El proyecto IFMIF-Dones en Granada, una aceleración de 0 a 100

La colocación de la primera piedra del edificio que acogerá el IFMIF-Dones, un paso más de una aspiración en la que se ha avanzado mucho y en la que queda mucho por hacer

El acelerador ya tiene su primera partícula: el IFMIF-Dones pone a Granada en el epicentro de la energía de la fusión mundial

El acelerador de partículas de Escúzar, clave en la búsqueda de energía limpia
El acelerador de partículas de Escúzar, clave en la búsqueda de energía limpia
Pablo Quílez

25 de mayo 2025 - 06:16

A falta de ponerse en funcionamiento el acelarador de partículas IFMIF-Dones, que está previsto para la próxima década, ya hay tres fechas que se pueden considerar determinantes para que el proyecto, que supone y supondrá una millonaria inyección económica para la provincia de Granada. La mas cercana, la del pasado lunes, 19 de mayo de 2025, con la colocación de la primera piedra del edificio principal del complejo, ceremonia que contó con la presencia de grandes autoridades como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. Es el penúltimo paso, o el final del principio (como dijo Churchill tras el desembarco de Normandía en su vaticinio de final de la IIGM) de un proyecto del que se supo que Granada iba a competir en abril de 2016, hace ya más de nueve años. Sabida la disposición de Granada, comenzó una pugna por acerse con la sede del acelerador de partículas en el que parecía haber varias candidaturas, como las de Polonia y Japón. Pasaron más de seis años hasta que el día en el que el director del consorcio IFMIF-Dones aseguró de forma contundente que el acelerador de partículas se iba a construir en Granada tras quedarse sin competencia. Era el 20 de diciembre de 2022.

Presisamente, ese martes 20 de diciembre de 2022 puede considerarse como un punto de inflexión. Hasta ese día todos los esfuerzos estaban encaminados a que Granada fuera la que quedara como 'ganadora' para acoger el proyecto y a partir de esta fecha los empeños se encaminaron a hacerlo realidad. De lo que no hay duda es que ya es cuestión de tiempo. Entre las próximas fechas a tener en cuenta en el futuro están las de los años 2029, cuando se prevé que el edificio principal del que se acaba de poner la primera piedra esté terminado y dispuesto para comenzar la instalación del laboratorio; y 2033, cuando se espera el inicio de las operaciones del acelerado.

Tres opciones

Era el 27 de abril de 2016 cuando este periódico publicó una noticia de esas que marcan al lector: Granada compite por instalar un acelerador de partículas que crearía 12.000 empleos. Quizá ese día fue cuando empezó a hacerse familiar en el habla local el término de acelerador de partículas y cuando se supo que semejante 'aparato' sirve, tal como se recogió en la información, "para probar materiales para fabricar reactores de fusión de forma comercial o, lo que es lo mismo, intentar generar una energía limpia". También empezó a entrar en el habla coloquial local IFMIF-Dones, el megaproyecto científico que por entonces implicaba una inversión de 600 millones de euros y del que se decía que podría tener un retorno económico de mil millones en la sede donde se ubique la construcción del acelerador.

Las primeras informaciones también hacían hincapié en ese ya lejano abril 2016 que el principal rival de Granada estaba en Polonia –también se hablaría de Croacia e, incluso, Japón–, que parecía llevar la delantera en esta particular carrera al contar ya con el apoyo de sus instituciones. Ese año las noticias empezaron a sucederse de forma vertiginosa. Desde el Laboratorio Nacional de Fusión del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) se calificaba de "sólida" la candidatura de Granada e, incluso, se transmitía un moderado optimismo.

Una vez conocida la candidatura 'granatensis' faltaba otro detalle a determinar: el punto exacto en una provincia de más de 12.500 kilómetros cuadrados. Muy pronto apareció en escena el municipio de Escúzar, que desde el primer instante ya se le endosó el calificativo de favorita, condición que hizo buena. De hecho, el acelerador de partículas y Escúzar a día de hoy parecen palabras sinónimas. También sonaron Alhedín y una tercera candidata que a bote pronto se podría intuir con menos opciones por estar lejos de la capital y todo el nudo de comunicaciones que ello implica: el Puerto de Motril. En la Costa Tropical llegaron a ilusionarse con la posibilidad conscientes de los millones que podrían ''llover' y todas las fuerzas vivas y no tan vivas de la zona se pusieron manos a la obra. Al final el gozo se quedó en el pozo.

