Patrimonio

Diseñado por un discípulo de Eiffel, el más largo de España cuando se construyó y ahora en riesgo de desaparecer: Granada cuenta ya con un nuevo BIC

Imagen de archivo del Puente del Hacho.

Imagen de archivo del Puente del Hacho. / R. G.

El Puente del Hacho sobre el río Guadahortuna ya es Bien de Interés Cultural. La infraestructura, que está en riesgo de desaparecer por el deterioro que sufre, ha sido reconocido como BIC por ser "un testimonio importante para la historia social y económica de Granada", según se recoge en la resolución hecha pública en el BOE este viernes por el Ministerio de Cultura.

"Esta obra de ingeniería supuso en su momento, a finales del siglo XIX, la materialización del progreso representado por el ferrocarril. Diversos hechos acaecidos a partir de 1880, entre ellos la construcción del Puente del Hacho, son síntoma del incipiente cambio en las estructuras económicas tradicionales", señala el texto de la resolución sobre la importancia de este viaducto.

La necesidad de sortear el río nace a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, cuando la ciudad de Almería se plantea establecer una conexión ferroviaria entre su puerto y el centro de España. "Esto se materializará con el surgimiento de una actividad económica basada en la minería del hierro. El Puente del Hacho formó parte de la antigua línea de ferrocarril Linares–Almería para el transporte de mineral", indica la resolución.

Para afrontar este proyecto, en 1889 se crea la Compañía de los Caminos del Hierro del Sur de España, encargando las obras a la empresa francesa Fives Lille, "una de las más importantes de Europa" que levantó numerosos puentes en Francia, Italia, Rusia y España, con obras civiles tan importantes como La Torre Eiffel o el Puente de San Jorge en Oporto.

"El estudio para la construcción del Puente lo firman dos experimentados ingenieros franceses, Duval y Boutilliea, que había sido colaboradores de Gustave Eiffel. El Puente del Hacho fue construido en el término municipal de Guadahortuna y justo en el límite con el término de Alamedilla, a la salida de la estación denominada Alamedilla-Guadahortuna", prosigue el texto del Ministerio.

"Ya desde su construcción se convirtió en un claro referente de la ingeniería y de la arquitectura, al ser el puente de hierro más largo de España", subraya el documento, que además especifica que "socialmente, dio trabajo de forma directa a cientos de personas durante su construcción a lo largo de casi una década, originando un poblado que se ubicó en los alrededores de la estación Alamedilla-Guadahortuna y se mantuvo hasta la década de los años cincuenta".

El Puente del Hacho fue construido entre los años 1886 y 1895. Entró en uso el 22 de marzo de 1898, fecha en la que se inauguró el tramo comprendido entre la estación de Alamedilla-Guadahortuna y la estación de Alicún.

El Puente del Hacho se adscribe a la llamada arquitectura del hierro que supuso una revolución en el siglo XIX. La utilización de nuevos materiales trajo consigo la invención de nuevas técnicas y unos resultados formales innovadores.

El declive llegó en el siglo XX. "La dificultad y elevado coste que implicaba la adecuación del puente decimonónico a las modernas condiciones de circulación ferroviaria, en la década de 1970 se optó por construir un puente paralelo en hormigón, que es el que presta servicio actualmente", explica la resolución ministerial.

El puente está formado por tres tramos apoyados en once pilastras, siete de hierro y cuatro de piedra. El primer tramo, de unos 32 m de longitud, es una viga armada que parte del estribo del puente y tiene como segundo apoyo un pilar de cantería. El siguiente tramo está constituido por una viga continua apoyada en las siete pilastras de hierro. El tercero, es una viga continua independiente sustentada por tres pilastras de piedra y el otro estribo del puente.

La peculiaridad de la construcción radica en que presenta perfiles estructurales de tres tipos exclusivamente: ángulo, pletina y U. Todos los elementos son de acero laminado y las piezas están unidas entre sí mediante la técnica del roblonado.

Tras una pormenorizada descripción de la infraestructura se detalla también el riesgo que se cierne sobre este puente declarado BIC. "Desde el momento en que fue retirado del servicio, el puente apenas ha recibido tratamientos de mantenimiento. Hasta la fecha solo se ha realizado –en 2018– una intervención preliminar orientada a asegurar las piezas susceptibles de desprenderse. Pero como toda estructura metálica a la intemperie, el puente precisa de una intervención global para proteger sus piezas de la oxidación y evitar la rotura de las uniones roblonadas".

"De no llevarse a cabo a medio plazo, esta singular muestra de arquitectura industria podría desaparecer. Su catalogación como Bien de Interés Cultural sería determinante para emprender las actuaciones necesarias y una vez completadas, el puente podría revertir a la sociedad y constituirse en un vector de desarrollo para las poblaciones de esta comarca granadina, cosa que reclaman con insistencia", avanza el documento.

"La declaración del viaducto del Guadahortuna como Bien de Interés Cultural podría ser el acicate para el reconocimiento legal de toda la línea Linares-Almería, partiendo de la caracterización de su idiosincrasia como patrimonio ferroviario, de la Ingeniería y de la Arquitectura", augura el mismo texto del Ministerio.

Sobre qué supone la declaración de BIC del Puente del Hacho se indica que las actuaciones que se desarrollen en la infraestructura "irán encaminadas a su conservación, consolidación y rehabilitación y evitarán los intentos de reconstrucción, salvo cuando se utilicen partes originales de los mismos y pueda probarse su autenticidad". 

En el caso de que fuera necesario hacer incorporaciones, estas "adiciones deberán ser reconocibles y evitar las confusiones miméticas. Así mismo, las restauraciones de los bienes respetarán las aportaciones de todas las épocas existentes. La eliminación de alguna de ellas sólo se autorizará con carácter excepcional y siempre que los elementos que traten de suprimirse supongan una evidente degradación del bien y su eliminación fuere necesaria para permitir una mejor interpretación histórica del mismo. Las partes suprimidas quedarán debidamente documentadas".

Hace años distintas iniciativas populares reclamaron la necesidad de intervenir en el puente y de catalogarlo como BIC, una distinción que la infraestructura ya ostenta.

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