.

Es cierto que el manifiesto de estas dos asociaciones personaliza la efeméride de este 2019 en el caso de Juana Rivas, tanto al comienzo del documento como en el cartel, aunque el mismo texto, más adelante, recuerda a otras víctimas a las “que las llamadas de auxilio de las mujeres no fueron creídas ni atendidas”.

La Volaera conviene pese a esto que “centralizar toda la violencia machista en un solo caso no corresponde a la dramática situación que estamos viviendo. El movimiento feminista no puede discriminar a todas las mujeres asesinadas, a su hijos y a todas las que desgraciadamente siguen padeciendo y luchando por su supervivencia”.

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