Lo que quedaba de 2016 avanzó con Granada ganando posiciones al ir logrando los apoyos y los compromisos de las grandes instituciones a nivel nacional y regional provincial como el Gobierno de España, Junta de Andalucía, Diputación de Granada y Universidad de Granada, a las que se unió en entramado empresarial de la provincia. Síntoma de ello es que se empezó a pensar seriamente en uno de las principales dificultades que supone una carrera de este calibre: conseguir los euros 'contantes y sonantes'. Aunque quedaba mucho camino por delante, los primeros pasos se habían dado con garantías y solidez.

Terrenos en Escúzar donde se instalará la infraestructura para acoger el acelerador de partículas.
Terrenos en Escúzar donde se instalará la infraestructura para acoger el acelerador de partículas. / Efe

Alianza determinante

La candidatura granadina para acoger la construcción del acelerador de partículas entró en 2017 con las espadas por todo lo alto y con ánimos renovados. Europa tenía que decidir su candidato frente a la de Japón. El año empezó con Granada como única candidata continental en firme, lo que alimentó las expectativas e hizo que, además, los trabajos empezaran a buscar la velocidad de crucero, también con el objetivo de conseguir los fondos necesarios. Por entonces las cuentas indicaban que la Unión Europea debería sufragar el 50 por ciento del IFMIF-Dones (en 2017 se estimaba en 200 millones de euros en una primera fase), mientras que la otra mitad de los 'deberes' deberían asumirlos el Gobierno y la Junta.

Apuntaban buenas maneras a las aspiraciones granadinas el hecho de que empezaran a llegar comités de expertos de Fusion For Energy encargados de empezar a examinar y evaluar las posibilidades de Granada y Escúzar. Y es que la opción de Escúzar como sede de lo mucho que había que construirse estaba ya considerada como la propuesta de Granada. Tanto era así que a mitad de junio la localidad tomaba una iniciativa más: aprobar la cesión de unos terrenos abandonados del Parque Metropolitano Industrial y Tecnológico (antiguo Profitegra) en los que habría de asentarse el proyecto en el caso de que Granada fuera la elegida.

Según avanzó el año también se supo que Granada tenía que competir en el ámbito europeo con la localidad croata de Moslavacka Gora Hill. No se podía bajar la guardia y no se bajó, tanto es así que antes de acabar 2017 España firmó un acuerdo con Croacia por la que se conformó una candidatura conjunta que apostaba por Escúazar como la sede del IFMIF-Dones. Enfrente, ya sólo quedaba un rival, pero muy duro de roer: Japón. También, tras lograr el apoyo de Fusion For Energy antes de finalizar el año, el siguiente paso era lograr el apoyo de la Unión Europea.

Una de las buenas noticias que deparó 2018 a las aspiraciones granadinas fue un nuevo espaldarazo en Europa, cuando en el mes de julio el Foro Estratégico Europeo de Infraestructuras de Investigación seleccionó al IFMIF-Dones como proyecto de interés, lo que abría la puerta a que el proyecto fuera merecedor de recibir fondos europeos, más aún cuando ya se empezaba a decir que el presupuesto de construcción ya bailaba entre los 400 millones de euros que se consideraron en un principio y los 600 millones.

Antes, a inicios de ese año 2018, los empresarios granadinos habían dado un toque de atención para que no se quitara el pie del acelerador, algo que a su juicio se estaba produciendo. Por esta llamada de atención o por lo que fuera, las instituciones volvieron a ponerse las pilas y tanto desde el Gobierno como de la Junta volvieron a hacer valer sus respectivos compromisos. Tanto es así que sobre la palestra se puso un nuevo objetivo: la creación de un consorcio para relanzar la candidatura. Y antes de acabar el año también se empezó a tantear una alianza con Japón para implantar el acelerador en Escúzar.

Poderoso caballero es don dinero

Con el camino algo más despejado, no se podía dejar de lado lo que para muchos es la piedra angular del proyecto: el dinero necesario para hacerlo realidad. Y éste no cae del cielo, sino que hay que buscarlo. Nada más empezar 2019 se supo de la creación de una unidad mista formada por la Universidad de Granada y el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnologías (CIEMAT) que iba a tomar la iniciativa para captar fondos para el acelerador. En el punto de mira, los fondos europeos. De hecho, a mitad de año se anunciaba la consecución de cuatro millones de euros provenientes de dichos fondos, que se unían a dos millones de la Junta (el propósito eran 12,5 en los siguientes cuatro años) y otros 14 que se preveían del Ministerio de Ciencia.

Otro paso que había que dar, y se dio, estaba en la constitución de un Consorcio en el que la Junta de Andalucía, según anunció el entonces consejero de Economía, Rogelio Velasco, tenía la intención de incrementar su participación un 50 % el este organismo que se iba a crear y que pasó por momentos de cierta parálisis debido a la inestabilidad de un Gobierno que estaba en funciones.

El año 2019 acabó con un nuevo impulso, al conseguir el proyecto del acelerador un apoyo clave para la certificación de la seguridad en la instalación al constituir el Consejo de Seguridad Nuclear el comité de enlace con el IFMIF.

Frenazo momentáneo

Cuando se estaba apretando el acelerador hubo que echar el freno de forma abrupta, por lo menos durante los primeros meses de 2020. El Covid-19 impuso su ley. A pesar de ello, aún en tiempos de confinamiento, en mayo el Gobierno de España, a través del Ministerio de Ciencia, y la Junta de Andalucía empujaron en la misma dirección al acordar la constitución del consorcio encargado de aunar esfuerzos y desarrrollar las actividades necesarias para fortalecer la candidatura granadina. Así se aprobó en Consejo de Ministros. Un mes después, el Gobierno anunció la aportación de algo más de 16 millones de euros, a través del Ministerio de Ciencia provenientes de Fondos Feder (13 millones) y el Ciemat (3,3) . Pocos días después, la Junta anunció una inversión por idéntico montante encaminada a blindar el proyecto del acelerador.

Con el impulso que dan los euros, 2021 fue el marco de nuevos bríos con la puesta en marcha del Consorcio. En julio se celebró la primera reunión de su Consejo Rector, en el que se dio luz verde al presupuesto anual de ese año (181.000 euros). Además, el órgano de gobierno del Consorcio planteó cuatro líneas de acción durante ese año: puesta en marcha de forma efectiva del Consorcio y una infraestructura mínima, promoción de la candidatura de Granada para alojar el IFMIF-Dones, la coordinación con otras iniciativas y organismos involucrados en el objetivo y la planificación a largo plazo de la infraestructura necesaria. El año transcurrió entre nuevas muestras de apoyo a la candidatura de Granada, como la del Parlamento de Andalucía y la Sociedad Nuclear Española y la implicación de la UGR con hechos como la compra de una parcela de 30.000 metros cuadrados en Escúzar y el anuncio de contratos por valor de 1,5 millones de euros.

Un nuevo contratiempo amenazó con empañar el trabajo en pos del proyecto cuando a finales de febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania y dio comienzo a una guerra que aún perdura. La inestabilidad política y económico que provocó Putin. Se temió que afectara a los trabajos encaminados a lograr su financiación. A pesar de la incertidumbre necesaria, Croacia puso de nuevo su compromiso con el proyecto. Un mensaje de optimismo lanzó el director del Consorcio IFMIF-Dones España, Ángel Ibarra, quien mostró su convencimiento de que la candidatura iba a fraguar. "El acelerador se hará en Granada, no hay otras candidaturas ni dudas", dijo. Tras el 'susto' inicial, siguieron los pasos hacia adelante, con la impresión de que se volvía a coger velocidad: avances en el diseño del proyecto de Escúzar, licitación e inicio de las primeras obras y compromisos de nuevos pagos.

El rey Felipe VI mostró, con su presencia en Croacia, el apoyo de la Corona al proyecto del acelerador de partículas en Granada.
El rey Felipe VI mostró, con su presencia en Croacia, el apoyo de la Corona al proyecto del acelerador de partículas en Granada. / Efe

Apoyo al más alto nivel

El hecho más significativo de 2022 fue la firma del memorando de entendimiento entre los gobiernos de España y Croacia encaminado a reforzar la colaboración en el proyecto de instalar el acelerador de partículas en Granada. La rúbrica se celebró en Zagreb y contó con la presencia del rey Felipe VI, lo que se dio una imagen de respaldo al más alto nivel para la candidatura granadina. Además, la ceremonia estuvieron presentes representantes de países de la Unión Europea, Japón y Suiza. Con tantas autoridades políticas y científicas, se aprovechó el evento para llevar a cabo conversaciones con otros países con el objeto de atraerlos al proyecto de Escúzar. Así quedó claro la siguiente meta a corto y medio plazo: lograr más socios.

A finales de 2022 se llegó a lo que podría considerarse como el paso del ecuador de una 'aventura' que empezaba a tener muchos visos de hacerse realidad. En diciembre, Ángel Ibarra, director del Consorcio fue aún más contundente que a principios de año al señalar que el acelerador de partículas se construiría en Granada porque ya no había otra candidatura: "Puede ser dudoso cuando se empieza a construir, pero el único sitio donde se contempla es aquí". Blanco y en botella.

¿El principio del fin?

Con el horizonte nítido en lo que ha posibles 'adversarios' se refiere, los dos últimos años, el proyecto en Escúzar ha seguido dando pasos hacia adelante. Y cada vez a más velocidad. En la primera mitad de 2023 ya se hablaba de que el IFMIF-Dones iba a atraer inversiones de hasta 2.000 millones de euros en 20 años. La conclusión de primera edificación en marcha, el edificio del UGR-Dones, se anunciaba para finales de este mismo año. Según avanzaba el año el panorama iba siendo más alentador. En octubre, Granada fue el escenario de un congreso de carácter mundial sobre materiales de fusión y del segundo comité ejecutivo del Consorcio, con la presencia de una quincena de países interesados en el avance del proyecto.

Más que un paso fue una zancada la que se anunció a finales de octubre de 2023: el primer gran acuerdo con capital privado, concretamente con la japonesa Kyoto Fusioneering. Además, desde el Gobierno mantenía su disposición a continuar captando fondos y continuaba con conversaciones al más alto nivel, a la par que aprobaba otra partida de 22 millones de euros para el acelerador. Pocos días después la Junta anunció idéntico montante.

El consejero de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta, José Carlos Gómez Villamandos, durante la visita al centro de investigación UGR-Dones.
El consejero de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta, José Carlos Gómez Villamandos, durante la visita al centro de investigación UGR-Dones. / GPMedia

Con más millones comenzó 2024. Y otra vez los mismos: Gobierno y Junta, dispuestos a 'soltar' 20 más al proyecto. Y ya Escúzar acogía a los primeros trabajadores. Y se seguían sumando nuevos edificios al complejo que se está construyendo en torno al acelerador de partículas. Otro día para enmarcar en lo que iba de trayecto fue el 25 de octubre. Ese día se supo que la Unión Europea provisionaba 200 millones de euros para el proyecto del acelerador. Por esos días se recordaba que el coste de la infraestructura era de 800 millones, de los que la mitad sería aportado con 'dinero patrio'.

Lo que va de año 2025 también ha deparado buenas nuevas. Sobre todo, dos: la colocación de la primera piedra en Escúzar del edificio que acogerá el IFMIF-Dones y la suma de Japón como nuevo socio y su compromiso de contribuir con el 5 % del presupuesto y tecnología, lo que a su vez puede suponer un aliciente para que desbloquee los flecos que faltan para la incorporación a la financiación de Italia y de la UE.

Se ha andado mucho camino ya. Y queda mucho por andar. El proyecto ya viaja a una velocidad considerable, pero aún se puede y se debe pisar más a fondo el acelerador.

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